La anterior película del director franco-argelino, Rachid Bouchareb, Indigènes (2006), fue celebrada por tratar el papel de los 130.000 africanos, magrebíes en su mayoría, que participaron en la liberación de Francia de la ocupación nazi durante la II Guerra Mundial. Aquella película gustó tanto a la derecha como a la izquierda, porque se trataba de […]
La anterior película del director franco-argelino, Rachid Bouchareb, Indigènes (2006), fue celebrada por tratar el papel de los 130.000 africanos, magrebíes en su mayoría, que participaron en la liberación de Francia de la ocupación nazi durante la II Guerra Mundial. Aquella película gustó tanto a la derecha como a la izquierda, porque se trataba de un tema de consenso. Era un tema incluso idílico para los mensajes del sistema.
Sin embargo, la nueva película Hors-la-loi (Fuera de la ley), del director franco-argelino no gustó ni a la derecha sarkozysta ni a la ultraderecha del Frente Nacional por dejar al descubierto la cara represiva del colonialismo francés en Argelia. El motivo de la controversia son seis de los 137 minutos de Hors-la-loi. Una secuencia inicial que recrea la masacre de Setif, en la que el ejército galo asesinó a miles de civiles argelinos para reprimir una rebelión independentista.
El argumento narrado por Bouchareb, la historia de tres hermanos y una madre separados por culpa de la guerra, tiene su punto de partida en las matanzas de 1945 tras una manifestación celebrada por independentistas argelinos en la localidad de Sétif, donde un policía francés disparó a un joven manifestante que enarbolaba una bandera de la Argelia independiente. La ira de los independentistas se tradujo en la muerte de un centenar de colonos franceses. Pero la posterior y brutal represión de las fuerzas francesas, coordinada desde París por el propio gobierno del general De Gaulle, arrojó cifras que hablan de entre 1.200 y 45.000 argelinos asesinados (las cifras en los archivos civiles franceses y británicos acotan el número de asesinados entre 6.000 y 15.000 argelinos), cifras que los sucesivos gobiernos franceses nunca han reconocido oficialmente.
La polémica sobre la película empezó el pasado mes de noviembre, cuando el diputado Lionel Luca, del partido de Sarkozy, acusó a Rachid Bouchareb de haber firmado «una película antifrancesa» y de haber «falseado la Historia». La polémica subió de tono cuando se descubrió que Luca había hecho estas declaraciones sin haber visto la película. En algunos medios de comunicación franceses se insinuó que desde la presidencia del gobierno francés se han ejercido presiones sobre los responsables del Festival de Cannes para que esta película no concursara bajo bandera francesa, cosa que ha acabado ocurriendo, pues lo hace bajo pabellón de Argelia.
El viernes, durante la proyección de la película en el Festiva de Cannes, el diputado sarkozysta Lionel Luca, elegido por la región de Cannes y portavoz de lo más rancio de la comunidad pied-noir (pies negros, los franceses que tuvieron que ser repatriados tras la independencia de Argelia en 1962), volvió a acusar al director Bouchareb de «falsificación», «negacionismo» y de hacer un filme «anti-francés».
Algunos miembros del partido de Sarkozy, junto a miembros de la extrema derecha del Frente Nacional de Le Pen (quien reconoció haber participado en sesiones de tortura contra activistas argelinos durante la época colonial), convocaron una manifestación frente al Palais de Cinema en Cannes. En la manifestación participaron unas 1200 personas encabezadas por el alcalde de la ciudad. La mayoría de de los manifestantes eran viejos fascistas que participaron en la represión en Argelia y, en la actualidad, gozan de una confortable jubilación en la Costa Azul.
A pesar de las amenazas de los derechistas y las medidas policiales que convirtieron la entrada al cine en algo parecido a la entrada a un aeropuerto estadounidense, la película se exhibió en Cannes y fue bien acogida tanto por los profesionales como por el público. El director de la película y su equipo mantuvieron una actitud tranquila con la que intentaron rebajar la tensión creada en Francia desde que se supo que el filme competiría en este festival. «Estoy sorprendido porque quería abrir un debate en la serenidad, no poner en pie un enfrentamiento. La relación de pasado colonial entre Argelia y Francia es muy tensa, pero que esto suscite tanta reacción, violencia verbal y manifestaciones contra el filme es exagerado», afirmó en rueda de prensa el realizador.
«Hors-la-loi» ha sido rodada en Argelia, Túnez, Bélgica y Francia y está protagonizada por Jamel Debbouze, Sami Bouajila y Roschdy Zem, tres de los actores que junto a Bernard Blancan ganaron el premio de interpretación masculina de Cannes en 2006 por «Indigenes», también de Bouchareb.