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Todas las respuestas del secretario general de los comunistas rusos a una convocatoria multimedia de preguntas

Creemos en el comunismo y en una nueva Unión Soviética

Fuentes: Sovietskaya Rossia

Traducido del ruso para Rebelión por Andrés Urruti y Josafat S. Comín

El diario polaco de izquierdas «Trybuna» y el portal de Internet www.lewica.pl, conjuntamente con la agencia rusa de noticias «RIA-Novosti», pusieron en marcha una iniciativa: «manda tu pregunta a Guennadi Ziuganov». A continuación reproducimos las respuestas completas del líder del PCFR a las preguntas que mayor interés despertaron ente los lectores polacos.

¿Cual es actualmente la militancia del Partido Comunista de la Federación Rusa?

A día de hoy el número de afiliados, declarado revisado y certificado por el Ministerio justicia, es de 186.236 miembros. Únicamente, el partido gobernante «Rusia Unida» tiene mayor afiliación que nosotros. Lógicamente estos datos no tienen en cuenta a los cientos de miles de simpatizantes y colaboradores, que nos ayudan pero que por motivos diferentes no militan. Estamos presentes en 79 regiones de la Federación.

Durante tres meses el servicio de registro del Ministerio de Justicia estuvo comprobando nuestras organizaciones regionales. Estuvieron acreditando que la militancia declarada se correspondía con la realidad, pidieron los datos de cada militante. Los responsables de este servicio recorrieron todas las organizaciones de base de ciudades y pueblos. Organizaron encuentros con nuestra gente, comprobaron los carnés, revisaron nuestras cuentas. Estuvieron presentes en nuestras reuniones, mítines, piquetes. Incluso revisaron las actas de las reuniones de los órganos directivos. La conclusión a la que llegaron fue clara: todas nuestras organizaciones regionales y sus actividades cumplen la legalidad vigente, la ley de partidos políticos y los documentos estatutarios del PCFR. Nuestro partido ha sido el primero de todos los partidos políticos en cumplir con la ley. De acuerdo con la nueva legislación en la materia, tenemos pleno derecho a ejercer nuestra actividad política y participar en todos los procesos electorales, desde los locales hasta las presidenciales.

Este nuevo registro para adaptarnos a la nueva legislación ha servido para acabar con las dudas e insinuaciones que se lanzaban contra el PCFR respecto a la militancia real, las estructuras de partido y la legitimidad de nuestros congresos.

El PCFR está ahora en auge y con capacidad para solventar todos los problemas que surjan. Es una organización política muy eficaz, que defiende la libertad de expresión, la democracia, los derechos de los ciudadanos y las mejores tradiciones de la sociedad rusa y la vida política. La influencia política del partido, sin duda ha crecido. Hemos sabido conjugar adecuadamente los movimientos de protesta, el trabajo en los territorios y en las empresas, con la labor legislativa a todos los niveles. En concreto, en las acciones convocadas por el PCFR a lo largo del 2005 tomaron parte más de 3 millones de personas. En lo que respecta a la labor parlamentaria, el partido tiene ahora una «vertical de Duma (parlamentaria)». Los grupos parlamentarios del PCFR actúan coordinadamente tanto en la Duma central como en los parlamentos regionales, o locales, desde la Duma moscovita hasta las regiones del pacífico.

Durante el 2005 ingresaron al partido 10 mil personas, una tercera parte de las cuales era gente joven. Se podría decir que el Partido Comunista es una organización donde predomina la gente de mediana edad, entre 25 y 55 años. Prácticamente componen la mitad de la organización. Todos los comentarios que se hacen en cuanto a que el PCFR es un partido de la tercera edad, fueron siempre no ya una exageración deliberada, sino un arma política banal del «partido del poder» en su lucha contra nosotros. Es lógico que en nuestras filas haya muchos representantes de las viejas generaciones, para quienes la mayor parte de su vida transcurrió bajo el poder soviético. Son gente que recuerda perfectamente como se vivía en el país de los soviets, y por tanto son menos influenciables ante la aplastante presión de la propaganda, que oprime la mentalidad del pueblo.

Sin embargo el tiempo pasa y la estructura de cuadros de nuestro partido se va rejuveneciendo. Basta con presenciar nuestros actos para ver una gran cantidad de caras jóvenes. Un papel enorme jugó aquí la lucha contra la ley que suprimía las ventajas sociales; entonces pudimos ver que a las manifestaciones, piquetes y cortes de carreteras, junto a los abuelos y abuelas estaban sus nietos, en gran número.

¿Y qué me dicen e la manifestación del 7 de noviembre (aniversario de la revolución de octubre)? Era un enorme flujo de gente joven. Hace apenas unos años cuando organizábamos la ceremonia de ingreso en la organización de pioneros en la Plaza Roja, apenas contábamos con poco más de una decena de chavales. Ahora son miles los que aspiran a llevar pañuelos rojos al cuello. Este año fueron 3 mil. Últimamente tenemos problemas para encontrar autobuses para llevar a la Plaza Roja a todos los que lo solicitan.

Resumiendo, estamos seguros de nuestro futuro.

¿Creen de verdad los comunistas rusos en la posibilidad de volver a tomar el poder y construir el comunismo por el bien de la sociedad, o simplemente se llaman comunistas y solo aspirar a «reformar el capitalismo»?

Si, creemos. Solo hay que comprobarlo leyendo el programa del partido, las decisiones aprobadas en lo congresos del PCFR, los documentos fundacionales y las intervenciones de nuestros camaradas, y lo más importante para convencerse es que lo demostramos con hechos concretos. Fuimos y seguimos siendo enemigos convencidos y consecuentes del capitalismo como formación social, basada en la opresión y la explotación del hombre por el hombre. Además, la etapa actual de desarrollo del capitalismo, de la globalización «a la americana», que está destruyendo todo lo mejor de la civilización contemporánea, no hace sino reforzarnos en nuestras convicciones anticapitalistas.

¿Se puede vencer al capitalismo en unas elecciones, con la ayuda de una papeleta o solo por medio de la revolución? ¿hay alguna posibilidad real de devolver a Rusia a la vía del desarrollo socialista? ¿Cómo sería el socialismo en estos tiempos de globalización? ¿Podríamos calificar lo ocurrido en los antiguos países socialistas como restauración, tras la que se dio el regreso del antiguo régimen?

Yo no contrapondría las papeletas electorales a la revolución. La revolución, y especialmente la revolución socialista, representa un proceso global, en el que las formas de lucha electoral no son sino uno de los muchos componentes. Aunque sin duda no deja de ser un componente importante. En las condiciones actuales es precisamente el trabajo en las campañas electorales lo que permite a los comunistas transmitir de manera más completa nuestras ideas y maneras de ver las cosas, entrar en interrelación con las diferentes capas sociales, utilizar la tribuna parlamentaria para la lucha política. Sin embargo, sin el trabajo en las masas, sin la organización de acciones de protesta importantes, sin la lucha diaria por los intereses concretos de los trabajadores, o por decirlo de una forma resumida: sin sacar a la gente a la calle, no habrá lucha electoral ni actividad parlamentaria que nos de la oportunidad de derrotar al capitalismo. La victoria solo vendrá con la utilización de las más diversas formas de lucha. Lean a Lenin, especialmente su trabajo: «La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo». Allí está muy bien explicado y es plenamente vigente. Nosotros creemos que solo un trabajo bien planificado que abarque todos los niveles, la esfera parlamentaria y el trabajo diario con la gente, nos permitirá devolver a Rusia a la vía del desarrollo socialista. Y no hay globalización que nos lo pueda impedir. El socialismo es una alternativa histórica al capitalismo, especialmente a su variante globalizadora. Hoy es algo que podemos ver en los ejemplos de China socialista, que avanza con paso firme y de una América Latina cada vez más a la izquierda.

Por eso creemos que partiendo de la objetividad histórica, la globalización «a la americana» en última instancia servirá de catalizador del proceso de reconstrucción socialista del mundo. Pienso que esto también lo entienden en los antiguos países socialistas. Y si no es así todavía, pronto llegarán a esa conclusión.

En opinión del PCFR ¿cómo debe ser el camino de Rusia al socialismo? ¿Cómo transformar el sistema político en un país en las condiciones de la globalización? ¿tienen los comunistas rusos un programa para hacer esto realidad?

Invito a todos los que están interesados en nuestro programa de transformación socialista de Rusia, a que lean nuestros documentos, allí está todo detallado. Solo que ¿por qué hablar de la transformación socialista en un solo país? Los países socialistas forman hoy un sistema, que juega un papel destacado en la vida del mundo. China, Vietnam, Cuba. Los países de América Latina que se enfrentan a la globalización americana…Los comunistas no estamos solos en este mundo y la nueva Rusia socialista de ninguna manera estará sola.

El PCFR se autodenomina partido revolucionario, sin embargo muchas de sus acciones, como la participación en las elecciones, indican su carácter reformista. ¿Cómo es en realidad?

¿Pero quién ha dicho que un partido revolucionario no pueda trabajar en el parlamento? Eso no tiene nada que ver con el marxismo, eso es izquierdismo. Pensemos en los bolcheviques y su activa lucha en la Duma rusa de principios del siglo XX. No creo que nadie les pudiese acusar de no ser suficientemente revolucionarios. Nosotros no creemos únicamente en el método parlamentario como medio para la transformación radical de la situación en el país. El actual parlamento ruso ofrece un espectáculo lamentable. No es más que un costosísimo «apéndice» del todopoderoso y no sometido a ningún tipo de control poder ejecutivo. El PCFR comprende perfectamente que únicamente la combinación de las protestas callejeras unido a la utilización de la tribuna parlamentaria, pueden dar resultados concretos en la lucha por los intereses populares.

Estoy convencido de que «Rusia unida» con el paso del tiempo se irá «acomodando». Mientras el PCFR seguirá, mediante las acciones de protesta, aunando los esfuerzos de todas las fuerzas patrióticas, ofreciendo a la sociedad sus propuestas programáticas para la transformación radical de la situación y la mejora de las condiciones de vida de la gente. Repito; creo que la táctica más efectiva es aquella donde se complementan todos los métodos: la participación en elecciones, las protestas, los referéndums (el año pasado el PCFR intentó que el gobierno aceptase convocar un referendum para que la población se pudiese pronunciar sobre los temas principales que afectan a la vida socio-económica. Contando con el rechazo tanto del gobierno como del Tribunal Constitucional, decidió seguir adelante con la iniciativa, celebrándolo por su cuenta y con sus medios. Las preguntas eran del tipo:

– ¿Comparte usted que los recursos naturales del subsuelo, los bosques, los recursos hídricos, las centrales eléctricas, los ferrocarriles, las empresas del complejo militar-industrial, deberían encontrarse exclusivamente en manos del Estado?

-¿Comparte usted que debería ser restaurada la propiedad estatal sobre la tierra?

-¿Comparte usted que debería garantizarse el derecho a una educación gratuita universal desde preescolar hasta la universidad?

En total eran 17 peguntas, que posteriormente se resumieron en 5. N de la T.)

y el trabajo con la gente. Todo combinado acabará por dar resultado. Sin acciones de protesta, robaran los votos que hayamos podido sacar y el PCFR no podrá hacer nada.

Necesitamos una vertical parlamentaria, de gente preparada. De otro modo, por mucho que aspiremos a tomar el poder, nadie nos creerá. Nos echarán en cara que no tenemos gente capacitada para hacerlo. Necesitamos un respaldo multitudinario en la calle y gente inteligente y capaz, que puedan desarrollar y poner en práctica medidas concretas. Ese es nuestro camino.

¿Qué posibilidades reales tiene el PCFR de tomar el poder y hacer realidad su programa?

El poder no viene solo, hay que tomarlo. Pero cuando alguien te viene y te exige: «¡Tomemos el poder!», y ese alguien no tiene nadie detrás, todo su equipo pasa de los 60 años, no tiene ni organización juvenil, ni de pioneros, y es incapaz de reunir a 200 personas para un mitin o un piquete, no deja de ser demagogia. Nadie así puede hablar en serio de tomar el poder. Para tomar el poder es necesario lo siguiente: Conseguir acciones de protesta realmente masivas. Segundo: desarrollar las campañas del PCFR como el «referéndum popular», en el que han participado casi 7 millones de personas. Tercero: una adecuada organización de las campañas electorales en la mayoría de las regiones del país. Esto nos da la oportunidad de dinamizar el trabajo de nuestras organizaciones, nos permite descubrir el potencial de muchos de nuestros líderes y candidatos a diputado.

La efectividad de este «tridente» aplicada a la actividad partidaria es algo que la vida misma ha confirmado. La hábil combinación de la tribuna parlamentaria, así como de las tribunas en los órganos locales de gobierno, con las protestas populares, nos han permitido a día hoy alcanzar grandes logros. En concreto, el gobierno se vio obligado a revisar la ley de «Monetización» (supresión de las ventajas sociales), devolviendo a los ciudadanos 350 mil millones de rublos, que la ley 122 había suprimido. Una respuesta obligada al referéndum popular organizado por nosotros ha sido la iniciativa que han dado en llamar «proyectos nacionales».

¿Cual es la posición del PCFR con respecto al tema de la propiedad? ¿Es el partido partidario de la socialización completa de los medios de producción, fábricas, empresas, o contempla la posibilidad de la existencia de diferentes formas de propiedad, incluida la privada? En caso de victoria en las urnas y de llegar al poder ¿acometería el PCFR una re-nacionalización de los bienes en la Federación Rusa?

La nacionalización de las empresas y sectores clave de la economía no solo es posible, sino absolutamente imprescindible. De otro modo sería imposible sacar al país de la crisis y abordar la modernización de la economía, que devolviese a Rusia el status de país respetado y a sus ciudadanos sus inalienables derechos socio-económicos y las garantías del estado.

En la Rusia actual es imposible distinguir quienes detentan el poder y quienes son unos simples delincuentes. El gobierno es incapaz de explicar al pueblo porqué a una banda de 15 clanes le han sido entregadas todas las riquezas del país. Es el primer punto en la agenda nacional, y es algo que deberá ser resuelto por el bien del futuro de Rusia y de los intereses de todos sus ciudadanos.

El PCFR tiene un programa económico y social, que ofrecemos a la sociedad como único medio para una salida digna y pacífica de la actual crisis sistémica. El programa prevé la formación de una economía a dos niveles, que junto con una parcela estatal fuerte en los sectores estratégicos, incluya el desarrollo y apoyo a la pequeña y mediana empresa.

Insistimos en la variación del vector del curso socio-económico, en la intervención reguladora del estado allí donde sea imprescindible. Es condición imprescindible para poder salir de esta crisis sistémica.

Los últimos 15 años, pese a la estabilidad en las cosechas y a una increíblemente favorable coyuntura económica, el país se ha ido degradando en todos los ámbitos de la vida económica y social. Todas las reformas de mercado introducidas, que han ido paso a paso eliminando la regulación del estado, el control estatal y la propiedad estatal (le decían a la gente que el estado no es eficaz en la administración y dirección, que el mercado arreglaría las cosas en la esfera social y económica), no han dado resultados positivos. Por el contrario, el volumen de producción industrial ha descendido a niveles de la posguerra, el reparto de la propiedad ha acabado con la mitad del potencial del tejido industrial y productivo del país.

La maquinaria obsoleta en el sector electro-energético alcanza el 61%, en la industria transformadora el 57%; las canalizaciones se rompen, poniendo en peligro la vida de millones de personas. El estado no garantiza ya el derecho a la vivienda. Las reformas en el mantenimiento de las comunidades de vecinos, en la autogestión de los gobiernos locales, la supresión de las ventajas sociales; todo esto supone que el estado descarga toda su responsabilidad presupuestaria sobre los hombros de un pueblo cada vez más empobrecido.

El derecho a enriquecerse y prosperar queda reservado para un pequeño puñado del «círculo próximo» de los que han llegado al poder. La diferencia entre los más ricos y los más pobres puede ser abismal, llegando los primeros a superar 4098 veces en ingresos a los segundos, dependiendo de las regiones. El salario mínimo en el 2004 era 4 veces inferior al mínimo necesario para la supervivencia. Mientras, el salario medio durante los años de reformas no llega al 70% del que había en 1990. Según la ONU, vivir en la pobreza supone tener unos ingresos inferiores a 4 dólares diarios. Según eso, dos terceras partes de la población rusa vive bajo el umbral de la pobreza. Por PIB per cápita ocupamos el puesto 47 en el mundo, mientras que por esperanza de vida nos encontramos al final de la cola entre los países europeos.

Por eso entre nuestras exigencias programáticas, encontramos en primer lugar la necesidad de devolver a manos del estado toda la industria extractora, los bienes raíces, parcelas forestales, recursos hídricos, empresas estratégicas, de aviación, puertos marítimos y fluviales, el sector energético; poner fin a la actuación criminal denominada privatización, devolver al pueblo todo lo que le han robado y castigar a los culpables.

La influencia del partido está descendiendo sistemáticamente. Cuando Yeltsin, era la principal fuerza de oposición. En la época de Putin ¿qué porcentaje apoya al PCFR? ¿significa la perdida de apoyos que hay que variar la política y que la tradicional nostalgia por la URSS ya no es suficiente?

El ataque propagandístico al que se vio sometido el PCFR en las últimas elecciones, («Rusia Unida» contó con 3-5 veces más de espacio televisivo) debería habernos hecho desaparecer del parlamento. Resistimos y seguimos avanzando. En el último año hemos participado en las elecciones en 30 regiones de la Federación y en todas ellas hemos mejorado nuestros resultados. Estamos en unos niveles de apoyo entre el 15 y el 20%, hemos ganado las elecciones en algunos parlamentos locales, en algunas regiones y ciudades importantes. El perfil de nuestro electorado ha variado. Nos votan los trabajadores y profesionales más cualificados. Por desgracia los jubilados están obligados a pasar la vida frente el televisor, ya que no les llega ni para suscribirse a un periódico. El lavado de cerebro al que les somete la pequeña pantalla, hace que no puedan distinguir donde está la verdad y donde la mentira. Mientras que las capas trabajadoras con mayor nivel educativo, que sufren las penurias de la vida actual sin tener que juzgar sobre ella desde la televisión, son las que a mi entender van a marcar la pauta en las futuras contiendas electorales y nuestro trabajo entre ellos reforzará nuestras posiciones.

El año pasado triplicamos nuestra representación en las elecciones locales. Hicimos nuestra mayor apuesta por la gente de mediana edad. Especial apoyo recibimos de las mujeres y la juventud. Quiero decirles que ha surgido una nueva generación de diputados en los órganos locales, que defienden activamente posiciones de izquierda. Son gente soviética, pero con una nueva visión de la realidad.

El PCFR se refiere a menudo a la figura de Stalin, mientras que la mayoría de partidos comunistas importantes de Europa hace tiempo que renegaron de esa figura. ¿No va siendo hora de reconocer que su política dañó la causa revolucionaria y en sus purgas murieron muchos buenos comunistas?

No acabo de entender a que se refiere con eso de partidos comunistas importantes. Los partidos comunistas europeos, que fueron realmente importantes tras la Segunda guerra mundial y la Resistencia, y que luego se fueron apartando, no ya de Stalin , sino de la URSS, de la experiencia soviética, hace tiempo que no se llaman comunistas, y si siguen llevando el nombre, no juegan un papel relevante en sus países. Ese tipo de renuncias a su propia identidad no es algo que se produzca gratuitamente. En lo que se refiere a nuestra visión sobre la figura de Stalin, es de todos conocida: Al mismo tiempo que hablamos abiertamente de sus errores y responsabilidad por la crueldad de aquella época, también reconocemos la grandeza de su figura histórica y su enorme aporte en el desarrollo de la Unión Soviética, su relevancia en la victoria sobre el fascismo y en la salvación del mundo eslavo de la servidumbre y el exterminio que le tenían reservado las más oscuras fuerzas de la historia mundial. El marxismo es dialéctica. Y abordar una figura histórica como Stalin no puede hacerse obviando el carácter dialéctico. Ocurre lo mismo en todas partes. Por cierto que lo mismo sería aplicable en Polonia, si hablamos de una figura como Pilsudsky.

Tras la caída de la URSS muchos funcionarios del partido acabaron convertidos en capitalistas. ¿No evidencia esto que bajo ese sistema, no se logró construir el socialismo ni formar una conciencia socialista?

Hay que decir, que capitalistas pasaron a ser una ínfima parte de los que trabajaban en el aparato partidista del PCUS. No extraería de eso conclusiones generales sobre si se construyó o no el socialismo en la URSS. En segundo lugar, si hablamos de la conciencia socialista, hay que señalar que hoy día casi dos terceras partes de los rusos consideran que la sociedad y el estado soviéticos eran mucho más honrados, capaces, estaban más legitimados, más cercanos al pueblo y contaban con mayor autoridad, que la actual sociedad capitalista y el régimen capitalista en Rusia. Son opiniones, que llevan 20 años intentando erradicar. Juzgue usted mismo si se formó o no en la época soviética una conciencia socialista y hasta que punto permanece.

La «revolución naranja» en Ucrania ha demostrado que la izquierda ha permitido que se la divida en bloques políticos, «autoritario» y «democrático», sin que ninguno sea de izquierdas. ¿Qué piensa hacer para que no ocurra lo mismo en Rusia?

El ejemplo ucraniano sirve para comprobar a que conduce la «lepra naranja»: paralización de la producción, congelación de ciudades y regiones enteras, intrigas, siembra del odio entre la gente. No queremos nada parecido para Rusia.

¿Por qué es tan poco perceptible la colaboración del PCFR con el movimiento obrero?

En el X Congreso del PCFR adoptamos una resolución de reorientación del partido hacia un trabajo más activo con las masas, un despliegue de las acciones de protesta. Inicialmente en nuestro «estado mayor» para su organización entraban junto al PC otras 15 organizaciones. Hoy, en la composición de ese comité están representados 27 partidos, movimientos, asociaciones, incluyendo cinco sindicatos. Otro asunto es que los medios de comunicación de masas controlados por el poder lo silencien. Por eso parecería que todo aquí es «poco perceptible». Entonces, eso es otra cuestión.

¿Colabora el PCFR con los sindicatos? Si es así, ¿con cuales?

A pesar de que los sindicatos oficiales -la FSIR (Federación de Sindicatos Independientes de Rusia) de M. Shmakov – están completamente orientados hacia el poder, colaboramos activamente con sindicatos sectoriales y asociaciones sindicales regionales. Así, en Novosibirsk la federación local de sindicatos forma parte de nuestro bloque preelectoral. En la fracción parlamentaria del PCFR trabaja el líder del sindicato de trabajadores del complejo agrario-industrial de toda Rusia.

¿Se puede contar con que los comunistas rusos harán frente a la creciente ola de nacionalismo en Rusia?

¿De que ola de nacionalismo me está hablando? Nuestro pueblo, y ante todo, las gentes rusas han sido desvalijadas hasta el límite, arrebatándoles todos sus ahorros. Les han dejado sin trabajo. Han reducido a la nada las conquistas sociales alcanzadas en décadas. Desintegraron el país dejando fuera de las fronteras a 25 millones de rusos. El pueblo ruso se ha convertido en el más desperdigado por el mundo. La Duma (parlamento) Estatal, a las órdenes del Kremlin y dirigida por «Rusia Unida» nos va colocando los Códigos de la Tierra, de los Bosques, de las Aguas, dejando a los ciudadanos rusos sin tierras, sin ríos, lagos ni bosques. Se adopta el Código del Trabajo, que, en resumidas cuentas, convierte en siervos a los trabajadores. Se lleva a cabo la reforma de la administración de viviendas comunales, como resultado de la cual la calderilla que se paga a las gentes trabajadoras no les llega ni para pagar la vivienda. Y a cualquier persona se le puede simplemente echar de su casa o apartamento, casas en las que han vivido durante décadas esa persona, sus padres y sus abuelos. A la vez el país se convierte en un inmenso erial de desbarajustes, a donde acuden presurosos en busca de botín tratantes y rufianes de todo pelaje, desde todos los rincones del mundo. La gente, y, ante todo, los rusos, como principal pueblo que formó el estado, protestan cada vez más alto contra todo esto. En el país se alza un movimiento de liberación nacional. ¿Y usted llama a esto nacionalismo? A esto lo llaman nacionalismo nuestros adversarios, ese mismo globalismo estadounidense y el capital plurinacional ruso que le sirve, los cuales temen como a la muerte al movimiento de liberación nacional en Rusia. Y lo temen con razón. El PCFR hoy ya encabeza ese movimiento y lo considera una condición fundamental para la lucha por una perspectiva socialista.

¿Cuál es su actitud hacia la política imperial de Vladimir Putin en los contextos de Chechenia, Ucrania y Georgia?

Creo que lisonjea usted mucho a V. Putin, llamando a su política imperial, es decir, encaminada a la recreación de la integridad del estado ruso histórico. Su política, en definitiva, continúa la de Yeltsin y conduce no a la reintegración, sino a una mayor separación de las partes de la disuelta URSS, y a la fragmentación de la misma Rusia. Y la palabrería altisonante de todo tipo de la propaganda oficial, que intenta hacer pasar como algo con sentido de estado este o aquel gesto de la actual administración, no significa nada.

¿Cuál es la posición del PCFR respecto a la guerra de Chechenia?

Consideramos que la responsabilidad plena por la tragedia de Chechenia la tienen los círculos liberales rusos, que, literalmente, criaron y alimentaron el régimen criminal de Dudáyev y el posterior desencadenamiento de formaciones de bandidos en esta región de Rusia. Consideramos que una enorme culpa por lo sucedido recae sobre el régimen de Yeltsin, que se reveló como absolutamente incapaz frente al problema de la supresión de las fuerzas criminal-terroristas en esta región, así como sobre los países que continúan dando «refugio» a los terroristas. Consideramos que la libertad de acción que se ha permitido a las fuerzas terroristas en Chechenia ha provocado, en buena medida, el estallido del terrorismo en todo el mundo. Los culpables deberían responder por esto.

¿Está usted de acuerdo con que Rusia debería jugar un gran papel en el espacio postsoviético?

El llamado espacio postsoviético no es otra cosa que el estado ruso histórico, existente aquí durante siglos. Por ello Rusia no puede dejar de jugar un papel no ya importante, sino determinante.

¿Habría una oportunidad para el renacimiento de la URSS? Si es así, ¿que formas podría adoptar una unión renacida de las antiguas repúblicas soviéticas?

Si, esa oportunidad existe y siempre existirá. A favor están las leyes de la geopolítica. A favor está la cercanía cultural y económica de las antiguas repúblicas soviéticas. Y a favor está la voluntad de las gentes sencillas, y en los últimos tiempos también una parte considerable de las élites de los países que surgieron en lugar de la URSS. Por lo que se refiere a la forma de la futura unión, eso se definirá directamente en el curso del proceso de integración.

¿Sería usted adversario del cambio de orientación política de Ucrania y Georgia? ¿Es el PCFR partidario de la independencia de estos países de Rusia y no quiere intervenir en la política «zarista» de Vladimir Putin?

Debo decir que no veo ningún cambio particular en las orientaciones políticas de los regímenes que detentan el poder en Ucrania y Georgia. Siempre han sido antirrusas. Por lo que toca al PCFR, ha estado, está y estará por una única unión estatal. Hablando de una política «zarista» de Putin, otra vez le está lisonjeando extraordinariamente y ayudando mucho a la propaganda de los poderes rusos.

Al PCFR le consideran un partido antisemita y nacionalista. En muchas de sus publicaciones se descubren tendencias «imperiales». ¿No contradice esto las ideas comunistas?

Aquí hay que desentrañar quien es precisamente el que denuncia que el PCFR es un partido antisemita y nacionalista. Con respecto al nacionalismo ya expresé mi punto de vista, que estas acusaciones tienen como objetivo detener el crecimiento del movimiento de liberación nacional en Rusia. Por lo que se refiere a la acusación de antisemitismo, para nadie es un secreto que esta es una herramienta habitual de los sionistas. Y cuando esas acusaciones se promueven desde los medios de comunicación controlados por los Gusinsky, Berezovsky, Friedman, Abramovich, etc. no queda sino plantearse la pregunta: ¿se podía esperar otra cosa? En cuanto a las ideas comunistas, quisiera aconsejar otra vez: lean a los clásicos. Para empezar, la polémica de V. I. Lenin contra el Bund (organización política judía, separada de los socialdemócratas rusos, existente a principios del siglo XX).

Su partido colaboró con Slobodan Milosevic, y Vd. mismo llamó criminal al Tribunal de La Haya donde le juzgaron. ¿Qué había de innovador en este nacionalista serbio para que mereciera que le defendieran?

Milosevic no era un nacionalista, sino un patriota de su tierra, defendía la libertad de su país. Y ahora a este le amenazan nuevos peligros de parte del imperialismo mundial, que le quiere quitar Kosovo, que aparta a Montenegro, dejando a Serbia sin salida al mar, y, de hecho, aplasta a la antaño grande y potente Yugoslavia. A eso no se le puede llamar sino ensayo de un intento similar de desmontar la Federación Rusa. Y, teniendo en cuenta que nuestros dos pueblos tienen una historia común, y, en buena medida, un destino común, debemos unir fuerzas para salvaguardar nuestra independencia.

Convencidos de que perderían el combate judicial, los enemigos de Milosevic decidieron su eliminación física. La culpa por esto recae sobre los jueces y fiscales del Tribunal Penal, así como sobre los líderes de los países miembros de la OTAN. Y en los actuales gobernantes de Serbia, los cuales, en contra de su Constitución, entregaron a su presidente a la represalia. Por iniciativa nuestra 73 partidos y movimientos de la izquierda exigieron oficialmente terminar con el espectáculo judicial y liberar a Milosevic, en la reunión celebrada en Atenas en el otoño del 2005. No tuvimos éxito.

Rechazamos la afirmación de que Milosevic murió por causas naturales. Es un crimen total. «De facto» asesinado en la cárcel. En el curso de cuatro años de agotador proceso su salud soportó enormes cargas. En ese tiempo se le negó sistemáticamente ayuda médica cualificada o liberación provisional para atenderle en Rusia. Y en tanto que el Tribunal sabía de los riesgos para su vida, esto prácticamente significa coparticipación en un asesinato premeditado.

La dirección del PCFR, y ahora esto se puede contar, mantuvo un contacto permanente con Slobodan Milosevic. Yo conversé con él por teléfono móvil, recibí noticias suyas, incluidas las de su estado de salud. Nuestra valoración es clara: el tribunal, de hecho, actuó en el papel de asesino. Cualquier médico sabe que si la tensión es superior a 200 es necesario un régimen de reposo en cama. Pero en lugar de soltar a Milosevic bajo la garantía de nuestro país (por cierto, miembro del Consejo de Seguridad de la ONU), no permitieron al hombre recibir tratamiento.

En los últimos años esta instrucción se ha llevado a la tumba ya a 11 serbios. Esto obliga a reflexionar a cualquier persona normal.

Exigimos la disolución de este tribunal y una investigación de sus actividades. 125 millones de dólares en esta «oficina» que actúa en el papel de verdugo de cualquiera cuyo punto de vista difiera de la política del moderno globalismo, que intenta imponer su orden a todo el mundo. Esto es inadmisible.

En la página de Internet del PCFR se encuentra un enlace al sitio de los nacional-bolcheviques. ¿Quiere esto decir que ustedes colaboran con ellos? ¿Les consideran parte del movimiento de izquierdas?

De boca de los representantes del poder ruso se puede oír a menudo que el apoyo por parte del PCFR a los grupos juveniles radicales, entre ellos el Partido Nacional Bolchevique, puede perjudicar al Partido Comunista. Por el contrario, yo pienso que, en el futuro, estos jóvenes radicales se unirán a nuestro partido o serán unos fieles colaboradores, liberados de vehemencias excesivas. Hay todavía otro elemento, más importante. En el marco del «estado mayor» para acciones de protesta, que se ha formado en torno al PCFR, los representantes de estos grupos radicales actúan responsablemente y de acuerdo con nosotros. Hay que trabajar con ellos, enseñar y educar. En nuestras acciones estos chicos se comportan moderada y normalmente.

¿Coopera el PCFR con otros partidos comunistas (con cuales) y en que niveles se desarrolla esa cooperación?

Hoy en día el movimiento comunista mundial vive una etapa ascendente. Los lazos entre partidos comunistas se fortalecen y amplían. Digamos que en el Encuentro ordinario celebrado el año pasado en Atenas 73 partidos comunistas y hermanos adoptaron el programa íntegro de actividades de las fuerzas comunistas y de izquierda. Con las fuerzas unificadas plantamos cara en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) a los intentos de la derecha de comparar a la URSS con la Alemania fascista y de declarar la doctrina comunista y los partidos comunistas como algo criminal. Quisiera hacer votos para que los comunistas polacos intervinieran más activamente en nuestra lucha común.

¿Qué actitud tiene el PCFR hacia el movimiento antiglobalización?

Saludamos a todos los que luchan contra la globalización del mundo a lo yanqui.

¿Qué esperanzas puede albergar el movimiento obrero internacional con respecto al acuerdo cerrado recientemente entre los líderes de Cuba, Venezuela y Bolivia, dirigido contra el imperialismo? ¿Ve usted en el futuro en ese bloque a, por ejemplo, Polonia y Rusia?

El planeta se «izquierdiza» a ojos vista. Casi todo el continente latinoamericano ha enrojecido: detrás de Cuba han seguido el curso de la justicia social Venezuela, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, en la fila sigue Méjico. Las fuerzas reaccionarias de los EEUU se enrabietan y enfurecen, pero no pueden hacer nada. Los ritmos más altos de desarrollo económico en el mundo los siguen mostrando la China socialista, que ha alcanzado a EEUU en reservas de oro (840.000 millones de dólares a finales de año) y el Vietnam socialista.

En la superpoblada India ha sido elegido presidente del Parlamento un comunista. También es comunista el presidente del Parlamento del país latinoamericano más grande. Crecen las tendencias de izquierda también en Europa. Y se «izquierdiza» Rusia. Esto induce a «contraerse» a los «globalistas» estadounidenses, que creyeron que ya podían establecer su «nuevo orden» de campo de concentración electrónico en el planeta y actuar con artimañas provocadoras contra el comunismo.

No por casualidad en la APCE se preparó el informe de un cierto Lindblad, una persona de cortos alcances, aburrida y poco culta, a quien manifiestamente «ayudaron» conocidos especialistas de la CIA a elaborar su «opúsculo» según las recetas de Goebbels y Foster Dulles. Este se lanzó a la opinión pública, y se comentó en Internet, y debía formalizarse como una «sentencia» al comunismo por parte de la APCE.

Publicamos una serie completa de materiales de carácter contrapropagandístico. Intervinimos en la conferencia internacional de partidos comunistas y trabajadores en Grecia, donde 73 dirigentes de partidos comunistas y de izquierda nos dirigimos oficialmente a la APCE y a Putin con una enérgica protesta contra la operación anticomunista y el intento de excavar la Plaza Roja con su Necrópolis de héroes de la época soviética y el Mausoleo de Lenin.

Estoy convencido de que esta lucha va a crecer. Debemos escoger las mejores formas de acción para participar en ella. No hace mucho, a iniciativa de nuestro comité para acciones de protesta contra las provocaciones en la APCE, se llevaron a cabo en Moscú 5 mítines de dos días de duración y marchas de piquetes desde las embajadas de EEUU y Suecia hasta las representaciones diplomáticas de los países bálticos y Azerbaidzhan, de donde dos representantes en la Comisión Política de la APCE simplemente se «salieron de madre» denigrando toda la historia soviética y comunista.

¿Tiene usted algún consejo u observación para el partido comunista de Polonia, así como para otras organizaciones comunistas polacas: como fortalecerse, significarse en el escenario político y entre los trabajadores? ¿O, de modo más sencillo, como salir de las sombras de la actual izquierda polaca?

No hace mucho, junto con el Partido Comunista de Polonia, fuimos coautores de una Declaración conjunta de partidos comunistas y obreros en el tercer aniversario del comienzo de la guerra de Irak. Intervinimos juntos en una serie de foros internacionales del movimiento comunista. Sin embargo no tenemos lazos y contactos permanentes.

¿Cuál de los líderes del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP) estima más, y por qué?

Pienso que Edward Gierek, en cuya época la Polonia que se desarrollaba deforma dinámica era uno de los países punteros de la comunidad socialista, yo diría que una superpotencia regional, y tenía una autoridad en Europa y en el mundo que la Polonia actual no puede ni soñar.

¿Qué piensa del escenario político polaco?

Si tuviera que valorar la situación política polaca, desde el punto de vista del desarrollo de las relaciones ruso-polacas, entonces no veo todavía aquí ninguna clarificación o perspectiva perceptible.

¿No le irrita la manipulación con acusaciones de participación en el asunto de Katyn (fusilamiento en masa de oficiales polacos en la 2ª Guerra Mundial, atribuido por los nazis, y más adelante, por los occidentales, a los soviéticos) a Mijail Kalinin, cuya firma en la llamada resolución sobre este asunto puso Stalin después de los hechos? ¿Qué debería hacer la izquierda polaca, según usted, para contrarrestar esta mentira u otras parecidas?

Nosotros, los comunistas de Rusia, somos gente firme. Y no nos entregamos a ninguna irritación. Vemos perfectamente que en torno al asunto de Katyn se ha amontonado una cantidad colosal de falsificaciones, fraudes, mentiras propagandísticas conscientes, y provocaciones del tipo más variado. En esto se han esforzado todos: los poderes polacos y los representantes del actual régimen ruso. El fin es comprensible: calumniar por todos los medios la época soviética y sembrar cizaña entre los pueblos ruso y polaco. Así la situación cada vez se agudiza más. No solo por la parte polaca, sino también por la rusa. Particularmente, nuestra sociedad exige cada vez más alto investigaciones sobre la muerte en campos de concentración polacos en 1920 de 60 a 80.000 prisioneros de guerra soviéticos que fueron ejecutados sin juicio alguno, matados por hambre o desaparecieron sin rastro. La mutua presentación de reclamaciones históricas, como enseña toda la experiencia mundial es un asunto muy resbaladizo. Y como dice el conocido proverbio chino: «No tires piedras a las ventanas de los vecinos si tú mismo vives en una casa con paredes de cristal».En los tiempos soviéticos lo comprendían y no se agitaban semejantes problemas.

¿De que manera se lucha en Rusia con la falsa imagen que se presenta de Félix Dzerzhinsky (restauración de monumentos aparte)? ¿Qué métodos aconseja para hacer saber la verdad sobre esta destacada y meritoria personalidad en Polonia, donde se tiene hacia él una actitud particularmente injusta y odiosa?

Si, nosotros luchamos y lucharemos para que los monumentos en honor a personas como Félix Dzerzhinsky sean restaurados, para que un recuerdo brillante y digno de ellos perviva. Pero en cuanto a los medios oportunos para luchar por eso en Polonia, ustedes los verán más claros.

¿Cómo va el PCFR a contrarrestar el «secuestro» de la cuestión feminista por los representantes del liberalismo?

El mejor método de contraataque es nuestra propia política. En el PCFR rige la regla de que en todas partes, listas electorales, órganos dirigentes, en nuestros actos, están presentes sin falta las mujeres. Tenemos una organización de mujeres, «Esperanza», que gana peso y autoridad no solo en el partido, sino en la vida social del país.

¿Qué fracciones femeninas (plataformas, representaciones) existen en el PCFR? ¿Con que organizaciones o grupos informales de mujeres cooperan?

En el reglamento de nuestro partido se prohíbe cualquier plataforma interna. En cuanto a la presencia de mujeres en la fracción del PCFR, es la más alta de todos los grupos del parlamento ruso.