En mi Chartbook #73, allá por el 21 de enero de este año, propuse una Krisenbilder (imagen de crisis) como una forma de dar sentido a lo que entonces parecía un patrón complicado de tensiones en la escena mundial.
Propuse el esquema porque parecía una forma útil de mapear fuerzas interconectadas de forma heurística. Al final resultó que logró capturar muchas de las dinámicas que posteriormente convulsionaron al mundo.
Eso fue el 21 de enero. La guerra desatada por Rusia el 24 de febrero ha aumentado espectacularmente la escala de la tensión y la complejidad de las interconexiones.
Lo que una vez fue un mapa relativamente legible se ha convertido en un auténtico enredo.
No reclamo ninguna originalidad para el ejercicio. Todas estas conexiones se discuten de forma rutinaria en el análisis inteligente. Pero juntar todas estas influencias bien conocidas en un solo gráfico transmite una idea de la situación compleja con la que estamos lidiando.
Para complicar aún más las cosas, esta presentación sincrónica oscurece la génesis histórica de estas fuerzas. Las tensiones en los mercados de energía y alimentos ya eran muy evidentes en 2021. La guerra ha tenido el impacto que tiene porque ha exacerbado las tensiones existentes. Los precios de los alimentos ya estaban subiendo en 2021 y avisaban de una crisis por venir. Los mercados energéticos estaban en tensión mucho antes de que estallara la guerra. Ahora ambos factores estresantes están relacionados con la guerra.