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Ecuador: Cayó Gutiérrez

Fuentes: Alai-amlatina

El Congreso, con 60 votos a favor, cesó al Presidente Lucio Gutiérrez y nombró en sustitución al vicepresidente, Alfredo Palacio, como resultado de las multitudinarias manifestaciones de rechazo a su régimen corrupto y autoritario. Al momento de asumir el mando, el nuevo presidente Palacio señaló que «aquí no habrá perdón ni olvido» para las personas […]

El Congreso, con 60 votos a favor, cesó al Presidente Lucio Gutiérrez y nombró en sustitución al vicepresidente, Alfredo Palacio, como resultado de las multitudinarias manifestaciones de rechazo a su régimen corrupto y autoritario.

Al momento de asumir el mando, el nuevo presidente Palacio señaló que «aquí no habrá perdón ni olvido» para las personas que han violado la Constitución ni para los opresores. Más temprano, en declaraciones a la prensa extranjera, Palacio señaló que se debe aclarar las responsabilidades por la situación de inconstitucionalidad y la represión.

Para el nuevo mandatario, la solución a la crisis tiene aspectos de legalidad y de legitimidad, ninguno de los cuales se puede superar simplemente con el cambio de las cortes o de la cabeza del gobierno. Lo primero, dijo, es regresar al estado de derecho, que significa que nos atengamos a la constitución y la ley. Exige cambiar no solo las cortes, sino también el Tribunal Constitucional y sobre todo el Tribunal Supremo Electoral. (Estos tres cuerpos legales fueron objeto del reparto inconstitucional del pasado mes de diciembre). «Una vez que tengamos este marco legal muy claro, entonces podremos sentarnos a discutir los graves problemas de legitimidad». Reconoció que la ciudadanía es una fuerza importante y debe tener participación en los planes que elaboren los partidos políticos y en el gobierno.

A raíz de la represión brutal a la multitudinaria marcha pacifica efectuada la noche del 19 de abril en Quito y el asesinato del fotógrafo Julio García, las manifestaciones de protestas se radicalizaron exigiendo la salida del Presidente Lucio Gutiérrez y de todos los poderes del Estado.

El régimen comenzó a desmoronarse con la renuncia del Comandante General de la Policía, General Jorge Póveda, ocurrida este mediodía, como consecuencia de la represión que ordenó el día anterior. Al mismo tiempo, la oposición del Congreso destituyó al Presidente Omar Quintana, militante del Partido Roldosista Ecuatoriano y allegado a Abdalá Bucaram, quien regresó de Panamá cuando una corte oficialista anuló el juicio en su contra.

La razón invocada por el Congreso es el «abandono de cargo», debido a que Lucio Gutiérrez había asumido poderes dictatoriales. Esta decisión fue ratificada con el anuncio del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas que retiraba su apoyo al ex presidente Gutiérrez.

Desde tempranas horas, estudiantes de colegios y universidades se manifestaron en las calles de Quito, con el «mochilazo». Los y las jóvenes tomaron la batuta de las luchas del día anterior y se lanzaron hacia el Congreso Nacional con intención de continuar al Palacio de Gobierno. En las calles fueron duramente reprimidos por policías armados de gases lacrimógenos y carros antimotines. Esto ha causado nuevos heridos, jóvenes asfixiados y varios detenidos. Pero lo más grave fue el ataque perpetrado desde el Ministerio de Bienestar Social por los grupos de sicarios partidarios del gobierno que dispararon e hirieron a varios manifestantes.

Al mismo tiempo, grupos de ciudadanos y ciudadanas indignadas interrumpieron las principales vías de acceso a la capital para impedir el ingreso de partidarios de Lucio Gutiérrez que el gobierno transportaba en buses desde Guayaquil y otras ciudades del país. Varios de ellos, sin embargo, ingresaron en la madrugada, armados con palos, chuchillos y armas de fuego, y se dedicaron a amedrentar a grupos estudiantiles y de ciudadanos y a crear un ambiente de caos en la ciudad.

Mujeres, estudiantes de colegios y universidades, empleados públicos y privados, colocaron sus vehículos en redondeles estratégicos de ingreso a Quito desde los valles por los cuales llegarían los buses. Junto al bloqueo, los ciudadanos y ciudadanas se concentraron indignados por la escalada represiva sin precedentes y la militarización.

Las protestas se acentuaron hoy luego de la desmedida represión a la marcha pacifica que concentró ayer a mas de 50.000 manifestantes, la mayor demostración en contra del gobierno de Lucio Gutiérrez. Familias enteras, madres con niños/as en brazos, jóvenes, empleados y trabajadores, universidades estatales y privadas, se concentraron en la denominada Cruz del Papa, un lugar simbólico en el cual Juan Pablo II manifestó que «en Ecuador nadie podrá dormir tranquilo mientras haya un niño con hambre».

Con banderas del Ecuador y entonando el Himno Nacional, la multitud se dirigió hacia el Palacio de Gobierno, gritando «Lucio Fuera», «Que se vayan todos», «Cárcel para Bucaram». Cientos de carros acompañaban a la marcha, portando banderas del Ecuador y haciendo sonar las bocinas.

El gobierno ordenó «repeler con todo la manifestación». Como producto de esta decisión, 181 personas resultaron golpeadas y asfixiadas y el fotógrafo chileno ecuatoriano Julio García, de 58 años, murió asfixiado por inhalación de gases tóxicos. Momentos antes, García increpaba a los policías por la brutal represión que afectó a mujeres y niños, según mostró un canal de televisión. García se exilió en el país durante la época de la dictadura de Pinochet, era un profesional identificado con los sectores populares, que trabajó en proyectos de comunicación y educación popular. Su muerte causó conmoción y aumentó la indignación de los miles de manifestantes que gritaba «asesino», «asesino».

El sacrificio de Julio, los cientos de heridos, golpeados y asfixiados, así como la lucha de miles de «forajidos y forajidas», como se autodenominan los manifestantes contra del gobierno, no ha sido en vano.

El movimiento auto-convocado en las calles ha sido una bocanada de aire fresco, en rechazo a la vieja política, los pactos y las componendas de los partidos políticos en Ecuador.