– Dr. n ecesito su ayuda. No puedo seguir así. Hace más de 3 años que no me meto ninguna burbuja y estoy fatal. – Doña Sociedad, ya le dije hace mucho tiempo que no jugase con el capitalismo, que después de los momentos de euforia de las burbujas vienen los momentos de crisis, de […]
– Dr. n ecesito su ayuda. No puedo seguir así. Hace más de 3 años que no me meto ninguna burbuja y estoy fatal.
– Doña Sociedad, ya le dije hace mucho tiempo que no jugase con el capitalismo, que después de los momentos de euforia de las burbujas vienen los momentos de crisis, de depresión, etc. También le expliqué que el síndrome de abstinencia le va a obligar a buscar burbujas con mayor frecuencia y que el «mono» será cada vez más duro.
– Ya lo sé Dr. pero ahora necesito urgentemente otra burbuja. Me han estado inyectando un montón de liquidez en forma de papel moneda pero ya me explicó usted que eso no es más que un efecto placebo, que ni siquiera es dinero porque no esta respaldado por ningún crecimiento de riqueza. Necesito algo más fuerte, una nueva burbuja !! He pensado en la sanidad y en la educación publica. Si consigo privatizarlas entonces sí que tendré una buena dosis.
– Recuerde lo que le he explicado muchas veces, que las burbujas son efímeras y que después será mucho peor. Doña Sociedad, usted no es ya ninguna jovencita y si sigue así se acaba destrozando. Hágame caso y diga NO al capitalismo.
– Lo siento Dr. Marx, pero ahora ya no puedo parar. Además mis camellos me han amenazado. Me han dicho que si lo dejo irán a por mí y me romperán las piernas. Usted no sabe quienes son ni de lo que son capaces.
– Ja, ja, ja …. Permítame que me ría pero hace mucho tiempo que sé quienes son los que la amenazan. Y no hablo solamente de camellos locales de poca monta como el Banco Santander, BBVA, Bankia, etc. También conozco a los grandes capos del otro lado del Atlántico, desde Goldman Sachs hasta Lehman Brothers, ese que se cargaron en un ajuste de cuentas.
– Dr. si de verdad los conoce entenderá que no tengo alternativa. Son muy poderosos. Además tienen comprada a la brigada anticorrupción. Las agencias de calificación están en el ajo. Estoy tan asustada que no sé que hacer.
– Eso de que no hay alternativa lo vienen diciendo desde hace mucho tiempo los de La Tercera Vía y el pensamiento único neoliberal pero no les haga caso. Yo ya no puedo hacer nada más por usted, doña Sociedad. Ya le hice el diagnostico hace 150 años y ahora su salud sólo depende de usted y de su fuerza de voluntad para cambiar las cosas sino quiere tener secuelas irreversibles.
– Muchas gracias Dr. Marx, le prometo que lo intentaré.
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