Recomiendo:
0

Dos años en silencio

Fuentes: Noticias de Navarra

¿Qué hemos hecho los dos últimos años? Comprar el pan, abrir el grifo, leer papeles, ver el cielo, amar a la pareja, tocar el árbol, andar por la calle… hemos llevado adelante nuestras vidas con el cansancio del día y de la noche.  ¿Qué hemos escuchado los dos últimos años? Que llegará el tren de […]

¿Qué hemos hecho los dos últimos años? Comprar el pan, abrir el grifo, leer papeles, ver el cielo, amar a la pareja, tocar el árbol, andar por la calle… hemos llevado adelante nuestras vidas con el cansancio del día y de la noche. 

¿Qué hemos escuchado los dos últimos años? Que llegará el tren de alta velocidad, que los futbolistas han metido goles, que la crisis será larga, que la independencia queda para mañana, que el comunismo es cosa del ayer, que el precio de la electricidad ha subido, que las redes sociales han estado de moda.

¿Que hacía ella estos dos últimos años? El silencio es la única respuesta. Y antes, esta mujer, ¿cómo reía, lloraba, miraba, dormía, hablaba, soñaba, fracasaba?

No fue famosa. Ni siquiera su nombre salía en las redes sociales. Solo un titular en dos o tres tuits: «Encontrada en Bilbao una mujer que llevaba dos años muerta en su casa». Una breve información de sucesos en los primeros días de enero, aunque el hecho fuera anterior. La víspera del día de los Inocentes, en la calle Bilbao La Vieja, en un piso del número 25, unos peritos de obras encontraron el cuerpo. Los técnicos entraron en la casa, creyendo que estaba vacía, mientras realizaban una inspección rutinaria del edificio.

En las horas y los días siguientes la noticia pasó de la sección de «sucesos» a crónica «local». A la fallecida por «causas naturales» le pusieron un nombre, dos hijos y trastornos psicológicos -como si no estuviéramos ya todos trastornados-. Adornaron la noticia con el comentario de una vecina que aseguraba no haber notado nada, ni siquiera el olor, meses después del deceso. Un periódico lo expresaba lacónicamente con la física del olfato: » «A partir del tercer mes un cuerpo inerte se seca y la peste desaparece», explican expertos en la materia «. Expertos en peste y muerte, pero seguimos sin saber cómo ese cuerpo reía, lloraba, miraba, dormía, hablaba, soñaba o fracasaba.

Un refrán antiguo reza en euskera: «Adiskide gabeko bizitza, auzo gabeko heriotza». Traducido para el caso viene a decir: «Vida sin compañía, muerte sin vecindario». Aunque los viejos dichos guardan secretos, en ese cuerpo de 68 años se resume una sociedad que no es inocente. Eso pienso, mientras ojeo un boletín oficial de Bizkaia, fechado en mayo del 2012, que comunicaba que esa mujer y otros 27 nombres habían perdido la ayuda social, porque la diputación no había podido localizarlos. Y me pregunto también cómo reía, lloraba, miraba, dormía, hablaba, soñaba y fracasaba el resto de ese grupo, y si todavía lo hacen.

Lo más cruel no es la muerte, sino el olvido de los muertos y la desesperanza de los vivos. Más de dos años. Tiempo de silencio.

 

Fuente original: http://www.noticiasdenavarra.com/2014/01/12/sociedad/dos-anos-en-silencio