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Entrevista a Martín Almada, el hombre que descubrió el “acta de nacimiento” de la Operación Cóndor

De la lucha por los Derechos Humanos a la lucha por la defensa del medio ambiente

Fuentes: Red de Medios de los Pueblos

«En el terreno me di cuenta que la democracia chilena es una democracia de fachada, que el socialismo que ellos decían que era un socialismo neoliberal exitoso, era mentira, que no había una democracia en Chile, no había prensa libre en Chile, mentían todos».

Almada, de visita por Francia para participar en el Congreso de Ciencias Sociales Latinoamericanistas organizado por el CEISAL, momento que aprovechó para encontrarse con los latinoamericanos en Paris, pero también para hacer negocios… negocios limpios, diría él, dio unas conferencias en las que relató su experiencia en el «vientre del Cóndor». Este paraguayo, Premio Nobel Alternativo de la Paz, fue preso político durante la dictadura en Paraguay, considerado «terrorista intelectual», luego de haber escrito una tesis de Ciencias de la Educación en Argentina: «Paraguay, educación y dependencia». Maestro de escuela y director, descubrió tempranamente a Pablo Freire y la educación de los oprimidos. Como sindicalista luchó por mejorar las condiciones de los profesores; «salario y vivienda digna». Detenido por la policía política en noviembre del 74, fue torturado durante 30 días por militares de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia y Paraguay.

Esta dura experiencia, además de la necesidad de conocer cómo fue asesinada su mujer, lo llevó a buscar incansablemente durante 15 años el origen de dicha represión internacional. En varias ocasiones durante sus tres años y medio de prisión, escuchó la palabra «Cóndor», siendo la pista que lo llevó a encontrar en 1989, en Asunción, toneladas de documentos, entre las cuales se encontraba el «acta de nacimiento de la Operación Cóndor». Hoy, luego de un importante trabajo de archivos, se pueden revisar y estudiar libremente en la Corte Suprema de Paraguay. Dicha acta muestra que en 1975 se firma el acuerdo de coordinación de las Fuerzas Armadas de 5 países. Almada ganó su libertad gracias a una huelga de hambre de 30 días, fue asilado en Panamá y luego en Francia. En el 89, con el cambio de la Constitución, decide volver a Paraguay, donde se dedica a la lucha por la verdad y la justicia, colaborando con organizaciones de derechos humanos de diferentes países latinoamericanos. En su también condición de abogado, lleva a juicio a militares, colabora con Garzón en el caso Pinochet y continúa sus descubrimientos, que lo llevan a afirmar que actualmente existe un Cóndor II en América Latina (A.L.). En paralelo, desde el 89 también comienza su trabajo por la defensa del medio ambiente y la lucha contra la pobreza, lo que en sus palabras, «hace bien para la salud mental».

-Tú mencionaste la «Conferencia de Ejércitos Americanos», que sería el «Cóndor II», o una continuación de la «Operación Cóndor», como organización reestructurada. Y también mencionaste el apoyo de Ricardo Lagos.

«Toda historia tiene su comienzo y tiene su final…Y la historia con el Cóndor II comenzó así. En el año 97, en Paraguay encontramos un documento secreto militar, en el que un coronel paraguayo le escribe a un coronel ecuatoriano y dice literalmente así: «aquí le mando a usted nuestra contribución; le enviamos la lista de los subversivos paraguayos del primer trimestre del año 97, para que usted elabore la lista de los subversivos de América Latina». A partir de ahí fuimos al juzgado y pedimos al juez que trajera al coronel para que nos diera la lista de los subversivos en democracia de Paraguay y vino.

Normalmente los militares no se distinguen por sus luces, sino por sus sombras, son gente que durante 70 años nunca dieron el rostro a la justicia, pero él comenzó a hablar y hablar cosas que nosotros no esperábamos. Le contó al juez que la Conferencia de Ejércitos Americanos se reunió en Bariloche, Argentina, en noviembre del 9, y que ahí estuvieron Pinochet y Menem… Como soy abogado, me correspondía hacer las preguntas, entonces le pregunto: «Que es esa Conferencia? Es una conferencia que se creó -me dice- en la zona del canal de Panamá, en la década del 60 para combatir a la revolución cubana». Ese organismo quedó dormido, pero cuando Pinochet se separa del poder en Chile, quien remplaza literalmente el Cóndor I, es éste aparato. Esto lo creó el Pentágono y la CIA norteamericana y se reúne cada dos años. Nosotros seguimos los pasos, y efectivamente se realizó la Conferencia en Quito, Ecuador, el 97 y Pinochet estuvo presente.

A través de la prensa vimos que ellos se presentan como militares democráticos, que quieren defender la democracia, ¡pero también en su discurso Pinochet dijo que hay que desconfiar de la democracia, porque detrás están los comunistas! Seguimos los pasos y encontramos que la próxima reunión iba a ser en La Paz, Bolivia, en el 99, y en ese momento Pinochet estaba preso en Londres. Hablamos con la misión paraguaya que fue a ese encuentro y nos dijeron que se trató fundamentalmente de la lucha por la libertad de Pinochet. El de 2001 fue la reunión en Santiago de Chile y quien le dio la bienvenida al Cóndor II fue Ricardo Lagos. Fue el anfitrión en nombre de Chile. El Cóndor actualmente está en manos del Perú, por el periodo 2010-2011. Este aparato intercambia las listas de subversivos».

-Como la ley antiterrorista…

«…la ley antiterrorista. O sea, mano dura, tolerancia cero. Ahora si te agarran en una manifestación, no puedes salir de la cárcel en 20-30 años. Es el pálido reflejo de la ley patriota de Bush. Todo viene de Washington. Bush envió el proyecto a Argentina y bajo Kirchner esta ley se aprobó en 48 horas, ¡una rapidez brutal! Eso nos extrañó, porque Argentina es el país en A. L. que lidera los DDHH, teniendo en cuenta lo que hacen las madres de la Plaza de mayo, las abuelas… pero parece que a Argentina le interesan mucho los DDHH del pasado, no del presente. Y ahora que tenemos en Paraguay al presidente Lugo, candidato de izquierda, de la Teología de la Liberación, es él quien presentó el proyecto de la misma Ley Patriota. Él, en su campaña decía que estaba contra eso, ahora es él quien encabeza; el Ejecutivo representa al Congreso, que es la derecha paraguaya».

La «democracia» chilena

-¿Crees que es posible el cumplimiento de los DDHH en los países «democráticos» de América Latina, donde lo que rige es la economía neoliberal, que se mantiene, en el caso de Chile por ejemplo, gracias a las normativas autoritarias de la Constitución de Pinochet?

«Efectivamente, Chile es un caso que llama la atención, la penúltima vez que estuve ahí, me pasó algo muy especial; fui a un congreso de DDHH, era para un 11 de septiembre, había más o menos 80-100 delegados de A. L., entonces, salió una normativa de la presidenta Bachelet, donde prohibía a los chilenos pasar por la calle Morandé. La gente de izquierda quería pasar por Morandé. Yo tengo un problema a la vista, a mi me quemaron la retina y en Paris me la recompusieron, entonces, no tolero el polvo ni el cigarrillo. Yo tenía miedo de que si marchábamos por Morandé nos tirasen gases, eso me tumba dos, tres meses. Entonces pedí que pasáramos por las calles que indicaba el Gobierno y lo logré. Fuimos al cementerio general y justo cuando llegamos vienen unos carros y nos tiran agua y yo me asusté porque había muchas parejas jóvenes con niños en los brazos, y a todos nos tiraron agua. Al día siguiente apareció en la prensa chilena que nosotros no habíamos acatado las órdenes, ¡pero habíamos hecho exactamente lo que habían dicho! Ahí me di cuenta de que la democracia chilena es una fachada, que el socialismo que ellos decían que era un socialismo neoliberal exitoso, que no había una democracia en Chile, no había prensa libre, mentían todos.

Ésta fue una experiencia muy desagradable constatada en el terreno, que Chile que se presenta ante el mundo como un país ejemplo, estando ahí dentro supe que había 5 millones de pobres, había mucho desempleo y que ese Chile como vitrina, como modelo de desarrollo era mentira. Y este año, estuve en un festival de cine sobre DDHH, fui invitado por ex marinos que fueron apresados en un barco, la Esmeralda. Era un barco escuela y me invitaron para ver la salida del barco que iba a hacer un recorrido por el mundo, entonces en el puerto de Valparaíso había mucha gente, había familiares de los marinos que viajaban, las novias, las esposas, los padres y los estudiantes a despedirse, entonces por un lado había gente feliz, otros llorando, abrazándose, besándose, despidiéndose. Y por otro lado, he visto otra delegación, parecía que eran norteamericanos o ingleses, eran familiares de un sacerdote que fue torturado en ese barco y lo mataron ahí…».

-Miguel Woodward…

«¡Un buque escuela que se convirtió en una cárcel! entonces dije: «aquí está partiendo la memoria negra de Chile, la memoria es un espacio de lucha política, y Pinochet convirtió esa nave emblema de Chile en un centro de tortura, de muerte, de tristeza, y ahora, en democracia, tenemos que convertir esa flota, en la primera universidad flotante de DDHH y ecología». Yo dije que ese barco tiene que hacer 4 recorridos al año; dos gratuitos a estudiantes y profesores que no pueden pagar y dos viajes pagados, para los que pueden pagar. La universidad flotante tiene que depender de las Naciones Unidas y en cada puerto tiene que hacer seminarios. En fin, salí de la tangente así, pero parece que gustó la idea, para defender los DDHH y defender el agua, el mar. Que esa flota sea un aporte importante de Chile.

Después fui a España y un chileno se enteró de lo que dije y me llevó a la Universidad Náutica de Galicia, entonces nos reunimos con el rector, y yo le dije que esa nave no tiene que consumir petróleo, que esa nave tiene que funcionar aprovechando al máximo el viento y el sol, que sea una universidad flotante limpia. Con la prueba, esa universidad tiene que ser realmente de lucha contra la contaminación ambiental y el calentamiento global. Estamos detrás de esa utopía, una utopía viable, pero necesitamos primero instalarla en la cabeza de los chilenos. Hay que hacer un movimiento y que la Armada chilena sienta la presión internacional. La Armada chilena debería tener vergüenza de mandar al mundo ese barco para decir que Chile es democrático y que se respetan los DDHH, ¡si ahí el presidente chileno le dio la bienvenida al Cóndor II, es la contradicción total! Con razón que perdió las últimas elecciones Frei y ganó Piñera, ellos hicieron mal su trabajo. Chile recibió muchos golpes, lo que yo sentí ahora, es que todavía existe el miedo. Y me llamó la atención que en Valparaíso había un museo de los marinos, y delante del museo había una estatua de un marino chileno que estuvo en la represión, Merino».

Defender los derechos humanos de ayer y de hoy

-Justamente respecto a los museos, hay una cosa que pasa en Chile que tiene que ver con los museos de la memoria, o específicamente con el Museo de la Memoria inaugurado por Bachelet, que de alguna forma, a mi parecer, esta «museologización» de la memoria, la ha ido paralizando en vez de participar en una dinámica de reconstrucción de la memoria histórica. ¿Qué piensas de los museos de la memoria?

«Te voy a contar nuestra experiencia en Paraguay. Yo soy el fundador del Museo de las Memorias en Paraguay, y me llamó la atención que de repente los militares paraguayos me traían muchas fotos de las víctimas, mucha gentileza de los militares, de la policía, me traían mucho material, y nuestro museo se llenó de rostros. Entonces nos preguntamos por qué tanta amabilidad. Y llegamos a la conclusión de que ellos quieren que nuestro museo sea el museo del pasado. Entonces dijimos, momentito, nosotros queremos saber que hay detrás de estas fotos, qué pensaban estos jóvenes. Nosotros siempre nos cuestionamos el valor de museo… Ah! Nuestro museo es muy humilde y recibimos oferta de dinero de los EEUU, de la Fundación Ford, y nos reunimos para saber qué hay detrás de esa oferta y vimos que busca que se indemnice a las victimas y borrón y cuenta nueva. Olvidar el pasado. Hay una corriente norteamericana de parar museos, que se dedica a indemnizar a las víctimas para que se calmen: una aspirina».

-Una curiosidad, para terminar. ¿Cómo pasaste de la lucha por la defensa de los DDHH, a la lucha por la defensa del medio ambiente?

«Al caer la dictadura decidí volver, entonces me comuniqué con Amnistía Internacional y ellos me dijeron, «no, está loco usted, muchos chilenos volvieron, uruguayos, argentinos y no encontraron empleo, usted gana bien»; yo tenía buen salario en la UNESCO, era consultor para América Latina y África… insistió en que el presidente que remplazaba a Strossner era militar, pero yo dije: me voy. Y finalmente me ayudó Amnistía Suiza y me pusieron en contacto con una ONG que trabaja con África, en medio ambiente, «trabajan con el sol, cocinan con el sol», me dijeron. Ahí empezó mi trabajo con el medio ambiente; comenzamos a fabricar cocinas solares y hoy en mi oficina en Asunción, tengo mi computadora solar, ventilador solar, luz solar, agua caliente solar, totalmente solar. Y en el Chaco paraguayo, frente al Brasil, estamos haciendo una experiencia con indígenas, tienen luz, ventilador, radio, una heladera comunitaria solar, para 25 familias, 20º bajo cero, la primera aldea solar contaminación cero. En Paraguay los niños son muy raquíticos, entonces hay mucha desnutrición escolar, nosotros tomamos las frutas tropicales, deshidratamos las bananas con energía solar, se convierten en caramelo, y damos de comer eso a los chicos como merienda. Y tenemos una fábrica de papel, hacemos papel vegetal; un especie de papiro y le agregamos una artesanía paraguaya y exportamos eso a Alemania. Y ahora estuve en Avignon, visitando una fábrica de papel vegetal. Trabajamos con mujeres campesinas analfabetas, las alfabetizamos y son ellas que buscan la celulosa. Encontramos una planta que se llama «casi algodón», que tiene fibras muy largas. Entonces ahora vamos a exportar papel a Francia. Eso me hace feliz».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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