Los «invitados especiales», observadores independientes, pertenecientes a las más variadas familias políticas y dedicados a plurales actividades profesionales (creadores, pensadores, académicos, parlamentarios, politólogos, intelectuales), respondiendo a la invitación del Consejo Nacional Electoral del Ecuador, han acudido a este país procedentes de diversos Estados de los cinco continentes para testimoniar del carácter democrático y transparente de […]
Los «invitados especiales», observadores independientes, pertenecientes a las más variadas familias políticas y dedicados a plurales actividades profesionales (creadores, pensadores, académicos, parlamentarios, politólogos, intelectuales), respondiendo a la invitación del Consejo Nacional Electoral del Ecuador, han acudido a este país procedentes de diversos Estados de los cinco continentes para testimoniar del carácter democrático y transparente de los comicios presidenciales y parlamentarios del domingo 17 de febrero de 2013.
Los i. e. desean expresar:
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su agradecimiento al CNE por la invitación y la excepcional calidad de la acogida. Agradecer también, a todos los equipos de CNE, por el despliegue logístico impresionante para atendernos;
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su felicitación también por los diversos talleres y seminarios destinados a familiarizar a los observadores con el sistema electoral ecuatoriano.
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Su reconocimiento asimismo de la indiscutible voluntad del CNE de organizar -en total independencia- unos comicos transparentes, libres, honestos, en una palabra: perfectamente democráticos.
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Reconocer también el esfuerzo pionero en la extension del perimetro de la democracia al extenderla a las personas privadas de libertad, a las personas con enfermedades catastroficas, las personas con discapacidad y los migrantes ecuatorianos en el exterior ;
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Desplegados en unos 14 departamentos del Ecuador, los invitados especiales han podido constatar la tranquilidad y la calma que presidieron esa jornada electoral. Asi como el entusiasmo participativo de los ciudadanos ecuatorianos. La masiva participación al voto ha sido general, en algunas juntas la participación superó el 95%.
En este contexto extremadamente positivo los i. e. han podido constatar algunos disfuncionamientos que se podrían facilmente subsanar para elevar aún más, si cabe, la calidad democrática de las elecciones.
Entre los puntos que muchos observadores han subrayado, insistimos en los siguientes:
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en algunos centros de votación, la privacidad del voto no estaba garantizada porque los electores votaban ante la vista de muchos testigos;
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el sellado de las urnas, también en varios centros de votación, no se había realizado correctamente;
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los «Centros de información» estaban escasamente dotados de personal -generalmente una sola persona con una sola computadora- y los votantes tuvieron que hacer largas colas para obtener la información que buscaban;
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la falta de claridad en donde votar: una pareja de ancianos tuvieron que votar en diferentes Centros a pesar de 65 años viviendo juntos; lo cual parece inexplicable;
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en muchos lugares no había ‘Centros de información’ específicos para las personas con discapacidad;
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los discapacitados han tenido, en varios lugares, dificultad material para ejercer su derecho al sufragio;
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en algunos centros se observó negligencia en la entrega de los boletines de voto;
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en muchas Juntas no estaban presentes los cuatro componentes de la mesa, que el Codigo electoral exige como mínimo;
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muy generalmente, casi todos los observadores han notado una poca presencia de los delegados políticos; en particular una casi nula presencia de los delegados de los partidos de oposición que no parecen (con excepción de CREO) haber jugado el juego democrático en este aspecto;
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en muchos Centros de votación se observó un problema práctico, a media tarde, aún no habían podido almorzar los miembros de las mesas; hubo problemas para procurarles la comida, lo cual se tradujo por una ausencia de las personas que tuvieron que ausentarse para ir a sustentarse abandonando las mesas…;
Algunos observadores, además de estas anotaciones logísticas, se interrogan sobre:
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la complejidad del voto;
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dos partidos se quejaron de la dificultades y demoras para obtener las 158.000 firmas necesarias para inscribirse como partidos. Dijeron que el proceso es ‘demasiado complicado y costoso’;
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cabe preguntarse por qué no se usa una urna para cada elección, o sea por qué solo dos urnas cuando había cinco elecciones (presidente, asamblea nacional, asamblea provincial, y parlamento andino); la existencia de cinco urnas pemitiría agilizar el conteo;
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sobre el voto de los militares y policías que participan en la custodia de los ‘Centros de votacion’, hay que perfeccionar el sistema. En algunos lugares no se había previsto su participación y no había suficientes boletas de voto. En otros, no tenían los documentos acreditativos;
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a propósito de la presencia de los militares, varios observadores se preguntan si su número no es excesivo y demasiado intimidante. Si no bastaría una presencia simbolica en un acto democrático eminentemente civil y cívico
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otros observadores se preguntaron si conviene mantener la división de las juntas en «hombres» y «mujeres», con el problema que esa división de géneros tradicionales puede chocar con la nueva configuración de las sociedades modernas en las que los géneros ya no son sólo dos. Ademàs eso puede reforzar, en el análisis del voto, los clichés del tipo «así votan las mujeres» o «así votan los hombres», cuando las razones del voto no son unicamente de género sino que responden a otros aspectos sociales, económicos, culturales e ideológicos;
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en fin, algunos observadores, constataron que uno de los candidatos presidenciales (Guillermo Lasso, de CREO) siguió haciendo campaña hasta el mismo domingo 17 de febrero inclusive, en las páginas web de grandes medios de informacion internacionales, en particular en el Nuevo Herald de Miami, y en Clarin, de Buenos Aires, muy leídos y consultados en Ecuador.
Todos estas observaciones de disfuncionamientos menores, que son frecuentes en todas las democracias, no empañan en absoluto la característica principal de los comicios del 17 de febrero en Ecuador que fueron, en opinión de todos los invitados especiales, una gran fiesta popular, muy participativa, muy transparente, muy libre, muy incluyente. Y que demostraron la gran madurez y el indiscutible carácter democrático del proceso electoral ecuatoriano.
Quito, Ecuador. 18 de febrero de 2013.
Ignacio Ramonet. Portavoz de los observadores independientes, invitados especiales del CNE.
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