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Dos sionistas al servicio de los Rothschild saqueando al pueblo estadounidense

Fuentes: Rebelión

Zelensky, ese sionista que aplaudía públicamente las matanzas de palestinos en Gaza a manos de la aviación israelí, y que, haciendo política al dictado de Biden (que suele jactarse, orgulloso, de ser sionista) llevó a su país, (y tal vez lleve a gran parte de Europa), a la situación absolutamente catastrófica en la que se encuentra ahora, regresó de su viaje a Washington, capital del sionismo de los Rothschild, con la promesa de otros 45 billones de dólares, lo que sumará 105 billones de dólares saqueados al pueblo de Estados Unidos, en armas y al contado, con destino -aparentemente- a Ucrania.

No existe control ninguno del destino de esas fabulosas ayudas, sacadas a toda prisa del país cuando aún no se ha cumplido el año de la agresión rusa contra Ucrania, y cuando ha quedado demostrado que esas ayudas sólo sirven para prolongar la guerra, traer más destrucción y muerte a Ucrania, perder más territorio (pues Rusia sigue adelante a pesar de todas esas ayudas, además de las enviadas desde Europa) y empobrecer a los pueblos europeos, provocando numerosos conflictos sociales, que no han hecho más que empezar.

Y siendo ambos gobiernos, el de Kiev y el de Washington, sionistas hasta la médula, y puesto que los sionistas no tienen otro objetivo que el de servir a los intereses del sionismo y de su brazo armado, el llamado «estado» de Israel, es inevitable que hagamos la siguiente pregunta: ¿Qué proporción de estas ingentes ayudas ha ido a parar a Israel, y a los grupos terroristas a sueldo del sionismo y de Estados Unidos, y que no son pocos?

La decisión final acerca de la trayectoria que recurren esos dineros y esas armas estadounidenses no la tiene Biden, y mucho menos Zelensky, sino el clan de los Rothschild, los amos incontestables del sionismo mundial, y los patrones de todos y cada uno de esos políticos que mandan en la Casa Blanca, en Kiev y en las capitales de las potencias europeas.

Conviene aquí recordar un dato celosamente ocultado por la prensa occidental acerca de los orígenes de la guerra en Ucrania, orígenes que arrancan con la llegada al poder, en 2019, de Zelenski, actor teatral y televisivo que nada tenía que ver con la política. Una magna conspiración sionista que colocó en Kiev a un presidente y a un primer ministro judío-sionistas (los dos) cuando en Ucrania sólo el 0,04% de la población es de esta confesión.

Y aquí surge otra acuciante pregunta: ¿Por qué se colocó a la cabeza del estado de Ucrania a dos judío-sionistas, íntimos, además, de los gobernantes de Israel, donde, por cierto, el 15% de la población judía es ucraniana? ¿Ha sido en preparación de esta guerra que está permitiendo un saqueo sin precedentes de las riquezas de Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y la Unión Europea, importándoles un bledo a los Rothschild la devastación de Ucrania, que, por otra parte, sería reconstruida mayoritariamente por sus empresas? ¿O tal vez el sionismo tiene otros cálculos que van mucho más allá de estas perspectivas, con el estallido de una nueva guerra mundial que se saldaría, calculan, como en la Primera y la Segunda contiendas mundiales, en beneficio claro del sionismo.

Pero esto es otra historia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.