La exposición de la crítica de la economía política supone, tras el análisis que se ha venido haciendo anteriormente (el dato y el relato), la reproducción sintética del movimiento del capital a nivel mundial, desde su forma competitiva entre norteamericanos y chinos -particularmente en la rama de la Inteligencia Artificial- hasta su concreción en el modelo R1 de Deepseek. En este desarrollo se destaca la apropiación del plusvalor y, en lo inmediato, la del plusvalor extraordinario. Finalizamos indicando algunas tendencias que se desprenden de este fenómeno.
La expansión mundial del capital, o sea la acumulación de capital, requiere la producción de plusvalor (ley absoluta del modo de producción capitalista, Marx); esta producción está en la esencia del capital en cuanto valor que se valoriza.
La acumulación de capital, cuyo contenido es mundial, se presenta nacional en su forma (como dice el profesor Iñigo en su obra El capital: razón histórica). Así, el movimiento expansivo del capital adopta la forma de relaciones (conflicto o alianza) entre estados, en tanto representantes políticos del capital total de cada ámbito nacional. Hoy marcadamente enfrentados aparecen el capital chino y el norteamericano, entrando en juego la disputa por la apropiación del plusvalor mundial.
Pero, sea cual sea su forma (nacional, ramal u otra), el capital persigue el máximo plusvalor, y la modalidad más potente de producirlo es el plusvalor relativo, es decir el aumento del plustrabajo mediante el incremento de la productividad social del trabajo.
Una expresión de esto es el desarrollo de la Inteligencia Artificial, cuya aplicación generalizada, no solo como medio de vida sino además como medio de producción, supondrá un fuerte crecimiento de la productividad social del trabajo abaratando la fuerza de trabajo e incrementando, por tanto, el plusvalor. Este mayor plusvalor será disputado entre los distintos capitales, primero a nivel mundial, para luego redistribuirse nacionalmente, y no solo en su rama sino en el conjunto de la sociedad.
Por ello, el interés de los capitalistas y de los estados en el impulso de esta estratégica rama, como muestran los diversos planes y proyectos gubernamentales. Contando el estado chino, en este caso, con una singular potencia como es la capacidad de planificación.
Sin embargo, el mencionado aumento de la productividad social, y el mayor plusvalor que origina (plusvalor relativo), toma forma en nuestro caso, en la innovación técnica, que da lugar al plusvalor extraordinario.
El plusvalor extraordinario empieza con una gran idea. Un capitalista, en nuestro caso Liang Wenfeng, también empresario de Deepseek, ha logrado que sus empleados creen un nuevo método de producción que les ha permitido producir una mercancía (R1) mejor y más barata que los modelos equivalentes de IA.
La comercialización de este producto le va a permitir obtener una plusvalía extraordinaria, que consistirá en la diferencia entre el precio correspondiente al valor social (promedio de la rama) y los menores costes de producción basados en la mayor productividad. Incluso, estos costes menores permiten a Deepseek reducir precio con lo que amplía clientela. Pero, ¿de dónde sale esta plusvalía extraordinaria?
La plusvalía extraordinaria tiene su origen principalmente en el trabajo de la rama, y no solo en el trabajo de la empresa innovadora, constituyendo una forma en que la empresa innovadora se apropia parte del plusvalor producido por sus competidoras.
Esto explicaría el redoblado enfado del capital, del gobierno y de la sociedad norteamericanos, pues no solo han quedado tecnológicamente por detrás del capital chino, sino que éstos se están apropiando parte de su plusvalor.
Efectivamente, veamos qué pasa con la competencia estadounidense. En este proceso en el que todavía no se generaliza la nueva técnica, la competencia (en nuestro caso, OpenAI, Google, Meta, Microsoft, entre otras), reducen beneficios porque van perdiendo clientela y se ven obligados a bajar precios. Si la situación persiste sin que modifiquen sus procesos productivos, para ponerse al nivel de Deepseek o superarlo, entrarán en pérdidas corriendo el riesgo de desaparecer junto con la fuerza de trabajo que usan. Así, mientras una parte de los trabajadores norteamericanos pasaría al ejército laboral de reserva, el ejército activo del capital estadounidense estaría produciendo plusvalor para Deepseek mientras le siguen pagando el salario sus empleadoras yankis.
Cuando la nueva técnica se generalice ocurrirá que: el valor social del producto habrá descendido desapareciendo la plusvalía extraordinaria; el capital de la rama habrá crecido atraído por esta plusvalía; la rama tendrá menos capitalistas que serán más grandes (concentración y centralización del capital); y el mercado se habrá ampliado al ser incorporado el producto por el resto de ramas y al consumo final, merced a la reducción de su valor social (democratización del producto).
La crítica de la economía política observa además, que la industria de la IA habrá transformado sus procesos productivos, los obreros que los ejecutan también habrán cambiado (atributos productivos distintos). Igualmente mutarán los procesos laborales donde se implante la IA, y con ellos la fuerza de trabajo que los lleva a cabo. Gran parte de la clase obrera mutará y con ello se transformarán los requisitos de su reproducción (formación, consumos, familia, ocio, ideología). La población obrera sobrante, el ejercito laboral de reserva, cambiará. Toda la clase obrera, junto con sus expresiones políticas y la necesaria lucha de clases que habrá de acompañar el proceso, también se transformarán. Cierto, esto ya ha ocurrido antes, con la máquina herramienta, con la cadena de montaje o con el robot, y ahora con la IA; siempre el mismo contenido, pero con distintas formas.
Hemos visto que tras el plusvalor extraordinario está la innovación técnica, pero qué hay detrás de la innovación técnica. En lo inmediato, está el trabajo de las personas implicadas en esta empresa, desde sus capitalistas hasta sus obreros. Pero, hay más.
Esta innovación tecnológica que ha dado lugar al modelo R1, no es el simple resultado de la genialidad de Liang, el fundador de Deepseek; ni si quiera es el producto del abstracto trabajo de su fuerza laboral. Este esfuerzo colectivo hubo de requerir unas condiciones concretas: una sociedad como la china, cuya sociedad impulsó la formación, particularmente tecnológica. También de una política gubernamental que incentivara la Inteligencia Artificial como una rama estratégica. Además, supuso, muy específicamente, unas condiciones competitivas que llevaron a restricciones en el uso de la tecnología más avanzada en ese momento, provocando la implementación de alternativas. Más aún requirió todo el conocimiento social previo sobre la IA, en buena parte de origen norteamericano. Y necesitó, como hemos mencionado, la producción de plusvalor y el capital con su pulsión expansiva.
Ahora, con estos elementos, el modelo R1 creado por la empresa china de IA, Deepseek, se nos presenta, no como una ocurrencia feliz de un chino inteligente, sino como una forma concreta síntesis de múltiples determinaciones, que han sido desveladas. Más particularmente, R1 de Deepseek es una expresión del capital; es la forma concreta en que el capital chino, en la figura de Deepseek (fuerza de trabajo y medios de producción), lleva a cabo una innovación tecnológica (plusvalor extraordinario), que es a su vez la forma en que se desarrolla la Inteligencia Artificial (plusvalor relativo), siendo ésta la modalidad mas potente de producir plusvalor, sobre cuya base gira la lucha competitiva entre los distintos capitales por la apropiación de este plusvalor; esta competencia es la forma en que se desarrolla el capital que tiene en su naturaleza su expansión mundial.
Parte 1: https://rebelion.org/deepseek-y-el-plusvalor-extraordinario-el-dato/
Parte 2: https://rebelion.org/deepseek-y-el-plusvalor-extraordinario-2-el-relato/
Pedro Andrés González Ruiz es el autor del blog Criticonomia.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.