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Cuando escuché a Correa

Fuentes: Diario 16 (Perú)

Hace unos meses tuve la oportunidad de asistir a una de las visitas que el presidente Rafael Correa hacía a la comunidad ecuatoriana residente en España. Se agolpaban frente a un escenario miles de personas. Sentí un poco de ansiedad al ver a tanta gente junta y expectante un domingo tan temprano por la mañana. […]

Hace unos meses tuve la oportunidad de asistir a una de las visitas que el presidente Rafael Correa hacía a la comunidad ecuatoriana residente en España. Se agolpaban frente a un escenario miles de personas. Sentí un poco de ansiedad al ver a tanta gente junta y expectante un domingo tan temprano por la mañana. Me pareció, incluso, extraño el amor que profesaban por su presidente. Pensé en salir del recinto. De pronto, apareció el mandatario. Me tranquilicé cuando se hizo el silencio. Prometo que esperaba escuchar un discurso como tantos otros. Sin embargo, aquel día yo no estaba asistiendo a un mitin político, yo recibí durante 40 minutos una de las mejores clases de economía y gestión pública de mi vida académica.

El presidente Correa fue a darle a su pueblo una rendición de cuentas que abarcó toda su legislatura. Explicó con cifras por qué tomó algunas decisiones y las razones por las que declinó otras. En medio del discurso, el niño que estaba a mi lado le preguntó a su madre en voz bajita «¿qué es la balanza comercial?». A continuación, como si el mandatario lo hubiese oído, explicó que «la balanza comercial es la diferencia entre exportaciones e importaciones…». Yo me quedé atónita. Él no había oído al niño, era imposible. Estábamos muy lejos del escenario. Luego entendí que lo que el presidente Correa estaba haciendo era esforzarse para que todos los ahí presentes – supiéramos de economía o no– aprehendiéramos lo que él nos comunicaba. En ningún momento depreció su discurso para hacerlo más comprensible. Por el contrario, las ideas que nos trasmitió eran complejas, pero tan bien explicadas que el silencio se sostuvo durante aquellos 40 minutos. Todos escuchábamos atentos la clase magistral.

Tras las elecciones de este fin se semana en Ecuador, ese señor que yo pude ver rindiendo cuentas a su ciudadanía volverá a erigirse como presidente tras el voto democrático. Serán cuatro años más de legislatura. Desde que entró en la presidencia en 2007, Ecuador ha sufrido una serie de cambios asombrosos. La pobreza ha caído en diez puntos porcentuales. A inicio de 2007, el desempleo rondaba el 9%, actualmente se encuentra en el 4.1%. Se renegociaron los acuerdos contraídos con las multinacionales petroleras, dando como resultado un alto incremento en los ingresos fiscales, que pasaron del 27% del PIB en 2006 al 40% en 2012. Se creó la Comisión de Auditoría Integral del Crédito Público que demostró que parte de la deuda pública contraída era ilegal. Se dejó de pagar un tercio de la deuda externa. El Estado se hizo robusto, y esta robustez fue canalizada hacia las políticas públicas y sociales que benefician al día de hoy a muchos ecuatorianos, políticas que pasan por mejoras educativas, por ampliaciones en el acceso a los servicios de salud, por ayudas en el sector de la vivienda, por transferencias monetarias a los colectivos más vulnerables.

Fuente: http://diario16.pe/columnista/17/francesca-emanuele/2335/cuando-escucha-a-correa