Cuando Michel Foucault hizo ese magistral estudio sobre el encerramiento hablando sobre esas arquitecturas del poder que lo materializan como los manicomios, los sanatorios y las cárceles, desarrollado en su obra inaugural «La historia de la locura en la época clásica» (1961) o en «Vigilar y castigar» (1975) o incluso en «Los anormales» (1976), lograba demostrar que eso devela crisis muy profundas en la sociedad. Una sociedad que encierra o aísla al enfermo, al demente, al delincuente, es porque no es capaz de sanarle, de desalienarlo o de reinsertarlo socialmente pero no siempre es así : los pacientes no siempre se curan, los alienados no siempre recuperan la cordura y los prisioneros no siempre son resocializados, porque el confinamiento no es suficiente. Durante la epidemia algo que nos has chocado es la cuarentena. Imaginarnos la casa por cárcel. Ver a la policía y al ejército regulando nuestras libertades.
De otra parte, Giorgio Agamben en su texto reciente «Estado de excepción y pandemia» (2020) habla de la « pérdida de libertades », en un Estado de excepción decretado por gobiernos seudo-democráticos. El confinamiento aunque necesario lo ve el filosofo con sospecha y yo comparto ese punto de vista pues lo que está en juego aquí solo es la salvaguarda de un estado de salud y evitar el contagio, cosa legitima, sino a su vez la pérdida de libertades. Ya lo decía yo en mi emisión virtual titulada “Guerra y Terror en época de la pandemia”: Lo que está en juego es una nueva configuración del trabajo como lo he demostrado releyendo a Antonin Artaud en su famosa emisión radiofónica «Para terminar con el juicio de Dios» (1947): “ Los Americanos –decía el poeta-, no necesitan obreros, sino soldados (…) que de la guerra sólo conoció el miedo. ¡Y viva la guerra! ¿No es cierto? Porque fue así, ¿verdad? ¡Es la guerra! que los americanos prepararon y preparan paso a paso. Para defender esta fabricación insensata de las competencias que surgirán de inmediato en todas partes, se necesitan soldados, armadas, aviones, acorazados.» Esto actualizado hoy nos hace reflexionar sobre el papel de los juegos de guerra orquestados por y desde el Imperio, con el beneplácito de las potencias europeas Alemania y Francia para desplegar en pleno contexto de epidemia lo que se conoce como “Europe Defender 2020” : 37 soldados americanos llegaron hace dos meses a territorio Europeo. Polonia será el centro de operaciones. ¿En la mira Rusia y China? Esto es asunto de otra reflexión.
Al mismo tiempo que el filósofo italiano enunciaba esto, imágenes conmovedoras nos llegaban de Italia donde familiares de presos al frente de las cárceles pedían e imploraban que les dejaran salir: sin duda esos presos encerrados en condiciones infrahumanas morirían (si ya no han muerto) a causa del Coronavirus en sus celdas.
En Colombia durante la noche y la madrugada los presos de la cárcel La Modelo se han amotinado. Y esto se ha replicado de manera coordinada en el resto del país y sin duda de manera viral se expenderá por todo el continente y más allá desafiando las fronteras del nacionalismo proteccionista que ha surgido recientemente a causa de la pandemia, como bien lo explica Zizek.
¿Qué hace que un preso decida amotinarse y recobre su libertad así sea por unas horas, sino lo mata las fuerzas del orden o por unos días si no lo mata el virus que de todas maneras lo iba a matar allí encerrado?
La supervivencia y la libertad no tiene fronteras, no conoce límite: el sálvese quien pueda generará este tipo de caos que ojo no es anarquía, pues la ANARQUIA es cooperación.
¿Los reclusos recuperan su libertad para morir dignamente? ¿Es mejor morir afuera que en una celda inmunda con la letrina compartida? El régimen disciplinario e insalubre es puesto en jaque por quienes no pudo disciplinar. Ahora las cárceles mutarán en la era de la biotecnología a las casas, pues las universidades y los colegios ya lo están haciendo con el trabajo virtual y por supuesto y las fabricas. Es un nuevo orden mundial por la supremacía comercial que se dibuja: quienes han emprendido esta guerra biológica lo saben perfectamente. ¿Y nuestra libertad y el trabajo? La supresión de empleos precarios y otros que se creían estables como los de la función pública es pensarse seriamente.
Ayer fue noticia aquí en Francia que un individuo fue juzgado y condenado de intento de homicidio por haber mordido a un policía en el momento de un control de salida sin atestación. El individuo es portador del virus. ¿Qué pensara ese individuo? ¿Lo mismo que el recluso? Resistir a esta «limpieza social» orquestada por las grandes potencias. Ya lo habíamos evocado lo más inservible de la sociedad dice Zizek, viejos que cuestan con pensiones insostenibles para los negociantes, débiles que toca curar con medicina solidaria y costosa y lumpen de las cárceles incluidos presos políticos. Lo habíamos pensado, no me atrevía a enunciar a Zizek, nos ha quitado esa responsabilidad de encima, lo acaba de enunciar como «la ley de la selva o el comunismo» en su articulo «El coronavirus es un golpe al capitalismo a lo ‘Kill Bill’ que podría reinventar el comunismo» (2020). La humanidad está en crisis y muestra su lado más oscuro. ¿Ha comenzado el Apocalipsis Zombie para beneplácito del poder justo ahora que comenzaba la Primavera insurreccional en todo el planeta desde Hong Kong hasta Santiago pasando por Bogotá, Quito y Paris?
El capitalismo en su fase neoliberal ha tocado fondo y por salvar este modelo los señores de la guerra apoyados por las multinacionales incluso las farmacéuticas se juegan la supremacía del mundo. ¿Y nosotros ? ¿Que hacer? Sobrevivir, claro esta, pero organizadamente no individualmente, es decir, como nos invita Zizek es el momento de recoger experiencias e reinventar el comunismo! El acontecimiento de la cárcel La Modelo muestra que «el modelo penitenciario» tiene que revisarse profundamente. No es suficiente vigilar y castigar, hay que educar y dar garantías sociales. Y quiza tambien el modelo del mercado como lo enuncia Noam Chomsky es lo que está en crisis, quien entre otras cosas demuestra que es el modelo capitalista y neoliberal que no puede sostener en estos casos un sistema empobrecido de salud que colapsa porque no tiene las condiciones para afrontar una como esta que asola la humanidad desde hace poco mas de un mes. Y como decia Artaud en su famoso texto «El tratro y la peste» (1938): «Y el problema que ahora se plantea es saber si en este mundo que cae, que se suicida sin saberlo, se encontrará un núcleo de hombres capaces de imponer esta nocion superior del teatro, hombres que restauraran para todos nosotros, el equivalente natural y magico de los dogmas que ya no creemos ».