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Dos proyectos antagónicos

Fuentes: Rebelión

«La mejor manera de robar un banco es ser dueño de uno» (The Best Way to Rob a Bank Is to Own One) -William K. Black La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador, el próximo 2 de abril, presentará al pueblo ecuatoriano dos proyectos de país claramente distintos, incluso opuestos, como programa de […]

«La mejor manera de robar un banco es ser dueño de uno» (The Best Way to Rob a Bank Is to Own One)
-William K. Black

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador, el próximo 2 de abril, presentará al pueblo ecuatoriano dos proyectos de país claramente distintos, incluso opuestos, como programa de gobierno para los próximos cuatro años: un proyecto que representa los intereses de la extrema derecha ecuatoriana y del imperialismo estadounidense (Guillermo Lasso); el otro planteado por las fuerzas progresistas del país con una visión de soberanía nacional y regional (Lenín Moreno).

Si gana el proyecto de Lasso, de inmediato el nuevo presidente demostrará su incondicional lealtad a la Embajada de Estados Unidos: expulsará del Ecuador a UNASUR y TELESUR; entregará al fundador de Wikileaks, Julian Assange, al gobierno estadounidense; y propondrá al Ecuador como miembro de la pro-Washington Alianza del Pacífico, poniendo el toque final a cualquier pretensión de soberanía del pueblo ecuatoriano.

Si gana el proyecto de Guillermo Lasso, de inmediato el nuevo presidente implementará un proceso neoliberal de reducción al mínimo de los fondos disponibles al Estado, al reducir al mínimo, cuando no eliminar, los impuestos pagados al fisco por los ricos y las grandes corporaciones comerciales, industriales, financieras y agrícolas, y así lograr: la reducción al mínimo del gasto público (infraestructura, salud, vivienda, educación, cultura, etc), los subsidios, las becas, todo lo que tenga que ver con lo público (salvo las fuerzas policiales, militares, y de represión, siempre necesarias para proteger la propiedad privada). El concepto clave aquí es el de «lo público – al mínimo»; todo será entregado al «mercado» privado, que es sagrado, que es dios, que resolverá, dicen, todos los problemas. E igual que Macri en Argentina y Temer en Brasil, Lasso piensa deshacer todo lo logrado por el gobierno anterior. E igual que Macri con Cristina Kirchner, y Temer con Lula da Silva, con la ayuda de la institución judicial, e inventando cualquier pretexto, intentará meter en prisión a Rafael Correa para que no pueda volver a presentarse como candidato a presidente.

Si gana el proyecto de Lenín Moreno, el nuevo presidente continuará el proceso de defensa, y fortalecimiento, de la soberanía y la unidad del pueblo ecuatoriano y latinoamericano, y de la visión de un continente sólidamente unido en una sola Patria Grande; el proyecto de Nuestra América frente a las pretensiones de las fuerzas de la Doctrina de Monroe y del Destino Manifiesto del gobierno de los Estados Unidos (amigo íntimo de Guillermo Lasso).

Si gana el proyecto de Lenín Moreno, el nuevo presidente reforzará el papel del Estado en la defensa de los ciudadanos más vulnerables, en la redistribución de los ingresos producidos por la sociedad ecuatoriana; mantendrá el gasto público para la infraestructura, la salud, la educación, la vivienda, y la cultura; y extenderá los avances logrados por el gobierno anterior. Y se espera siempre que el gobierno de Lenín Moreno logre consolidar lazos más estrechos con los movimientos sociales e indígenas del país.

El resultado de la segunda vuelta del próximo 2 de abril dependerá, obviamente, de los votantes ecuatorianos, y de cuál de los dos proyectos decidan ser cómplices.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.