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Economistas de EE.UU. y 10 países más advierten sobre peligro de un retorno al neoliberalismo en Ecuador

Fuentes: ALAI

Durante los últimos diez años, el Ecuador ha logrado importantes avances económicos y sociales. Nos preocupa que muchos de estos cambios en términos de reducción de la pobreza, incrementos salariales, reducción de la desigualdad, y mayor inclusión social puedan verse erosionados por un retorno a las políticas de austeridad y neoliberalismo que prevalecieron en el […]

Durante los últimos diez años, el Ecuador ha logrado importantes avances económicos y sociales. Nos preocupa que muchos de estos cambios en términos de reducción de la pobreza, incrementos salariales, reducción de la desigualdad, y mayor inclusión social puedan verse erosionados por un retorno a las políticas de austeridad y neoliberalismo que prevalecieron en el Ecuador desde inicios de los ochenta hasta comienzos del siglo XXI. Un retorno a dichas políticas amenaza con poner al Ecuador de nuevo en un camino que conduce no solo a una mayor inequidad social, sino a una mayor inestabilidad política también. Es importante recordar que este país tuvo ocho presidentes entre 1996 y el 2006.

Desafortunadamente, abunda la confusión y desinformación sobre los logros del Ecuador en estos últimos años. Se ha convertido en parte del sentido común que el progreso económico y social del país fue simplemente resultado del boom de las materias primas y de un incremento en los ingresos, fruto del petróleo. Esta explicación ignora las importantes e innovadoras reformas que el gobierno ecuatoriano ha implementado, y que han jugado un rol efectivo permitiendo al país salir, relativamente sin rasguños, de la Recesión Global del 2009 y del más reciente colapso de los precios del petróleo. Estas reformas incluyen haber incorporado al Banco Central como parte del equipo de gobierno, un impuesto a la salida de capitales, un substancial incremento de la inversión pública, la re-regulación del sector financiero y una política fiscal contracíclica.

Las políticas económicas neoliberales ya han sido ensayadas en el Ecuador y han fracasado. Comparado con el 1,5% de crecimiento anual del PIB per capita del 2006 a 2016, este indicador aumentó tan solo un 0,6% entre 1980 y el 2006. Desde 1980 al 2000, periodo en el que el Ecuador tuvo una serie de acuerdos de préstamo con el Fondo Monetario Internacional, el país experimentó un considerable fracaso económico, en el cual el PIB per capita cayó un 1,5% durante las dos décadas. Este fracaso casi de seguro resultó, al menos parcialmente, de los recortes presupuestarios, privatizaciones, metas de inflación, desregulación y otras medidas, que también habían hecho que la economía del Ecuador fuera cada vez más vulnerable a los choques externos. En el periodo comprendido entre 1960 y 1980, en contraste, el crecimiento del PIB per capita fue del 110%.

Del mismo modo, la pobreza se incrementó en un tercio entre 1995 y 2001, cuando alcanzó el 45%. La pobreza disminuyó en general entre 1995 y 2006, pero tan solo en un 2,7%; mientras que entre 2006 y 2014 cayó en un 32%. De acuerdo a las estadísticas oficiales, el coeficiente de Gini en el ingreso neto de los hogares (una medida común de desigualdad) descendió en alrededor de un 10% entre 2006 y 2014, luego de haber incrementado en más de un 7% entre 1995 y 2006. A los indicadores de los años pre-Correa, tan lamentables como son, les amortigua la masiva emigración de ecuatorianos durante los gobiernos anteriores, que ayudó a mantener artificialmente bajas las tasas de desigualdad, pobreza y desempleo.

Durante la mayor parte de la historia moderna del Ecuador, su riqueza petrolera ha beneficiado enormemente a algunos pocos. Por ejemplo, una ley del 2002 apoyada por el FMI y el Banco Mundial requirió que el Fondo de Estabilización del Ecuador, una entidad creada con y receptora de fondos provenientes de la explotación petrolera, destinara el 70% de sus ingresos a pagos de deuda, y tan solo un 10% a la inversión social.

Importantes reformas durante la década anterior han distribuido los ingresos del petróleo de modo más equitativo. Acuerdos petroleros que anteriormente entregaron la riqueza del Ecuador a compañías petroleras extranjeras fueron renegociados, conduciendo a mayores beneficios para la población ecuatoriana (sin estas negociaciones, el incremento en los precios del petróleo no hubiese generado las substancialmente mayores entradas para el gobierno). Estos ingresos estatales han sido dirigidos hacia un responsable gasto estatal con resultados impresionantes: la matrícula en educación media y secundaria se disparó dramáticamente, mientras el presupuesto para educación superior se incrementó del 0,7% al 2,1% del PIB. Mientras la inversión en salud se ha duplicado como porcentaje del PIB del 2006 al 2016, cerca de un 40% más de pacientes fueron atendidos en hospitales públicos en 2014, en comparación con el 2006. El gobierno ecuatoriano implementó estímulos de alrededor del 5% del PIB que le permitieron sortear la crisis del 2009 con una disminución del mismo de apenas un 1,3%.

La era del «consenso de Washington» en el Ecuador no benefició a la mayor parte de los Ecuatorianos, y muchos de ellos demostraron sus sentimientos al respecto, con manifestaciones masivas que ayudaron a derrocar varios presidentes; hasta que finalmente en las elecciones de 2006 inauguraron una época de cambio real – una ruptura histórica con las políticas económicas que, en parte, pusieron los intereses de las élites locales, de Washington y del poderoso capital internacional, por encima del de la mayoría de los ecuatorianos.

Nuestro objetivo no es decirle a los Ecuatorianos por quién votar, ni interferir en los procesos políticos del país. Con la proliferación de desinformación e incomprensión con respecto a la economía ecuatoriana, sin embargo, sentimos la necesidad de poner algunas cosas en claro.

El Ecuador merece líderes que implementen políticas que beneficien a todos los ecuatorianos -quienes quieran que ellos sean. Sería trágico para el siguiente gobierno del Ecuador regresar a un pasado menos próspero y menos incluyente.

James K. Galbraith, Lloyd M. Bentsen Jr. Chair in Government/Business Relations and Professor of Government at the LBJ School of Public Affairs, University of Texas at Austin
Ha-Joon Chang, Department of Economics, University of Cambridge, United Kingdom
Stephanie Kelton, Professor of Economics at University of Missouri-Kansas City, Former Chief Economist on the U.S. Senate Budget Committee
William K. Black, Associate Professor of Economics and Law, University of Missouri-Kansas City
Pavlina R. Tcherneva, Associate Professor and Chair of the Department of Economics and the Economics and Finance Program at the Levy Economics Institute, Bard College
Gerald Epstein, Professor of Economics and Co-Director of the Political Economy Research Institute (PERI) at the University of Massachusetts, Amherst.
Mark Weisbrot, Co-Director, Center for Economic and Policy Research
Jeff Faux, Founder, Economic Policy Institute
John Willoughby, Professor of Economics, American University
Dean Baker, Co-Director, Center for Economic and Policy Research
Gabriele Koehler, Development Economist, Munich
William Barclay, Founding Member of Chicago Political Economy Group and retired Sr. Vice President, Chicago Stock Exchange
Amitava Krishna Dutt, Professor of Economics and Political Science, University of Notre Dame and Distinguished Professor, FLACSO, Ecuador
Ben Zipperer, Economist, Economic Policy Institute
Jim Campen, Professor of Economics, Emeritus, University of Massachusetts, Boston
Mustafa Özer, Professor, FEAS, Department of Economics, Anadolu University, Eskişehir, Turkey
Eileen Appelbaum, Senior Economist, Center for Economic and Policy Research
Alicia Puyana Mutis, Professor of Economics, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Mexico
Jayati Ghosh, Professor of Economics, Jawaharlal Nehru University, New Delhi, India and Executive Secretary, International Development Economics Associates, India
Jorge Buzaglo, Associate Professor of Economics, Sweden
Ann Markusen, Professor Emerita and Director, Project on Regional and Industrial Economics, University of Minnesota
Matias Vernengo, Professor of Economics, Bucknell University and Co-editor of the Review of Keynesian Economics
Stephanie Seguino, Professor of Economics, University of Vermont
Kathleen McAfee, Professor, International Relations, San Francisco State University
Mark A. Price, Labor Economist, Keystone Research Center
Chris Tilly, Professor of Urban Planning, University of California Los Angeles
Gustavo Indart, Associate Professor, Department of Economics, University of Toronto, Canada
Julie Matthaei, Professor of Economics, Wellesley College
Peter Bohmer, Faculty in Economics and Political Economy, The Evergreen State College
Genaro Grasso, Economist at University of Buenos Aires and University of San Martín, Argentina and Researcher at Institute of High Social Studies, IDAES and Cultural Center of Cooperation, CCC
Mark Paul, Postdoctoral Associate, Samuel DuBois Cook Center on Social Equity at Duke University
Renee Prendergast, Reader in Economics, Management School, Queen’s University Belfast, Belfast, Northern Ireland
Nicola Melloni, Visiting Fellow, Munk School of Global Affairs, University of Toronto, Canada
Arthur MacEwan, Professor Emeritus of Economics, University of Massachusetts Boston
Demian Panigo, Co-Director, Center of Workers Innovation (CONICET), Argentina and President of the Latin American Economic Thought Association (APEL)
Korkut Boratav, Turkish Social Science Association, Turkey
Peter Dorman, Professor of Political Economy, The Evergreen State College
Carlos Oya, Reader in Political Economy of Development at the School of Oriental and African Studies (SOAS), London
Joseph Ricciardi, Associate Professor of Economics, Babson College, Wellesley, MA
Venkatesh Athreya, Adjunct Professor, Asian College of Journalism, Chennai and Adjunct Professor, Rajiv Gandhi National Institute for Youth Development, Chennai
Eduardo Strachman, Associate Professor, Department of Economics – São Paulo State University (UNESP) – Brazil
Saskia Sassen, Professor, Columbia University
Irene van Staveren, Professor of Pluralist Development Economics, International Institute of Social Studies of Erasmus University Rotterdam, Netherlands
Erhan Yildirim, Professor of Economics at Cukurova University, Turkey
Romina Kupelian, Researcher, Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo Argentino (CEFID-AR); Advisor at the Central Bank of Argentina (BCRA)
Guillermo Hang, Independent Researcher and Economist at UNLP, Argentina
Reza Mazhari, Assistant Professor of Economics, The Gonbad Kavoos University, Iran
Ron Baiman, Assistant Professor, Graduate Business Administration, Benedictine University, Lisle, IL
Fadhel Kaboub, Associate Professor of Economics at Denison University, and President of the Binzagr Institute for Sustainable Prosperity
Scott A. Weir, Economics Instructor at Wake Technical Community College, Raleigh, NC (retired)
Farida C. Khan, Professor of Economics, University of Wisconsin-Parkside
Al Campbell, Emeritus Professor of Economics, University of Utah, Steering Committee of the Union for Radial Political Economics (URPE)
Michael Meeropol, Professor Emeritus of Economics Western New England University
Antonio Savoia, Lecturer in Development Economics, Global Development Institute, The University of Manchester, UK
Michael Ash, Professor of Economics and Public Policy, University of Massachusetts Amherst

Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/184357