Marea Socialista de Venezuela, corriente anticapitalista dentro del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), es posiblemente la corriente marxista revolucionaria con mayor inserción en el proceso bolivariano. Fuertemente implicada en el movimiento sindical, y con una buena presencia en la juventud, esta corriente ha sabido intervenir con protagonismo al interior de la revolución bolivariana, apostando […]
Marea Socialista de Venezuela, corriente anticapitalista dentro del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), es posiblemente la corriente marxista revolucionaria con mayor inserción en el proceso bolivariano. Fuertemente implicada en el movimiento sindical, y con una buena presencia en la juventud, esta corriente ha sabido intervenir con protagonismo al interior de la revolución bolivariana, apostando por radicalizar el proceso político en un sentido decididamente anticapitalista, en tensión con los sectores burocráticos y vacilantes al interior del mismo chavismo. Marea Socialista es, a su vez, observador permanente de la IV Internacional. Conversamos a continuación con Carlos Carcione, uno de sus principales referentes.
En sus documentos más recientes, Marea Socialista se ha pronunciado explícita y enfáticamente señalando la necesidad y urgencia de un golpe de timón en el gobierno de Maduro que re-afirme el sentido revolucionario del proceso bolivariano, frente a la constante amenaza de los sectores reaccionarios y burocráticos a su interior. ¿Cómo caracterizan el nivel de politización y radicalización de las masas (tanto por sectores como de conjunto) en la fase actual del proceso bolivariano? ¿Cuál es el nivel de verticalización del movimiento de masas y cuán efectiva es su utilización por parte de los sectores más regresivos del gobierno para contener la lucha por mayores conquistas? En ese sentido, ¿qué elementos reales hay presentes hoy en día en los sectores populares para tener expectativas en que puedan oficiar como factor de presión para forzar el proceso en el sentido que ustedes señalan en sus documentos?
Carlos Carcione: La ausencia física del Comandante Chávez en el escenario político venezolano y me animaría a decir continental, tiene un impacto todavía difícil de evaluar con precisión. Y ese impacto golpea en primer lugar al Pueblo Bolivariano, el motor del proceso abierto en 1989. Sin embargo que lo haya golpeado no quiere decir que ese pueblo esté desmoralizado, al menos por ahora, aunque si hay confusión.
En ese marco nosotros y muchos otros camaradas, venimos insistiendo en la necesidad de defender el Legado revolucionario de Chávez: La defensa de la participación democrática del pueblo que vive de su trabajo. Las conquistas políticas, sociales y económicas de la Revolución Democrática Bolivariana. La defensa de un rumbo de independencia nacional y de transición al socialismo. El llamado a desmontar el Estado Burgués y la lógica del Capital, etcétera.
El reclamo al presidente Maduro para que aplique un Golpe de Timón tiene dos sentidos. En primer lugar hace referencia al último discurso de Chávez, el 8 de diciembre de 2012, donde el Comandante, frente a la gravedad de su situación personal, da una especie de testamento político que va más allá de la propia designación de Nicolás Maduro como sucesor, designación que ciertamente es condicionada a «gobernar siempre con el pueblo y obedeciendo al pueblo». En ese discurso hace una crítica y autocrítica de su gobierno y señala parte de las cuestiones pendientes como por ejemplo la parálisis de la construcción de las Comunas como nueva forma de poder popular contra la estructura del Estado Burgués. Al mismo tiempo que defiende la crítica como derecho de los revolucionarios.
En segundo término, el concepto Golpe de Timón significa para nosotros la necesidad de un cambio de rumbo, esto que ya veníamos debatiendo con Chávez, significa que creemos que se está llevando por parte del gobierno, incluido Maduro, un rumbo equivocado y contrario al que nos llevaría a la transición. Y que, por ingenuidad, parálisis o complicidad se están aplicando o permitiendo la aplicación de contrarreformas que apuntan al desmantelamiento de las conquistas del Proceso Bolivariano. Los últimos anuncios sobre el sistema cambiario, profundizan peligrosamente ese rumbo equivocado.
Aclarado esto, en relación a sus preguntas concretas puedo decirle que:
a) El proceso de politización del pueblo bolivariano es muy alto. Hay experiencias acumuladas en estos 15 años que por un lado polarizaron a la sociedad, y por otro politizaron positivamente a lo que se conoce como chavismo. Hay una conciencia anticapitalista difusa pero conciencia al fin, lo mismo que son millones los que hablan de socialismo, también de manera imprecisa, claro, pero esto pudo verse en la reacción frente a las medidas de emergencia de noviembre pasado. Se asoció inmediatamente usura con capitalismo. De todas maneras se puede decir que en el movimiento obrero y el movimiento popular o comunitario este proceso está más arraigado, mientras que la debilidad principal está entre la juventud, sobre todo estudiantes universitarios, nosotros esperamos que esta debilidad sea coyuntural.
b) Las luchas realmente existentes hoy son para defender conquistas de la revolución que están siendo atacadas. En primer lugar entre los trabajadores, pero en general los sectores populares. En ese sentido, la verticalidad que usted menciona no funciona eficientemente para impedir esas luchas, aunque es cierto que la propia central sindical se ha asignado para sí el papel de apagafuegos del gobierno. Pero el escenario que tenemos es, entonces, el inicio que tiende a extenderse, de reclamos y luchas de trabajadores y de otros sectores que aunque quedan separadas por el papel de la Central, es posible que se ganen, abriendo un tiempo de maduración del movimiento de masas y de sus sectores más activos y los elementos más destacados. La fundación de la Federación de Trabajadores Automotrices realizada recientemente es un ejemplo de este proceso.
c) Le voy a dar un ejemplo. Al principio del año 2008, parecía que había un proceso de desmoralización o alejamiento del Proceso, el síntoma era la derrota electoral de diciembre del 2007 en el plebiscito para reformar la Constitución. Sin embargo una lucha obrera por el contrato colectivo, la de los trabajadores de SIDOR, cuya propietaria era la multinacional con sede en Argentina Techint, enfrentó al propio gobierno de Chávez, que en la persona de su ministro de Trabajo, ordenó reprimir el conflicto, llegando a enviar a la Guardia Nacional. La absoluta mayoría de esos trabajadores eran y son chavistas o como ellos mismos se definen revolucionarios, y en 2013 votaron por Maduro y sostienen su gobierno, pero en ese momento no aceptaron la política de apoyo a la empresa que tenía el gobierno. Y para cumplir el objetivo de su lucha, el contrato colectivo, lo obligaron a nacionalizar la siderúrgica, esa fue la primera nacionalización en caliente, fuera de programa, que Chávez tuvo que realizar.
Hoy la situación también parece de desmoralización, para nosotros sin embargo es más de confusión y hasta de enojo por los pasos contradictorios que percibe el pueblo que da el gobierno. Un día Maduro monta negociaciones con las cámaras empresarias y al mes siguiente, interviene con fuerzas militares y civiles cadenas comerciales y empresas productoras para bajar los precios especulativos. Ahora una nueva devaluación encubierta. En ese sentido nosotros creemos que la presión que el humor social ejerció en la calle desde mayo a octubre pasado, fue fundamental para que el gobierno aplicara las medidas de emergencia que viraron el clima social y facilitaron el triunfo electoral el 8 de diciembre. Hasta ahora, que ese humor empieza a parecerse al de antes de las medidas, justamente porque las acciones progresivas del gobierno se detuvieron y eso se siente en el nivel de vida. Y porque las nuevas medidas que se están anunciando van en contra del pueblo que vive de su trabajo. Nosotros confiamos en que la acumulación de experiencia, la voluntad y los avances conquistados, casi todos con lucha, se van a expresar en movimiento y por esa vía en presión para corregir. Y, de no corregirse este rumbo equivocado, creemos que la lucha «reivindicativa» se transformará en lucha política.
En su último documento «El proceso bolivariano sin Chávez: 2013 año de incertidumbres, 2014 año de definiciones», Uds. describen el «cruce de caminos» en el que se encuentra la revolución bolivariana, entre las posibilidades de radicalizar el proceso hacia una transición efectiva al socialismo o una regresión hacia formas clásicas del nacionalismo burgués latinoamericano. ¿Podría describir brevemente los rasgos generales de esta situación?
CC: Efectivamente nosotros planteamos una situación de cruce de caminos. Y las alternativas que vemos son: si no se avanza hacia medidas anticapitalistas y la transición al socialismo, es decir de la revolución democrática a la revolución económica y social y con esto señalamos una dinámica no los tiempos de un proceso, lo que nos espera al final de la otra bifurcación del camino es la consumación de las contrarreformas que lleva a un modelo neoliberal, ya sea de manera abierta o encubierta. Es decir, que la alternativa al cambio de rumbo y la profundización de la Revolución Bolivariana es la que lleva a una dependencia cada vez más acentuada del modelo extractivista petrolero, rentístico, que es absolutamente dependiente. Podemos estar equivocados o haberlo expresado mal en nuestro documento, y aunque no podemos pronosticar qué tipo de régimen político surgirá de esta tendencia de la realidad y de los choques que se producirán, no vemos ningún horizonte de nacionalismo burgués.
Entonces, brevemente: Al ser 2014 y podríamos decir hasta mediados de 2015 un año sin elecciones a la vista, sin la distorsión que provocan las elecciones, y en el que la crisis no se ha resuelto sino que se agrava, vemos que chocarán y ya lo están haciendo, las fuerzas sociales que expresan ambas tendencias. Que estos choques profundizaran las definiciones de los sectores políticos. Tanto los del proceso, como de la oposición. Vemos que puede ocurrir un rediseño en los mapas políticos, de los que hoy son la oposición de derecha, como de las fuerzas que se reivindican del proceso. Y, ya hay síntomas de una tendencia al reagrupamiento de los sectores radicales del Proceso Bolivariano.
Claro que aún son síntomas, no hechos, pero vemos esa dinámica. Sólo un giro copernicano en el PSUV, cuyo Congreso Ordinario fue convocado para el 26, 27 y 28 de julio próximo, un giro que lo democratice, clarifique el programa en los objetivos anticapitalistas, y lo saque de la situación de apéndice administrativo del gobierno, sólo así puede contener en su interior a la izquierda del proceso.
Es sabido que el caso del proceso bolivariano ha dado lugar a numerosos posicionamientos al interior de la izquierda revolucionaria. Podríamos clasificarlos esquemáticamente en tres: 1) uno acrítico que idealiza románticamente el proceso y su dirección; 2) uno que interviene en él desde una perspectiva de apoyo crítico para radicalizar sus núcleos progresivos; 3) uno que busca embestir frontalmente contra su dirección por no ver en él ningún elemento revolucionario. ¿Cómo evalúan ustedes, en términos tanto políticos como organizativos, la experiencia de Marea Socialista de construcción al interior del proceso bolivariano desde una perspectiva de apoyo crítico a su dirección? ¿Consideran que este posicionamiento ha redundado en mejores condiciones para interpelar al grueso de los sectores populares? ¿Cómo son percibidos los posicionamientos más sectarios o anti-chavistas al interior del movimiento popular, y cuáles son sus posibilidades de diálogo con éste? ¿Cómo son percibidos estos posicionamientos más específicamente dentro del movimiento obrero?
CC: Marea Socialista es una corriente orgánica del Proceso Bolivariano, no entra a él desde fuera. Proceso, que es bueno aclarar, es muy diverso y plural desde el punto de vista de las corrientes de pensamiento y acción que actúan en él, por eso es que no hay un partido único. Ni Chávez, con toda su enorme autoridad política, pudo reunir en una sola organización a todo ese pensamiento y cultura. El PSUV que nacía con la aspiración de ser el Partido Único, es el Partido Socialista Unido, el más grande por lejos de los partidos del Proceso, pero sólo uno de ellos.
La mayoría de los principales dirigentes de Marea y muchos de sus cuadros, tienen años de lucha social y política. Incluso desde antes del gobierno de Chávez. Algunos de ellos son luchadores obreros de larga trayectoria y tradición que hicieron sus primeras armas como jóvenes dirigentes en las grandes huelgas de los 70, otros más nuevos cargan con el aprendizaje de haber participado del Caracazo y del proceso político y de luchas que abrió ese estallido. Otros hicieron parte de su experiencia en alguna de las organizaciones armadas. Todos ellos, junto a los más jóvenes, participaron activamente del lado de la defensa del proceso durante el Golpe de Abril y el Sabotaje Petrolero. Incluso los cuadros más jóvenes todavía, los que tienen conciencia política sólo desde el gobierno de Chávez, se están haciendo en luchas sociales y políticas como parte de ese pueblo, sin dejar de razonar de manera crítica.
Es decir: somos parte de varias décadas de luchas de trabajadores, populares y hasta estudiantiles y de construcciones políticas revolucionarias, distintas, que desembocaron en lo que tomó el nombre de Proceso Bolivariano y que fue indiscutiblemente conducido por Chávez, y no renunciamos a ser parte de la experiencia de ese pueblo. Más allá de las diferencias políticas, las críticas, las propuestas alternativas y los debates con la máxima dirección del proceso, que nunca dejamos de plantear. Por ejemplo, como corriente interna del PSUV, editamos nuestro periódico, aunque el partido no tiene en este momento uno oficial. Es decir nunca dejamos de ordenarnos de acuerdo a nuestras propias ideas y debates, a nuestra visión de la realidad y del socialismo por el que debemos luchar, interactuando e interpelando como dice usted, al conjunto del Pueblo Bolivariano, al menos hasta donde nos dan nuestras fuerzas, pero también aprendiendo en una relación de ida y vuelta con ese pueblo y su sector más activo, radical y rebelde.
El problema para dialogar con ese pueblo lo tienen aquellos que se plantearon una ruptura radical, no sólo con el partido de Chávez lo que podría haber sido legítimo, sino y esto es lo grave, con el Proceso de conjunto. Ellos perdieron la posibilidad de interpelar, dialogar, influir y organizar a un importante sector de luchadores (y son decenas de miles) que aprendieron a creer en la lucha por el socialismo, un socialismo todavía en construcción en sus cabezas, es verdad. Pero del cual entienden la esencia, es decir que es, en primera instancia, lucha contra el imperialismo, los capitalistas y la lógica del capital, a lo que van sumando lentamente la lucha contra la burocracia del Estado.
Esta actitud, esta identidad, esta conciencia de pertenencia al Proceso, le permitió a Marea Socialista, avances en el terreno organizativo y político. Hoy estamos extendidos a nivel nacional, pasamos de ser una corriente de dirigentes sindicales a ser una corriente política que creció en relación a su sector sindical e integró también sectores comunitarios y sectores de la juventud que estudia. Y al mismo tiempo, nuestras propuestas han ido ganando en respeto e influencia, además de que fueron mejorando, es decir, haciéndose más «reales» por esa relación de dialogo, de ida y vuelta que le señalaba antes. Y esto ocurre en el movimiento de masas como en otros importantes sectores como profesionales, intelectuales comprometidos y críticos, etcétera. Hoy podemos decir que desde el punto de vista político Marea Socialista se ha hecho de una personalidad y desde el punto de vista organizativo nos hemos consolidado como corriente, hemos crecido en número y somos más fuertes también en la construcción y formación de nuestros cuadros, todo esto, por supuesto, entendido en términos relativos.
Mientras que los sectores de izquierda que rompieron con el Proceso o aquellos que nunca lo entendieron, son vistos políticamente como parte de la oposición de derecha. O en el mejor de los casos no son tenidos en cuenta. Por ejemplo, la candidatura presidencial de izquierda alternativa a Chávez que se presentó en Octubre de 2012, sacó el 0,02 % de los votos. Y no se volvió a presentar en las presidenciales de Abril de 2013. Y dentro del movimiento obrero donde hay algunos dirigentes sindicales de este sector que son reconocidos, actúan sólo sindicalmente y liberan a sus representados a que tomen sus propias decisiones políticas. Para sobrevivir, están atrapados en una desviación sindicalera, dándose la paradoja de que son sectarios en relación al Proceso y oportunistas en relación a su práctica de lucha. Ojalá reflexionen y cambien.
Probablemente el fenómeno más rico de la experiencia bolivariana ha sido el proceso de empoderamiento y organización popular que se suscitó durante todos estos años. Al respecto, ¿cómo están actualmente las experiencias de control obrero (en Sidor, por ejemplo) o de autogestión popular en los barrios, como los consejos comunales? ¿Qué realidad y perspectiva tiene la consigna del Estado Comunal?
CC: Efectivamente es una, aunque solo una, de las expresiones importantes del Proceso. Me voy a detener en el caso del Control Obrero, que es el que más conozco.
La zona de Guayana puede ser considerada el laboratorio de esta experiencia, que se desarrolló en menor medida en otros sectores. Sidor, claro, pero el conjunto de Industrias Básicas. Allí desde mayo del 2009 hasta junio, julio de 2012 se vivió una experiencia que estuvo cruzada por fuertes turbulencias y conflictos entre los sectores que defienden el Control Obrero y la burocracia estatal y sindical que no quiere perder el privilegio enorme que se deriva de administrar discrecionalmente esas grandes empresas industriales, por ejemplo, las contrataciones con el sector privado nacional y multinacional.
Esta experiencia se materializaba en dos formas organizativas: Los Obreros Presidentes de las empresas y las Mesas de Trabajo que buscaban cambiar las relaciones de producción jerárquicas de tipo capitalista por otras nuevas para la transición. El último Obrero Presidente fue reemplazado a mediados de 2013 y desde entonces se consolidó el congelamiento de la experiencia. De hecho, desde nuestro punto de vista, hay un retroceso. Y desde el gobierno se busca un fortalecimiento de la estructura jerárquica, burocrático capitalista de las mismas con el nombramiento de militares en su conducción. Las razones son múltiples, algunas más importantes que otras, pero exceden largamente el espacio de esta entrevista. Nuestros compañeros de Ciudad Guayana, que hacen parte activa e impulsora de la experiencia, están trabajando en un extenso estudio de sistematización, con el que esperamos contar en pocos meses más. Pero le puedo adelantar que en medio de esta lucha quedaron resultados colaterales positivos, por ejemplo, se eliminó casi totalmente uno de los problemas principales que había en las empresas: la tercerización y flexibilidad laboral de miles de trabajadores que pasaron a nómina.
Pero ese congelamiento o retroceso no significa que se ha perdido todo y que habrá que recomenzar de cero. De hecho, la experiencia iniciada en 2009 es la continuidad de la primera experiencia de este tipo que arrancó en 2005 bajo la forma de co gestión en la empresa de transformación de aluminio ALCASA y en el sector eléctrico nacional. Esas experiencias fueron abortadas en 2006/7 pero dejaron un enorme acumulado que fue utilizado en su totalidad y mejorado, hacia la autogestión. Miles de cuadros obreros, técnicos, profesionales formados en las propias empresas, trabajaron y se dispusieron a emprender la transformación revolucionaria que estaba implícita en el Plan Guayana Socialista 2009 – 2019 que ellos mismos construyeron. Realizaron dos Congresos Nacionales, una decena de encuentros regionales y una enorme cantidad de trabajo en las Mesas de las empresas. Esos cuadros están allí, en las empresas, no se han desorganizado totalmente. Es más la mayoría de ellos han avanzado sacando conclusiones de los errores, que son, sobre todo, de apreciación política. Están más conscientes también de la necesidad de ir a fondo en la batalla política, que no alcanza solamente con las transformaciones en la estructura productiva, en las empresas, sino que hay que ir también por la transformación revolucionaria del carácter del Estado.
Lo mismo que el acumulado de los trabajos realizados. Y así como la lucha que llevó a la nacionalización de Sidor en 2008 fue la chispa que disparó la experiencia del 2009 retomando, mejorada, la del 2005, nuestra expectativa es que con un nuevo triunfo, en una lucha crucial, se reactive y ahora desde un nivel superior esa experiencia. Y estas luchas sucederán, porque en pequeño, el cruce de caminos también está planteado para este sector productivo clave en el país.
En relación al sector popular, a las comunidades, y específicamente las Comunas. En lo que se ha avanzado es en el levantamiento de un censo nacional y la inscripción de las Comunas. Pero en las existentes al día de hoy, todas ellas rurales, lo que predomina en general es una lucha despiadada entre los campesinos comuneros y los viejos representantes del poder terrateniente o nuevos actores que aspiran al control de la tierra. En esa lucha los campesinos vienen poniendo una enorme cantidad de muertos en crímenes al peor estilo del sicariato, la mayoría de los cuales queda impune. El apoyo financiero y el acompañamiento estatal existen, se notó el año que pasó un esfuerzo por avanzar, aunque las comunidades señalan que es insuficiente. Pero a pesar de estas dificultades y los riesgos, el impulso y la voluntad de transformación de los movimientos que buscan la construcción de las Comunas no se han detenido.
La experiencia de los Consejos Comunales, que dieron un fuerte impulso a la democracia participativa y protagónica, está atravesando una crisis. Pero en las comunidades hay voluntad y acción para salir de ella. Por ejemplo, la organización comunitaria para la autoconstrucción de viviendas de buena calidad, es uno de los tres pilares en los cuales se apoya el avance de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
¿Cuál es la situación de las corrientes radicales y revolucionarias al interior del proceso revolucionario? ¿Qué vínculos se mantienen con el resto de los grupos anticapitalistas? ¿La Plataforma Patria Socialista está en condiciones de constituirse en una herramienta política más allá de lo electoral?
CC: En la izquierda del proceso se ha iniciado un profundo debate político. Este es impulsado por la crisis que tiene rasgos de Guerra Económica. Lo que hoy se está debatiendo, todavía al interior de esas corrientes, es la necesidad de avanzar hacia el anti capitalismo. Y esto es, sobre todo, alrededor de la salida de la crisis. El debate puede revisarse sobre todo en Aporrea.org, Rebelión.org, questiondigital.org entre otros muchos sitios web. Lamentablemente los medios masivos de comunicación incluyendo en especial a los públicos, están cerrados a este debate. Pero existe. Y a pesar del intento de silenciamiento de las posturas más radicales, para septiembre/octubre se logró hacer escuchar esas voces. Las medidas de emergencias tomadas por el gobierno reflejaron la elaboración y las propuestas concretas de los sectores de izquierda del proceso, entre ellos nuestra corriente.
Marea Socialista viene señalando desde el año 2010 la necesidad de la articulación de la izquierda del proceso. Y trabajando por eso. En su momento se dieron algunos pasos positivos. Sin embargo la maduración de una articulación superior a la simple unidad en la acción por tal o cual medida concreta, lleva tiempo. Una experiencia articulada de alcance programático requiere de esfuerzos que involucran no sólo la elaboración de propuestas comunes, sino y sobre todo, de la construcción de confianza y de la voluntad necesaria de los distintos actores políticos. Este trabajo tiene un ritmo lento. Lo importante, en todo caso, es realizar el trabajo con perseverancia, con lealtad y sobre todo paciencia. En este momento percibimos los primeros síntomas de que esta búsqueda se está extendiendo a otras corrientes, agrupaciones y hasta dirigentes y personalidades del proceso. En los debates actuales se pueden apreciar coincidencias entre distintos sectores que, hasta hace apenas dos años, tenían posiciones opuestas. Confiamos en que esta tendencia se desarrolle. Seguimos trabajando por ella.
Patria Socialista es una plataforma política que nace para apoyar la candidatura del presidente Nicolás Maduro. El momento era doloroso, difícil, complejo. La situación era de incertidumbre. La elección presidencial era difícil. Entonces un sector muy importante y significativo de intelectuales y militantes sociales y políticos del proceso, defensores del pensamiento crítico, decidimos dar ese paso. En medio del enorme golpe emocional que significó el fallecimiento del Comandante Chávez, salimos a recorrer el país para ayudar a la candidatura que él propuso y hacerlo con el instrumento de la defensa y articulación en propuestas de su Legado.
Desde entonces y hasta hoy continuamos en esa tarea, se concretó un importante seminario nacional con 100 de los más destacados referentes y cuadros del proceso en economía, poder popular, educación básica y universitaria, movimiento obrero, modelo productivo, ecología, diversidad sexual, políticas de género, petróleo, industrias básicas, planificación, pueblos originarios, etcétera. Ese seminario generó propuestas en todas las aéreas que debatió, propuestas que fueron entregadas en el Palacio de Gobierno en Miraflores. Al tiempo se instalaron comisiones que elaboran sobre esos nudos problemáticos centrales. También se organizaron foros en casi todos los estados del país. Se realizó, con la participación de centenares de cuadros regionales, un importante encuentro juvenil nacional y un muy buen encuentro nacional de trabajadores. Talleres de formación, escuelas políticas, etcétera. Algunos de los camaradas del equipo promotor y de coordinación nacional de la plataforma, articulados con Aporrea.org, dieron nacimiento a Aporrea Radio para realizar programas que se transmiten cotidianamente desde ese sitio web. Con esta descripción de las tareas que ha asumido Patria Socialista, quiero señalar, que desde nuestro punto de vista, son mucho más amplias que acompañar las campañas electorales. La Plataforma ha tenido la iniciativa de abrir el debate que necesita el Pueblo Bolivariano y eso está en pleno desarrollo.
Desde hace un tiempo Marea Socialista ha iniciado un proceso de diálogo y acercamiento a la IV Internacional (SU). ¿Cómo valoran este proceso? ¿Qué posibilidades encuentran para la constitución de un nuevo marco internacional para las corrientes anticapitalistas y revolucionarias?
CC: Marea Socialista hace parte de una corriente latinoamericana que anima junto al Movimiento Socialista de los Trabajadores – MST, de Argentina, el MES/PSOL de Brasil, la Lucha Continúa de Perú, el MPU de Panamá y que tiene relaciones fraternales con grupos y colectivos de muchos otros países de América Latina y en otros continentes. Como parte de esta corriente es que hemos iniciado, de conjunto, el proceso de diálogo y acercamiento con la IV Internacional. Lo hemos hecho porque creemos vital la articulación y el reagrupamiento internacional de los revolucionarios, para superar la actual dispersión, que en muchos casos es producto del sectarismo y la autoproclamación. Lo vemos como un proceso progresivo en el que más allá de matices y diferencias, que es lógico que existan y saludable que se expresen, se pueda construir en diversidad. Valoramos positivamente los pasos dados hasta ahora. Y apostamos sinceramente que estos avances, que son todavía iniciales, sirvan para dar un fuerte impulso a lo que creemos una tarea urgente: la búsqueda de ese reagrupamiento internacional de las corrientes anticapitalistas y revolucionarias. Lo sentimos como una responsabilidad impostergable y haremos todos los esfuerzos posibles en esa dirección, con la urgencia que impone esta época de crisis sistémica del capitalismo mundial.