De un mesa redonda moderada por el presidente de PRISA (el grupo editor de EL PAÍS), Juan Luis Cebrián, cada día más en la derecha extrema neoliberal, una reunión que clausuró el congreso anual de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) y que se celebró en A Coruña el martes 6 de octubre […]
De un mesa redonda moderada por el presidente de PRISA (el grupo editor de EL PAÍS), Juan Luis Cebrián, cada día más en la derecha extrema neoliberal, una reunión que clausuró el congreso anual de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) y que se celebró en A Coruña el martes 6 de octubre de 2015 [1].
Algunass reflexiones y decires de representantes y miembros de la plutocracia española y latinoamericana.
El presidente de Telefónica, César Alierta, y el magnate mexicano y presidente de América Móvil, Carlos Slim, estuvieron de acuerdo en que pese la crisis económica que sacude Latinoamérica, «la región sigue siendo un buen sitio para invertir». Es decir, los beneficios siguen a su alcance. ¡A por ellos, sin miedo y sin límites!
Según Slim, a diferencia de otras crisis y pese las «exageradas devaluaciones que están sufriendo algunas monedas» (sin precisar más) y la depreciación de las materias primas (sin contornos concretos), «en el periodo que atraviesa la región los niveles de inflación de la mayor parte de los países son muy bajos, y en la época de bonanza ha crecido la clase media, un sustrato que permitirá una recuperación más temprana». Referencia a la clase media como colchón social; las clases trabajadoras a lo de siempre y donde siempre.
El empresario mexicano al que en su día asesoró don Felipe exGas Natural alentó a las empresas a que reinviertan el capital acumulado durante los años de crecimiento para generar actividad económica y, con la cara-mantra de siempre, «crear empleo» que, en su opinión, «es la única manera que se sale de la crisis y de la pobreza». ¿No ha oído hablar nunca Slim de los trabajadores pobres, de los salarios de miseria, de los puestos de trabajo insoportables, del precariado creciente? ¿No le han pasado notas sobre el tema?
Alierta, el despótico, autoritario y antiobrero presidente de Telefónica, se mostró convencido de que «los ejecutivos latinos son mucho mejores y están más preparados que los anglosajones». ¿Por qué? Porque tenemos -se incluyó- «espíritu de superación mientras que ellos se creen muy listos y no lo son tanto. Hace 20 años nos miraban por encima del hombro; ahora también lo hacen pero les duele más». ¿Lo grabaron? ¿Pasarán su intervención en Stanford o en Cambridge? ¡Se creen muy listos! ¿Ellos no, no los de aquí, él tampoco?
La filosofía económica de este gran pensador ejecutivo se concretó así: «Vamos por delante de los reguladores que siempre miran hacia atrás, no ven el futuro, lo nuevo. Eso se ve en Bruselas y en los demás sitios. Y tiene que cambiar. En Estados Unidos los que invierten son dueños de sus inversiones. Aquí nos obligan a alquilar nuestras redes, a precio de coste».
El directivo español y el empresario mexicano coincidieron en exigir que se obligue a empresas como «Google, Facebook o Amazon a pagar a los operadores por el uso de sus redes, para ayudar a costear las cuantiosas inversiones que se necesitan para su despliegue y mantenimiento». La disputa entre gigantes, las contradicciones de los grupos dominantes: «Nosotros invertimos en 2014, 75.000 millones y damos empleo a tres millones. Ellos no invierten, ni crean empleos, ni pagan impuestos. Y usan nuestras redes sin pagarnos para llegar a los mismos clientes. Lo que entiende un niño de 14 años no lo entienden nuestros reguladores». Lo de «dar empleo», dicho por alguien como Alierta, no puede sino producir vómitos. ¡Qué empleo dan él y sus colegas!
Slim se mostró partidario a que las firmas de Internet paguen un porcentaje de sus ingresos por el uso de la red «para evitar que nuestro cliente acaba pagándolo todo». Los dos subrayaron la necesidad de digitalizar las compañías y las sociedades latinoamericanas. «Las empresas que no se digitalicen no van a sobrevivir». Una «novedosa» tesis de Alierta cuyas implicaciones sociales son conocidas por todos: más paro, más control empresarial, menos poder obrero..
Irrumpió el ámbito de la política y don Cebrián preguntó. Su gran pregunta: qué le piden a los gobiernos. ¿Piden es sinónimo aquí de exigir? Alierta emplazó a que tengan «visión de futuro». ¿Qué será eso en la mente de alguien como Alierta? Slim practicó el realismo más sucio concebible: les animó a que se den cuenta que cada vez «van a ser más chicos». ¡Tal cual! Por consiguiente, así lo formuló, que dejen en manos privadas las inversiones. Lo privado es bello, eficaz, lo que se lleva, lo que da garantías,… Basta pensar en Volswagen durante medio minuto.
Para Alierta, España tiene una posición única y espectacular en el mundo «con los 1.000 millones de consumidores potenciales que posee, 500 en América Latina y otros 500 millones en Europa». No sólo eso. Despierta el interés asiático «por nuestra posición de cercanía con América Latina». La nueva fabulación: ¡España como centro de la economía, el comercio y la producción mundial!
Eso sí, lo mejor, lo más exquisito y distinguido vino con Isidre Fainé. Habló en su calidad de presidente de CEDE, Confederación Española de Directivos y Ejecutivos. Un fragmento de su intervención: «Solo siendo líderes desde el alma (es decir, con la entrega total de vosotros mismos) conseguiréis confianza, estabilidad, respeto y esperanza para mantener vuestros valores, para seguir generando riqueza, para transformar las crisis en oportunidades… El modelo de directivo que personalmente defiendo no es manipulador ni coactivo, sino que atiende a la naturaleza del ser humano y sabe, como en la mayéutica de Sócrates, sacar lo mejor de cada uno a través de un diálogo continuado de razonamientos encontrados».
¡Entrega total de vosotros mismos! ¿A qué? ¡Respeto, esperanza! ¿A quiénes? ¡Valores! ¿Qué valores? ¡Generar riqueza, transformar las crisis en oportunidades! ¿Qué tipo de riqueza? ¿Crisis en oportunidades? ¿De quiénes? En pocas palabras, capitalismo salvaje ¡Atender la naturaleza del ser humano! ¡Vaya por Dios! ¿Y qué naturaleza es esa según son Isidre, la del hombre egoísta e insolidario, la del hombre insaciable? ¡Sócrates y la mayéutica! ¡Fainé hablando del método socrático! ¡Lo nunca visto! ¡Qué tendrá que ver el mundo de los negocios, de las finanzas, sus falsarias relaciones interpersonales y la filosofía de Sócrates! ¿Alguien da más? ¡Lo mejor de cada uno! ¿Lo mejor es lo peor en este caso?
Luego dicen que eso de las cosmovisiones, las ideologías, las filosofías prácticas son asuntos antiguos, del pleistoceno. Ya, ya,… Que se le pregunten a los ejecutivos en acción.
Y no se pierdan, si les es posible, la foto de la edición: Slim, Cebrián, Alierta,… Se les ves tan felices, tan satisfechos, tan chulos, tan seguros de su inmenso poder. Pero todo lo sólido, recuerden, se desvanece en el aire. Ellos y sus negocios también. Al tiempo.
Nota:
[1] Ramón Muñoz, «Slim y Alierta creen que Latinoamérica sigue siendo buen sitio para invertir», El País, 7 de octubre de 2015, p. 39.
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