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Discurso de recepción del doctorado "honoris causa" de la Queen 's University de Canadá el pasado 20 de junio de 2024

Dejemos que Canadá haga honor a su nombre de Kanata

Fuentes: Rebelión [Imagen: "Rise up", de Laura V. Rodríguez]

Traducido del inglés por Marwan Pérez para Rebelión

Me siento muy honrado al recibir este doctorado honoris causa de la Queen’s University de Kingston, Canadá. Pero tengo que hacer una pequeña confesión. Cuando leí por primera vez su carta de invitación, las primeras palabras que me vinieron a la mente fueron Kingston, Queens y Canadá. Pensé que había un error. Me encantaba la canción “Jamaica Farewell”, de

Harry Bellafonte, sobre su partida de Kingston. Kingston está en Jamaica. ¿Había un Canadá en Jamaica?

La parte que aludía a la reina [queen, en inglés] fue igual de desconcertante para mí, aunque intrigante de una manera especial. La difunta reina Isabel fue una princesa que una vez vivió en [el hotel] Treetops en Nyeri, Kenia. De niños la admirábamos mucho.

¿Vivir en las copas de los árboles como un mono?  Verán, cuando éramos niños solíamos subir a los árboles y luego intentábamos hacer un puente entre los árboles atando las ramas de dos árboles cualesquiera, lo cual era muy difícil. Así que nos asombraban los monos. Y ahora esta princesa había sido capaz de hacer lo que nosotros no éramos capaces de hacer y cuando finalmente bajó de TreeTops, era una reina (1). Tal vez los archivos de su universidad, Queens, tenían la respuesta al enigma de mi infancia.

Foto: Treetops Hotel donde Isabel II, entonces princesa, se alojaba en 1952 cuando accedió al trono de Reino Unido a la muerte de su padre George VI

Fue Sam Kegney, el jefe del Departamento de Inglés, quien me ayudó a resolver el rompecabezas. Hablando con él me enteré de que, efectivamente, había un Kingston en Canadá, fuera de Jamaica. Luego me dijo que la Universidad de Queens tomaba su nombre de la reina Victoria y estoy seguro de que ella nunca había puesto un pie en Kenia. Se acabó el rompecabezas de la reina Isabel.

Pero agregó otros detalles. En la Universidad de Queen’s se enseñaban dos lenguas indígenas, a saber, anishinaabemowin y kanyen’kehà:ka. Y él mismo, el jefe de un departamento de inglés, sabía algo de [la lengua] cree. También me reveló que el nombre de Canadá proviene de la palabra Kanata de los pueblos originarios canadienses hurones-iroqueses. Otra revelación y la razón es que recientemente, en la Universidad de California, Irvine, ha impartido un curso sobre “Anormalidad normalizada en la literatura”. Se entiende por anormalidad normalizada una situación en la que una clara anormalidad se convierte en la normalidad sobre la que se construyen las estructuras económicas, políticas y culturales, y las identidades. Pero nunca se abordó la anormalidad fundacional. Uno de los mejores ejemplos de este fenómeno era el de Estados Unidos de América. Los blancos de Gran Bretaña se asentaron en las tierras que pertenecían a los americanos originarios. En resumen, América fue una colonia de asentamiento. Esos mismos colonos se declararon independientes de la monarquía inglesa, pero siguieron siendo los colonizadores de los americanos originarios. La independencia de América nunca fue la de los colonizados. Canadá, Nueva Zelanda y Australia entran en esa categoría. ¿Cómo se les llama a estas naciones de colonos? Naciones coloniales, para distinguirlas de otras colonias de asentamiento en las los colonizados enarbolaban la bandera de la independencia.

Siempre he pensado que hay que someter a estas naciones coloniales a una profunda descolonización. Y el comienzo de esta descolonización es la cuestión de las lenguas. Incorporar las lenguas originarias a la educación de toda la nación, que cada canadiense sepa al menos una lengua originaria además de su inglés. En otras palabras, que Canadá haga honor a su nombre de Kanata.

Por eso me emocionó tanto escuchar lo que escuché de Sam McKegeny acerca de que en la Universidad de Queen se enseñan dos lenguas canadienses originarias.

Creo que todos los niños y niñas del mundo tienen derecho a su lengua materna. Con su lengua materna como base, pueden añadir otras lenguas, incluida la inglesa. Y tenemos que acabar con la jerarquía de las lenguas. Recordemos que una lengua es como un instrumento musical. Cada instrumento tiene su musicalidad única. Y nunca se puede reemplazar la musicalidad de un instrumento por otro. Y nunca decimos “destruyamos todos los instrumentos musicales y dejemos solo el sonido del piano”. Muchos instrumentos pueden crear una orquesta. Muchas lenguas también pueden crear una orquesta a través de su lenguaje común que llamamos traducción.

Foto: El escritor keniata Ngũgĩ wa Thiong’o.

Es, por tanto, un gran honor para mí recibir un doctorado de una Universidad que está dando algunos pasos, por pequeños que parezcan, hacia una democracia de las lenguas y quiero agradecer al vicerrector por el honor de convertirme en miembro de esta comunidad.

Nota del traductor:

(1) Treetops Hotel es un hotel situado cerca de la localidad keniata de Nyeri y que se construyó, literalmente, en las copas de los árboles para ofrecer a sus huéspedes la posibilidad de observar de forma segura la fauna local. Además es, probablemente, el lugar en el que la entonces princesa Isabel se convirtió en la reina Isabel II de Inglaterra en 1952 a la muerte prematura de su padre George VI.

Agradecemos a Jimmy Centeno habernos proporcionado el discurso original de Ngũgĩ wa Thiong’o y la imagen que ilustra esta traducción.

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.