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Dispositivo Civilizatorio y la Crisis Civilizatoria

Fuentes: Rebelión

Luego de leer Al Sur de las decisiones del Dr. Fander Falconí me permito hacer un texto acerca de un elemento que creo pertinente incorporar al abordaje de la Crisis Civilizatoria: el Dispositivo Civilizatorio, desde la perspectiva de la filosofía política. Arribamos a la crisis del racionalismo moderno porque la promesa de esa «nueva condición […]

Luego de leer Al Sur de las decisiones del Dr. Fander Falconí me permito hacer un texto acerca de un elemento que creo pertinente incorporar al abordaje de la Crisis Civilizatoria: el Dispositivo Civilizatorio, desde la perspectiva de la filosofía política.

Arribamos a la crisis del racionalismo moderno porque la promesa de esa «nueva condición humana (que se caracteriza por) la abundancia de la riqueza social y la emancipación de los individuos particulares» [1] no se ha cumplido, todo lo contrario la hostilidad del hombre hacia la naturaleza, su sujeción, la del hombre por el hombre, han creado situaciones complejas en la sociedad, las crisis han adquirido una dimensión civilizatoria. La mayor crisis económica de la historia del capitalismo con su puntal en el espacio financiero, de inconmensurables efectos a nivel global, es muestra de la evidente decadencia del capitalismo, a ella hay que sumarle «otras crisis, como la energética, la crisis alimentaria, la crisis de decadencia del imperio, incluida la de su complejo militar -industrial […] la crisis ambiental y también la crisis cultural» [2], todas estas son expresiones de una gran crisis, como diría Sartre «totalizante», la crisis civilizatoria del capitalismo realmente existente.

El sustento del dispositivo civilizatorio de la modernidad, se presenta en el corpus teórico lockeano de la libertad, que se sostiene en su perspectiva del Estado de naturaleza, según Locke,

«(…) los seres son creados por Dios viven en ‘un estado de perfecta liberad’ natural y de igualdad, ‘sin subordinación ni sujeción alguna’ (II, 4) y ‘sin verse sometido a la voluntad o autoridad legislativa de ningún hombre, no siguiendo otra regla que aquella que le dicte la ley natural» (II, 22) [3]

Sigue más adelante:

«Cada hombre es propietario de su propia persona (…), el trabajo de su cuerpo y la labor de sus manos (…) el nuevo producto, resultado de la creatividad humana aplicada a los recursos naturales, se transforma en parte del productor y le pertenece, naciendo así el derecho a la propiedad (…) la propiedad no es aquí ilimitada pues cada hombre podrá poseer legítimamente todo lo que pueda abarcar con su trabajo (pero) ‘la misma ley natural que nos otorga la propiedad es la que le pone límites a la misma’ (II,31). Puedo aprovecharme de todo antes que se malogre» [4]

En efecto hasta aquí la promesa civilizatoria de la modernidad, nos presenta la nueva condición humana, marcada por la libertad, y la posesión, esta promesa civilizatoria es la promesa del capitalismo, que rompe los límites de las leyes naturales del estado de naturaleza con «(la) acumulación ilimitada de propiedad privada (esta) se debe entonces, de acuerdo a Locke, a la existencia del dinero, eliminando los anteriores límites impuestos por la ley natural» [5] 

Como afirma Hobbes, en un estado así no existen límites a los deseos. Por lo cual encontramos formulada la ecuación del productivismo capitalista, la razón se asienta en el cálculo del afán multiplicador de la productividad económico-mercantil, en busca de la optimización de la tasa de ganancia del capital, la obsesión por la ganancia a costa de todo, se nos presenta la razón como instrumento de la productividad capitalista, ésta a la que llamamos moderna, como moderna forma de entender la realidad, nos conduce hacia el progreso, o el desarrollo del capitalismo.

El dispositivo civilizatorio del capitalismo, su promesa civilizatoria, es un hecho colonial, con una aparente solidez cósica, que se presenta consumada por el desarrollo capitalista, la colonización se muestra como apariencia, un sueño, que tuvo su máximo exponente, en el american way of life, penetra los sentidos, los vuelca hacia la reproducción del sistema y suprime todos los deseos más allá de los que tiene que ver con afán productivista.

Notas:

[1] Bolívar Echeverría, Vuelta de Siglo, Venezuela: Fundación Editorial «el perro y la rana», 2007, Pág. XII. Prólogo.

[2] Patricio Echegarray, 24 Congreso Partido Comunista de la Argentina, Buenos Aires: N/D, 2008, Pág. 18.

[3] Tomás Várnagy , «El pensamiento político de John Locke y el surgimiento del liberalismo». La Filosofía Política. De Hobbes a Marx, Buenos Aires: CLACSO, 2003, pág. 54.

[4] Tomás Várnagy, pp. 54-56.

[5] Ibidem, Pág. 57

José Molina Ramón. Miembro del Equipo de Formación Política de Movimiento Alianza PAIS. Fue Secretario Nacional de Formación Política de la Juventud Comunista del Ecuador. Realizó estudios en Sociología en la Universidad Central del Ecuador. Cursó Educación Popular en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires.  

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