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Día Internacional de los trabajadores y trabajadoras

Fuentes: IEE / Ocaru

Hoy, primero de mayo, queremos saludar a todas las trabajadoras y los trabajadores del Ecuador, en especial a las trabajadoras del campo, indígenas, campesinas y negras que, en medio del espeso verde que caracteriza el paisaje, con su trabajo no remunerado, no sólo logran el cuidado de las familias y comunidades, sino que, además, cariñosamente […]

Hoy, primero de mayo, queremos saludar a todas las trabajadoras y los trabajadores del Ecuador, en especial a las trabajadoras del campo, indígenas, campesinas y negras que, en medio del espeso verde que caracteriza el paisaje, con su trabajo no remunerado, no sólo logran el cuidado de las familias y comunidades, sino que, además, cariñosamente producen las semillas que alimentan el mundo.

Luego de 11 años de Revolución Ciudadana, aunque la situación de los trabajadores pudo mejorar gracias a las inversiones sociales del gobierno, la situación de los sindicatos no ha cambiado; mucho menos, la de los trabajadores en el campo. Contrariamente a lo que podríamos esperar en el siglo XXI, a pesar de los avances constitucionales en materia laboral y a las promesas de los sectores empresariales, las condiciones laborales de los trabajadores han empeorado; los sindicatos privados son casi inexistentes y la promesa de un sindicato por rama en el campo parece alejarse.

Desde la Constitución en el 2008, hasta hoy, las decisiones del gobierno y las reformas normativas vulneran derechos conquistados y, con la elección del último ministro Raúl Ledesma, hijo del bananero Eduardo Ledesma, es claro que se alineó con los intereses de las elites empresariales. Basta decir que la última propuesta del Ministro de Trabajo flexibiliza las relaciones laborales en el campo y precariza aún más la vida de las familias. El centro de la reforma es una contratación por horas, tal como lo prohíbe la Constitución; y, con absoluto cinismo, entrarán en vigencia este primero de Mayo.

La prepotencia de las élites y la complicidad del Estado es obscena, pero la causa de esto es que el sindicalismo en el Ecuador se ha convertido en el privilegio de unos pocos. El cerco ideológico y político que ha logrado construir el proyecto neoliberal y capitalista ha sido efectivo para hacernos olvidar el lugar que ocupamos como trabadores y trabajadoras. Los tratados de libre comercio, la nueva alianza con los Estados Unidos y la remozada presencia de las elites empresariales en el gobierno, marcan un escenario de mayor vulnerabilidad de derechos conquistados. Por eso, no está de más recordar la importancia de la organización, la necesidad de una alianza social por la defensa del trabajo, el campo, la naturaleza y la vida misma.

Un primero de mayo siempre es una oportunidad de volver a encontrarnos y refrendar nuestros votos por una sociedad de igualdad y libertad, contra el capitalismo y sus élites.

Trabajadores, indígenas, campesinos y mujeres del mundo, siempre unidos.

Fuente: http://mail.google.com/mail/u/1/#inbox/1631bdbf5c30baa9