Aumento de las reservas en divisas Desde 2004, vivimos una coyuntura económica caracterizada por un elevado precio de las materias primas y de algunos productos agrícolas. Esto permitió a la mayoría de los países en desarrollo aumentar sus ingresos de exportación y acumular importantes reservas en divisas. Esta situación se refiere más concretamente a los […]
Aumento de las reservas en divisas
Desde 2004, vivimos una coyuntura económica caracterizada por un elevado precio de las materias primas y de algunos productos agrícolas. Esto permitió a la mayoría de los países en desarrollo aumentar sus ingresos de exportación y acumular importantes reservas en divisas. Esta situación se refiere más concretamente a los países exportadores de petróleo, gas y minerales. Algunos países exportadores de productos agrícolas también se beneficiaron de esta coyuntura favorable. Sin embargo no puede colocarse a todos los países en la misma situación, algunos países de África sub-sahariana vieron su situación deteriorarse.
En 2007, los países en desarrollo (PED) poseen en conjunto como reservas en divisas, más de 3 millones de millones de dólares[1], mientras que los países industrializados sólo tienen la mitad de este monto. Muchos gobiernos de los PED aprovechan esta situación para rembolsar de manera anticipada sus deudas con el FMI, el Banco Mundial, el Club de París y con los bancos privados. Algunos crean fondos de desarrollo en los cuales colocan una parte de sus reservas en divisas con el fin de financiar gastos sociales o de infraestructura[2]. Siete países de América Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Venezuela) están negociando la creación de un Banco del Sur, con el fin de financiar su integración regional y los proyectos sociales. Algunos de ellos prevén también la creación de un Banco del ALBA (Cuba, Haití, Nicaragua, Venezuela). Las señales de toma de distancia con relación al Banco Mundial y al FMI se multiplican: Ecuador expulsó al representante permanente del Banco Mundial en Quito a finales de abril 2007, Venezuela prevé retirarse del Banco Mundial y el FMI, Bolivia no reconoce ya a la autoridad del CIADI (filial del Banco Mundial encargada de regular los litigios referentes a inversiones).
Crisis de legitimidad del Banco Mundial y del FMI
Por otra parte, el Banco Mundial y el FMI están pasando por una gran crisis de legitimidad. Paul Wolfowitz, Presidente del Banco desde junio de 2005, fue obligado a renunciar en junio de 2007 a raíz del nepotismo del que hizo prueba. Mientras que varios países miembros del Banco Mundial afirmaban que era hora de poner a la cabeza de la institución un ciudadano o una ciudadana del Sur, el Presidente de los Estados Unidos designó por undécima vez a un ciudadano estadounidense para presidirlo. A principios de julio de 2007, fue el turno del Director General del FMI, el europeo Rodrigo de Rato, que anunció de manera imprevista su renuncia. Los países europeos miembros de la Unión Europea se pusieron de acuerdo para sustituirlo por un francés, Dominique Strauss Kahn. Estos recientes acontecimientos ponen en relieve a los ojos de la población de los PED, que los gobiernos de Europa y Estados Unidos quieren conservar un control total sobre las dos principales instituciones financieras multilaterales, evidencia reforzada por el hecho de ser también un europeo, Pascal Lamy, el que preside a la OMC. En resumen, tanto las circunstancias de la dimisión de Paul Wolfowitz como la designación de los nuevos dirigentes de las principales instituciones que orientan la globalización demuestran a los gobiernos y a la población del conjunto del planeta, que la buena gobernanza tiene un sentido muy relativo cuando se trata de la distribución del poder a escala internacional.
Nueva arquitectura internacional y bancos del Sur
Lo expresado hace más urgente la construcción de una nueva arquitectura institucional internacional que lleve a una profunda reforma democrática del sistema de Naciones Unidas y a la sustitución del Banco Mundial y el FMI por instituciones democráticas. La construcción de esta nueva arquitectura pasará por la creación y el refuerzo de mecanismos de integración regional Sur-Sur, por la creación de uno o de varios Bancos del Sur que deberán coordinar sus esfuerzos, por la instauración de mecanismos de intercambio compensados[3] y solidarios entre los PED. Estos mecanismos ya están arrojando resultados muy interesantes en particular en América Latina y el Caribe: mejora de la salud, la seguridad energética (Petrocaribe por ejemplo), la educación y de la información (desarrollo de Telesur).
La crisis de la deuda no está resuelta
Estos nuevos desarrollos por más importantes que puedan ser no deben hacernos olvidar la realidad de la deuda: cada año los Gobiernos de los PED reembolsan más de 240 miles de millones de dólares de dinero público a los acreedores, lo que representa más de tres veces la suma de la que tendrían necesidad para lograr los objetivos del milenio para el desarrollo. Las deudas respecto al FMI y el Banco Mundial siguen siendo muy elevadas y, para expresarlo con precisión, son insoportables para un número considerable de países en los que la mayoría de la población vive por debajo de la línea de pobreza absoluta. Estos organismos, aunque debilitados y en déficit de legitimidad, prosiguen con políticas que hacen aún más vulnerables las economías de los países a escasas rentas, políticas que favorecen la privatización del agua, la electricidad, la salud, la educación y la cultura.
Fuerte aumento de la deuda pública interna
Una reciente evolución debe también tenerse en cuenta: en los PED, la deuda pública interna aumenta muy rápidamente. ¡Mientras que en 1998, la deuda pública interna y la deuda pública externa eran casi iguales, en 2006 la deuda pública interna representa el triple de la deuda externa[4]! Este fenómeno es capital: en adelante no es ya posible medir el endeudamiento de los PED sobre la base del importe de su deuda externa. La mayoría de las medidas de viabilidad de la deuda producida por las instituciones internacionales son completamente anticuadas. Es necesario añadir en adelante la deuda pública interna y externa de un país para medir el peso que representa el endeudamiento para la hacienda pública y la economía del país. Es tanto más necesario debido a que algunos acreedores extranjeros compran una parte creciente de los títulos de la deuda pública interna[5].
Aumento del endeudamiento de las empresas privadas
Es necesario no perder de vista el endeudamiento creciente de las empresas privadas de los PED. Desde que los países exportadores de materias primas conocen una situación financiera favorable, los bancos privados de los países más industrializados multiplicaron los préstamos a las empresas privadas de los PED. Los dos sectores privados que se endeudan más en los PED son los bancos y las empresas del sector de hidrocarburos y materias primas. Es necesario prestar especial atención a esta evolución: los bancos privados de los PED piden prestados al Norte a bajas tasas de intereses para prestar este dinero en el mercado interior a una tasa más elevada. Si, la situación económica se deteriora (lo que es probable para los años que vienen), se corre el riesgo de asistir a una serie de quiebras de banco privadas de los PED como en las crisis financieras que afectaron México en 1994-1995, los países del Sudeste asiático y Corea en 1997-1998, Ecuador en 1998-1999 y Argentina en 2001. La deuda privada de los bancos de hoy corre el riesgo, si no se toman precauciones, de representar una deuda pública mañana. De allí, la necesidad de control del endeudamiento del sector privado. Lo mismo sucede para el sector de hidrocarburos y minas. Empresas privadas petrolíferas, de gas y mineras se endeudan para desarrollar su capacidad de producción con el fin de aprovecharse de los elevados precios de las materias primas. Si estos precios caen, las inversiones realizadas gracias al empréstito corren el riesgo de tornarse no rentables y la deuda que debe reembolsarse resultar impagable. Es fundamental limitar y controlar este endeudamiento.
Nueva ola de endeudamiento en el ámbito de las industrias extractivas, de los megaproyectos energéticos, en la explotación de los bosques tropicales
Junto a otros protagonistas, el Banco Mundial desempeña un papel muy activo en el desarrollo de proyectos mineros, petrolíferos, de gas, así como en megaproyectos energéticos (grandes presas) y en la explotación de los bosques. El CADTM y otros movimientos ciudadanos detectaron numerosos delitos vinculados a la ejecución de esos proyectos, desde el incumplimiento de los derechos de las poblaciones directamente afectadas y hasta crímenes contra la humanidad como la masacre cometida a Kilwa al Katanga (RD Congo) en 2004[6].
Crecimiento incontrolado del Credit Default Swaps (CDS)
Nuevos productos financieros se hicieron más amplios, se trata, especialmente, del Credit Default Swaps (CDS). El comprador de un CDS quiere, al adquirirlo, protegerse contra el riesgo de no pago de una deuda. El mercado de los CDS se desarrolló mucho desde 2002. El volumen de los importes afectados por los CDS se multiplicó por 11 durante los 5 últimos años[7]. El problema, es que estos contratos de seguro se venden sin que se ejerza un control por parte de las autoridades públicas. La existencia de estos CDS impulsa a las empresas a tomar cada vez más riesgos. Creyéndose protegidos contra una falta de pago, los prestamistas conceden préstamos sin haber comprobado la capacidad del prestatario para rembolsar. Ahora bien si la situación económica internacional se deteriora, decenas o cientos de prestatarios pueden convertirse repentinamente en insolventes y los CDS corren el riesgo de no ser más que papeles sin valor ya que los aseguradores serán incapaces de cumplir con sus compromisos.
Fuga de capitales y repatriación de los beneficios hacia el Norte versus expulsión de los inmigrantes hacia el Sur La fuga de los capitales y cerebros de los PED hacia los países más industrializados se ha ampliado estos últimos años. Por otra parte, el importe de los beneficios repatriados hacia las «casas matrices» fue multiplicado por 4,5 entre 2000 y 2006 (pasando de 28 mil millones en 2000 a 125 mil millones en 2006[8]). Yendo en otro sentido, las remesas de los inmigrantes hacia sus países de origen aumentaron significativamente[9]. La importancia de la fuga de capitales y repatriación de beneficios sobrepasan de lejos, como lo reconoce el Banco Mundial, el total de la ayuda pública al desarrollo.
Fuerte aumento del precio de los alimentos
El precio de los alimentos está aumentando significativamente. Dos factores son la causa principal. En primer lugar, la decisión de varios gobiernos y grandes empresas transnacionales de desarrollar la producción de los agro-combustibles, como el etanol, producido a partir de la caña de azúcar, el maíz, la colza u otras plantas. Un 20% del maíz estadounidense se usa para fabricar etanol; ¡lo mismo que un 50% de la caña de azúcar producida en Brasil[10]! El aumento del precio del maíz se reflejó en México con el aumento del precio de la tortilla. He aquí un efecto devastador de los Tratados de Libre Comercio (TLC). En efecto, en 1994, el TLC entre los EE.UU., Canadá y México (NAFTA, por sus siglas en inglés) entró en vigor. En virtud de este TLC, los agro-negocios de los EE.UU. invadieron el mercado mexicano con maíz estadounidense vendido por debajo del coste de producción de los pequeños productores mexicanos que perdieron su empleo por centenares de millares (una parte emigro hacia el rico vecino del Norte). A partir de 2006, el precio del maíz exportado por los EE.UU. aumentó mucho debido a la demanda vinculada a la producción de etanol. En consecuencia, el precio de la comida aumentó mucho en México ya que el maíz constituye la base de la alimentación de este país. Los campesinos mexicanos que producían el maíz no están ya allí para responder a la demanda. Sea porque vendieron sus tierras y emigraron hacia las grandes ciudades y hacia los Estados Unidos; sea porque están acribillados de deudas y tienen enormes dificultades para reanudar el cultivo.
Un segundo fenómeno empeora la situación de la alimentación de los más pobres. Las grandes empresas de cereales basadas en los países más industrializados de clima moderado, redujeron en 2006 y en 2007 las superficies sembradas en cereales para hacer aumentar su precio en el mercado mundial, llevando al riesgo de causar una insuficiencia alimentaría a los países de África y otros continentes que pasaron a ser durante los cuarenta últimos años importadores netos de cereales, ya que las instituciones como el Banco Mundial los impulsaron a dar prioridad a las cultivos tropicales (cacao, café, té, cacahuete…). Hoy, el Banco Mundial hace sonar la alarma al darse cuenta de que en algunos países africanos el precio de los cereales se multiplicó por dos a finales de 2006-comienzo 2007. El Banco Mundial prevé la posibilidad de la continuación de una fuerte subida del precio del maíz, del trigo, del arroz y de otros alimentos básicos, como consecuencia del aumento de la producción destinada a agro-combustibles[11]. A causa de ello, el número de personas que viven en la pobreza absoluta corre el riesgo de aumentar, y pueden producirse graves crisis alimentarias. Además la deuda externa de los países más pobres tiene también el riesgo de crecer como consecuencia del aumento de la factura que debe pagarse por las importaciones de alimentos.
Promesas no cumplidas por los países ricos
Las promesas de los países ricos hechas en 2002 en la conferencia de las Naciones Unidas de Monterrey en cuanto a la APD[12] (ayuda pública al desarrollo), no han sido cumplidas. No se ve cómo los países ricos, comenzando por los miembros del G8, podrían conseguir llevar su «ayuda» a África al monto de 50 mil millones en 2010 (tal como se prometió en la G8 de Gleneagles en julio de 2005). Para hacerlo, deberían aumentar su ayuda un 16% al año.
Aumento de los préstamos Sur-Sur e importancia creciente de China
Los bancos privados de algunos países en desarrollo (China, India, Malasia, Sudáfrica) conceden cada vez más préstamos a gobiernos o a empresas de otros PED. Los prestamos de los bancos públicos chinos a África están aumentando significativamente. En 2004-2006, los bancos chinos prestaron dos mil millones de dólares a los PED en el ámbito del petróleo y el gas[13]. China y también India y Sudáfrica están en busca de materias primas, por eso los bancos de estos países aumentan mucho sus préstamos para garantizar su suministro. Los países más vulnerables corren el riesgo de caer en una nueva dependencia que no será necesariamente mejor que la ya existente respecto a los países más industrializados. Es necesario también destacar el desarrollo de poderosas sociedades transnacionales privadas o públicas del Sur (Petrobras, Petronas, PDVSA, CNOOPC, no tomar más que el ámbito petrolífero).
Aumento de los gastos en armamentos
Con el impulso de los Estados Unidos, una carrera armamentista se reanudó en este principio de siglo XXI. Los gastos en armamentos de Washington están en fuerte aumento y representan la mitad de los gastos mundiales. China aumentará un 18% sus gastos de armamento en 2007. Los Estados Unidos acaban de conceder enormes préstamos bilaterales a algunos de sus aliados para que les compren armas. Es de temer un nuevo crecimiento del endeudamiento público externo vinculado a las compras de armas. ¿Cuáles son las consecuencias de la nueva situación internacional para el CADTM?
Para el CADTM, se trata de adaptar su análisis a la nueva realidad. Por ejemplo, en el libro 50 preguntas/50 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco Mundial[14], escrito en 2002, los autores dejaron deliberadamente de lado la parte de la deuda pública interna. En el momento en que los autores reescriben enteramente este libro que constituye una obra de referencia[15], deben dar toda su importancia al crecimiento de la deuda pública interna y a sus implicaciones. Del mismo modo, Eric Berr y François Combarnous, los creadores en 2005 de índicadores alternativos a los del Banco Mundial para medir el impacto del endeudamiento, deberían tener en cuenta la nueva situación para adaptar sus instrumentos de medida que están disponibles sobre el sitio Internet del Observatorio Internacional de la Deuda (www.oid-ido.org). Volveremos a hablar de este tema en el seminario del OID que tendrá lugar en Namur los días 15-16-17 de octubre de 2007.
Asimismo para todos aquellos y aquellas que se comprometieron en la auditoria de la deuda, conviene tener en cuenta el peso de la deuda pública interna. Las autoridades ecuatorianas lo comprendieron bien. En julio de 2007, el Presidente Rafael Correa creó a una comisión de auditoria integral de la deuda pública interna y externa. El CADTM, Jubileo Sur – Américas, Eurodad y Latindadd fueron asociados directamente a los trabajos de esta comisión, así como 6 representantes de los movimientos sociales y ciudadanos ecuatorianos.
Conviene también analizar la evolución de la deuda de las empresas privadas ya que si se no se les presta atención, se corre el riesgo de que su rembolso sea puesto injustamente a cargo del Tesoro Público, convirtiéndose en una carga suplementaria para la población.
Se trata de ir contra la idea según la cual la deuda pública está bajo control. Es necesario analizar las nuevas formas de endeudamiento y los nuevos prestamistas.
En 2008, el CADTM proseguirá el esfuerzo empezado en 2007 con la auditoria de la deuda de Ecuador, de la RDC, de Malí y otros países donde los movimientos sociales desearían emprender tal auditoria.
En 2008 también, el CADTM desarrollará una acción de auditoria de los créditos reclamados por los países más industrializados respecto a los países del Sur, en particular, respecto a Ecuador y de la RDC. El CADTM realizará este trabajo en estrecha colaboración con Eurodad, el Observatorio de la deuda en la Globalización, ATTAC-CADTM Japón y todos los demás movimientos que al Norte están dispuestos a emprender este trabajo.
Vista la importancia de los nuevos préstamos en el ámbito de las industrias extractivas, de los megaproyectos energéticos y en las explotaciones forestales, vistos los numerosos delitos detectados por el CADTM y de otros movimientos ciudadanos, delitos en los que a veces el Banco Mundial está implicado directamente, el CADTM proseguirá sus esfuerzos para que acciones judiciales sean emprendidas.
En relación con la nueva arquitectura financiera en construcción, es necesario velar por que los Bancos del Sur en construcción respondan bien a criterios de democracia y transparencia (un país = una voz; que reine la justicia en la institución y sobre sus funcionarios; posibilidad de auditar los archivos; obligación de rendir pública y periódicamente cuenta a los Parlamentos y a la opinión pública), que su acción permita volver aplicables los Tratados Internacionales sobre los derechos humanos fundamentales contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de la población. Los beneficiarios de los préstamos o subvenciones deben ser entidades públicas, pequeños productores, comunidades. Los proyectos respaldados por el Banco deben ser respetuosos del medio ambiente. El Banco debe evitar al máximo financiar sus proyectos recurriendo a los mercados de capitales. Con otras campañas deudas, en junio de 2007, el CADTM tuvo por iniciativa enviar una carta pública a los Presidentes de los países de América Latina que se unen para crear el Banco del Sur[16]. Conviene proseguir esta interpelación y seguir atentamente el proceso de construcción de la nueva institución financiera.
Las tareas son enormes, los retos son gigantescos. Para destacarlos, se trata de reforzar las sinergias y la unidad de acción entre todas las organizaciones que actúan por una solución justa al problema de la deuda. La red CADTM internacional reforzará aún más la colaboración con los otros movimientos que actúan sobre la problemática de la deuda: Jubileo Sur, Eurodad, Latindadd, Afrodad y todas las organizaciones nacionales tanto que formen parte o no de una red internacional. El CADTM va a contribuir a consolidar el Observatorio internacional de la deuda (OID) que proporciona a todos los movimientos un marco de reflexión en común.
El CADTM proseguirá sus esfuerzos en el marco del Foro Social Mundial y de la coordinación mundial de los movimientos sociales con el fin de orientar con determinación la acción del movimiento altermondialista hacia alternativas y medios de acción adaptados a los retos de la deuda y de todas las formas de opresión.