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Cultura del pelotazo

Fuentes: noticiasdenavarra.com

No se han enterado todavía. La cultura de la transición está desahuciada. La sustituyó la cultura del pelotazo, que reemplazó el vetusto Reino de España por la nueva Marca España. Su inicio fue la declaración de aquel ministro tafallés en 1988: «Este es el país donde se puede ganar más dinero a corto plazo de […]

No se han enterado todavía. La cultura de la transición está desahuciada. La sustituyó la cultura del pelotazo, que reemplazó el vetusto Reino de España por la nueva Marca España. Su inicio fue la declaración de aquel ministro tafallés en 1988: «Este es el país donde se puede ganar más dinero a corto plazo de toda Europa y quizá uno de los países donde se pueda ganar más dinero de todo el mundo». Un año antes, este ministro, que se decía socialista, había ganado unos 60.000 euros en bolsa. Hoy sabemos las consecuencias de todo aquello: el 86% de las empresas del IBEX 35 realizan operaciones en paraísos fiscales. Así, la Marca España se convirtió en la Comarca Bolsón (la bolsa o la vida), arruinando el gobierno de los bienes comunes.

Luego vinieron los 90 y aquel banquero que se creía conde se permitió el lujo de describir cómo funcionaba este sistema en uno de sus libros: «La cultura del pelotazo representa el beneficio obtenido exclusivamente a base de movimientos especulativos, sin comprometerse con el destino o gestión de una empresa, sin planteamiento a largo plazo». Después, el ultracentrismo liberal irrumpió al grito de «España va bien». Incluso empezaron a predicar que Españistán era la séptima u octava potencia del mundo. La especulación pasó a llamarse boom. Los caciques y trileros de siempre se reconvirtieron a inversores y accionistas. Se reían a la cara de los antiguos artesanos y funcionarios porque estos no sabían enriquecerse. Todo por la patria y por la pasta. Así es la marca.

Los socialdemócratas posteriores ni se inmutaron, creyendo que eran posibles el «capitalismo popular» y la «tercera vía». El último presidente de esos progresistas se atrevió a declarar entonces: «Bajar impuestos es de izquierdas». Era el republicanismo de la marca hispano-borbónica, que da beneficios a unos pocos y pide sacrificios a todos los demás en la deuda soberana. Y todos tan contentos y demócratas en este mundo globalizado, que el negocio es el negocio. Después de matar elefantes en África, el monarca de la marca acompañó a varios empresarios a la India y allí, el vicepresidente de la CEOE afirmó eufórico: «Tenemos al mejor embajador, el rey. Siempre que nos acompaña, hacemos negocio».

Negocio lúgubre cuando la gente exasperada protesta y se manifiesta en la calle, mientras la Marca España recurre a los porrazos y a los pelotazos. Es la otra cara de la cultura del pelotazo. Tanta marca y tanta cara. Y como sospecho que las cartas están marcadas, yo me desmarco ya.

Fuente: http://www.noticiasdenavarra.com/2012/11/18/sociedad/cultura-del-pelotazo