Lo interesante de la crítica de Manuel Martínez Llaneza en La ciencia mal-tratada (MML) (http://www.rebelion.org/docs/60179.pdf ) no es que desmonte parte del libro Razón y revolución. Filosofía marxista y ciencia moderna, de Alan Woods y Ted Grant (AWTD) (http://www.engels.org/libr/razon/raz_0.htm ), sino que lo hace desde una perspectiva que conviene analizar. En cuanto a las pretensiones […]
Lo interesante de la crítica de Manuel Martínez Llaneza en La ciencia mal-tratada (MML) (http://www.rebelion.org/docs/60179.pdf ) no es que desmonte parte del libro Razón y revolución. Filosofía marxista y ciencia moderna, de Alan Woods y Ted Grant (AWTD) (http://www.engels.org/libr/razon/raz_0.htm ), sino que lo hace desde una perspectiva que conviene analizar.
En cuanto a las pretensiones de criticar el libro de AWTD no tenemos nada que objetar, ya que cualquiera que lea este libro y tenga los mínimos conocimientos de matemáticas y de física no recorre más de cinco páginas sin poner muchas pegas. MML resalta los errores que son numerosos. (La crítica de MML me recuerda a Imposturas Intelectuales de Sokal y Bricmont, que a mi me parece que debiera tener por título «cómo mandar a la mierda a la filosofía», pero desde la más supina ignorancia de filosofía y de las técnicas filosóficas. ¿No será que se han tomado al pie de la letra lo que dice el filósofo Sacristán de que el marxismo es una anti-filosofía? No hay que olvidar que Sacristán sabe lo que dice, desde la filosofía.)
Sin embargo MML no ha acertado en la crítica, más académica que otra cosa, más voluntariosa que informativa, y guiada por un espíritu de buenas intenciones: sea en defensa del marxismo. ¿Y por qué? ¿Denunciando una obra que se pretende marxista se defiende al marxismo? Cualquiera que lea, pacientemente a MML saca la sencilla conclusión de que la matemática no necesita al marxismo, por lo que su denuncia sólo sirve para decir, ¡ojo hay marxistas que os tratan de engañar, pero son malos marxistas, de hecho no lo son, son infiltrados posmodernos! Los buenos marxistas somos los que no tergiversamos las matemáticas, porque éstas, y aquí vuelve la cosa a surgir, ¡no necesitan al marxismo! En primer lugar, hubiese bastado con decir que el libro de AWTD está plagado de errores, porque cuestionar el método es, probablemente cuestionar al marxismo en su faceta de «materialismo dialéctico». Supongamos que corregimos todos los errores, pero no variamos el método, ¿tendría algo que decir MML? Creo que sí, porque afirma: «¡cuántos errores, falsedades y abusos no se podrían haber evitado si AWTG se hubieran limitado a los aspectos sociales e históricos de la producción social de las ciencias, en lugar de entrometerse en sus métodos y resultados!».
Entonces ya tenemos un autodeclarado marxista, MML, que es un buen marxista, pero que no comparte el materialismo dialéctico (salvo para «aspectos sociales e históricos…»). Desgraciadamente nos nos propone ninguna alternativa, sino el más puro academicismo cartesiano: las diferentes disciplinas y sus modalidades deben separarse en cátedras y revistas especializadas. Pero esto, a mi entender, no deja de ser una forma de dogmatismo, que excluye si no entiendo mal, la posibilidad de que todas las ciencias no sean, en el fondo, más que ciencias sociales, en el sentido de Sacristán, «ciencias de la realidad concreta». La disociación tradicional ciencias/humanidades parece muy anclada en el artículo de MML. Esto último que digo es claramente una interpretación al trabajo de MML, porque allí no lo veo claramente expuesto. ¿No me lo puedo permitir?
En segundo lugar, ¿se cura uno en salud porque diga que el conjunto de los matemáticos forman un mundo de diferencias ideológicas? ¿Es una prueba de la autonomía de la matemática? Porque esto ya no es cartesiano, sino platónico, justo lo contrario de lo que MML pretende, ya que sus argumentos sobre la ciencia son claramente antiplatónicos. No hubiese estado mal decir que Gödel no sólo era platónico sino pitagórico, ya que para él los números tienen una realidad tan palpable como las teclas que estoy pulsando, y en consecuencia que las matemáticas no se inventan sino que se descubren. Pero para MML estas cuestiones no nos deben preocupar porque ahí tenemos los teoremas de Gödel, aclarados pedagógicamente en su crítica. ¿A cambio de qué la claridad cartesiana? Absolutamente de nada porque las implicaciones de estos teoremas, por su carácter autónomo, quedan resguardadas de lo inútil: de la metafísica. MML destila un desprecio hacia la filosofía, que yo ya he constatado infinitas veces en la mentalidad ingenieril y reduccionista. Algunos teoremas de Gödel no sólo desmontan las pretensiones de axiomatización de toda la matemática (por lo que va en contra del totalitarismo en matemáticas), sino que es fuente de grandes debates en las ciencias cognitivas, tanto por lo que significan los teoremas en sí mismos, como por el método utilizado en sus demostraciones. ¿O ya por ser autónoma la matemática (¿pero, lo es?), nos está prohibida su interpretación?
Es evidente un corolario: si la matemática es un saber, que descubre verdades y éstas son independientes de la ideología, el marxismo no puede ponerse a la vanguardia de la verdad. ¿Podremos extrapolar esto a todos los ámbitos? ¿A las ciencias sociales, por ejemplo?
Un segundo corolario es que hay cuestiones independientes del marxismo: siguiendo a MML hacer matemáticas (¿o no es hacer matemáticas, sino la matemática en sí misma, independiente del hacedor? Si fuese así sonaría a esa defensa del arte por el arte, o de la pintura-pintura…). ¿Se olvida MML de los intuicionistas? Éstos no aceptan muchos teoremas de la matemática dominante porque el método seguido en las demostraciones no les parece correcto. Podríamos seguir hablando de las diferentes corrientes de matemáticos y lógicos, pero baste con esta referencia, y quizás con estas otras: las matemáticas hindúes, o las taoístas o las lógicas de la filosofía Zen (que hay quienes han relacionado con las lógicas multivaluadas occidentales). Supongo que MML me contestará, ¿qué tonterías estás diciendo, ya sólo falta que me menciones a los cabalistas? Pues bien: también los menciono (que por cierto, hay actualmente muchos cabalistas en el estudio de las partículas elementales), y también a los alquimistas. Lavoisier puso orden, sin duda, desmontando a los alquimistas, pero éstos habían desarrollado una ingeniería metalúrgica impresionante. Los cabalistas actuales no buscan a Dios, ni los químicos buscan la panacea universal… pero ¿quién sabe, viendo los transgénicos, los biocombustibles,…? Una mirada a la ciencia desde la izquierda no puede perder de vista su historia epistémica: de la teoría del flogisto a la química; de la existencia del éter a su inexistencia; de las fuerzas mágicas a los campos de fuerza, y así sucesivamente. Pero con una condición: ¡no se ha dicho la última palabra! Cualquier otra, y así se sobreentiende en la crítica de MML, es una postura totalitaria, no menor que la que se está cuestionando. ¿Se puede acusar de ignorancia? Esto era la Inquisición. Si se denuncian errores, corríjanse, pero ¿se acusa de mala fe? Demuéstrese. En realidad lo que yo creo es que subyace un celo purista-corporativista que se aterroriza por la instrumentalización ideológica de la ciencia. ¡Con qué precaución hay que hacer esta crítica!, o nos veremos envueltos en una clase de escepticismo paralizador. Ya he oido a algunos físicos profesionales criticar a los políticos que defienden los argumentos del cambio climático. ¿Cometen errores estos políticos en materia científica? Y si fuese así, ¿desacredita a los políticos? No todo vale, es verdad: pero ya lo sabíamos.
En tercer lugar, cita a Bergson: ¿habrá leido MML a Bergson? Y ya puestos a hacer preguntas, ¿a Prigogine? La crítica de Bergson a Einstein puede depurarse, sin duda, pero el ámbito de debate es el filosófico, y no así, porque realmente no fue así: «El ridículo que hizo Bergson polemizando con Einstein sobre la teoría de la relatividad debería hacer meditar a los que pontifican sobre la ciencia desde puntos de vista ‘filosóficos’.». Parece ser que lo que sí se puede es pontificar sobre la filosofía desde puntos de vista «científicos». Prigogine resalta la flecha del tiempo, los procesos químicos irreversibles (y como ejemplo la vida), mientras que para Einstein todo es reversible, y Bergson no podía aceptar un universo que careciese de memoria. En la reversibilidad no hay memoria porque simplemente hay «forma»; en la irreversibilidad hay memoria, o si no ¿cómo explicar que el pasado se actualice en el presente? Einstein prescindió absolutamente de la biología (que en el fondo era de lo que hablaba Begson), y es bien conocida su repugnancia filosófica a la física cuántica. Bergson le dijo a Einstein que simplemente había inventado otra forma de espacializar el tiempo. Criticar a Bergson porque derivase hacia un espiritualismo no es excusa para no atender las objeciones que puso a Einstein.
MML siente pánico hacia el irracionalismo (que me recuerda a ese terror al pueblo que tienen las élites intelectuales: Evo Morales lo está repitiendo en los últimos días defendiendo un referendum popular). ¡Pero hombre, si la alternativa es el racionalismo, ¿cómo perder de vista las bombas de Hiroshima?! No, la crítica al racionalismo no conduce al irracionalismo, salvo que de antemano se acepte una vulgar colección de opuestos que sean a su vez antagónicos. ¿Podemos decir que a grosso modo el racionalismo es bueno? Me parece que este a grosso modo sería demasiado sospechoso de un dogmatismo que se ampara subrepticiamente en el relativismo o en la justificación gratuita de los horrores racionalistas. Begson fue seguido por numerosos artistas, excepto aquellos que sólo veían futuro y progeso tecnológico, como los primeros futuristas, que como es bien sabido eran fascistas. Einstein no quería bombas ni fascistas, pero ellos fueron sus seguidores. Bergson, como tantos otros, llegaron en el tiempo de la caza de brujas de todo lo que oliera a un intento de explicar la conciencia humana, y son, como Lacan y muchos filósofos, perseguidos por los que se hacen llamar a sí mismos «científicos». Todavía está en el futuro la hora de hacer cuentas, pero difícilmente será por las aportaciones de los que descubriendo imposturas terminan mandando a sus autores a la hoguera de los impostores, o al desprecio de la burla. Yo no me río de Pitágoras por el hecho de no comiera habas, y se dijese de él que había sido visto en dos lugares distintos a la vez. Prefiero imaginarlo observando a los herreros y deduciendo de sus golpes en los yunques la armónica escala musical pitagórica.
No voy a hacer aquí una crítica al materialismo dialéctico, sino al revés: una defensa de al menos una de sus intenciones. Si el materialismo dialéctico resultase ser a la epistemología lo que la alquimia fue a la química, bienvenida sea mientras no dispongamos de otras alternativas. O dicho con otras palabras: ¿fue necesaria la alquimia para asentar la química? (Mi respuesta es afirmativa, aunque ahora esto no tenga la más mínima importancia.) ¡Ya tenemos la metodología científica!, clamarán los que ven que los logros científicos están siendo usurpados por corrientes «irracionalistas», como MML menciona, criticando a los creacionistas del diseño inteligente. Pero yo digo: ¡tampoco, tampoco! La crítica al creacionismo no nos lleva a la teoría de la evolución, sino al revés. Y lo que es más importante: ¿ya no vamos a poder criticar la teoría de la evolución? ¿Nos llamarán irracionalistas? ¡Qué absurdo! En primer lugar porque no existe ninguna teoría de la evolución, sino múltiples teorías. Si se analiza la historia del Origen de las Especies de Darwin, se descubre claramente una influencia religiosa, como ocurre en casi todas las búsquedas de los orígenes (Dawkins defiende una teoría gradualista, o «reformista», mientras que Gould defendía una teoría puntulista o por saltos o «revolucionaria»,…). Lo que me parece acertado es darse cuenta que las teorías se sustentan casi siempre en algunos mitos: una vez descubiertos los mitos, una metodología que busque las verdades debería desplazarlos, por simple y llana definición. Entonces, ¿cuáles son los mitos matemáticos, lógicos y físicos? ¿No son estas investigaciones cuestiones filosóficas?
Me pregunto si MML cuando resalta los errores de AWTD, a su vez está diciendo que han aplicado muy mal el método clásico del materialismo dialéctico. A mi entender rechaza este método sin dar ninguna explicación (a pesar de la referencia al prólogo de Sacristán del anti-Dühring de Engels), acogiéndose a alguna verdad metodológica que tampoco enuncia explícitamente, sino que es dada por supuesta. Y sin embargo dice: «Suponer que se sabría todo si se hubieran adoptado determinadas posturas es de un misticismo insoportable para cualquier mente racional.». Es cierto que las corrientes esotéricas y las religiones son totalitarias, en este sentido de querer dar una explicación redonda, pero no cabe duda de que la ciencia también lo es (¡y no digamos sus libros de texto!). Es por esta razón que saltan algunos filósofos como Bergson o Nietzsche, por poner los ejemplos desdeñados por MML. ¡Y también Marx y Engels! Pero todos ellos nos proponen métodos que puedan darle sentido a la creación o aparición de lo novedoso: esta es la defensa que prometí. El concepto de «salto cualitativo» en Engels, no es totalitario, y constituye la base del materialismo dialéctico (que se parece al concepto científico de «emergencia» frente al de «epifenómeno», defendido este último por el espiritualista-científico-premio-nobel Eccles); el «eterno retorno» de Nietzsche, tampoco lo es (que se parece al concepto científico de «auto-organización»); el primero lo hace desde la negación y el segundo desde la afirmación. ¿Qué hace la ciencia al respecto? Prigogine, que es uno de los científicos menos totalitarios utiliza conceptos como «auto-organización», «fluctuaciones», etc. Para éste la naturaleza no es determinística, no por lo que dice MML sobre el caos, es decir por una dificultad en la medida de las condiciones iniciales, sino porque es intrínsicamente indeterminista. Prigogine dirá, de una forma muy atrevida, que es el espacio el que deriva del tiempo, y no al revés. No puede haber afirmación menos einsteniana.
Mi conclusión es que me parece muy bien que se critique a AWTD, corrigiendo sus errores, denunciando su «imposturas», pero no se puede criticar su método sin ponerlo explícitamente en cuestión, y quizá se haga más daño al marxismo proponiendo implícitamente a la ciencia dominante actual como ejemplo de descubridor de verdades. Ya lo hace la cienciología, y ya lo hace un pretendido racionalismo que no cae en la cuenta de sus propias limitaciones. Ya lo hace el reduccionismo de Sokal/Bricmont, y no nos han aportado gran cosa, salvo lo que nos aporta MML: tomemos precauciones, que no todo vale. Lo cierto es que esto, ya lo sabíamos, incluso los que defendemos la obra de Marx y a todos sus estudiosos por encima de cualquier marxismo.