«Desde Ecuador queremos hacer un llamamiento a la comunidad internacional, a la sociedad civil, para que creen comités que nos den cobijo en nuestra lucha contra la Chevron». Este era el llamamiento que el ministro de exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, hacía el pasado viernes en Madrid en el contexto de la campaña internacional La mano […]
«Desde Ecuador queremos hacer un llamamiento a la comunidad internacional, a la sociedad civil, para que creen comités que nos den cobijo en nuestra lucha contra la Chevron». Este era el llamamiento que el ministro de exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, hacía el pasado viernes en Madrid en el contexto de la campaña internacional La mano sucia de Chevron, que este país quiere hacer para que se conozca su lucha contra la petrolera y, entre todos, puedan contrarrestar los «miles de millones de dólares que invierten en propaganda» y en su nutrido equipo de abogados.
«Contaminaron nuestro país y ahora pretenden hacérselo pagar a todos los ecuatorianos», lamentó el canciller. «Tal y como ya declaró el presidente, Rafael Correa, se equivocaron de país. A otros, no sé, pero a nosotros no nos van a doblegar». En países como Venezuela, Nicaragua, Gran Bretaña u Holanda ya se han organizado estos comités, integrados por diferentes asociaciones de la sociedad civil de estas naciones. En España se creó el pasado viernes y en Argentina está por crearse.
«Lo importante es que el mundo entero sepa qué pasó en nuestro país». Por este motivo, en el hall principal de la estación de metro de Nuevos Ministerios se ha organizado una exposición, que permanecerá hasta mediados de noviembre, con fotos en las que muestran las consecuencias de los vertidos tóxicos de Texaco, ahora Chevron.
El respaldo solicitado se dirige a la sociedad civil, y no a los gobiernos, porque, según declaró Patiño a lamarea.com, «no queremos comprometerlos. Algunos espontáneamente han manifestado su respaldo, como el venezolano, por ejemplo. Nicolás Maduro dijo desde un primer momento que lo que es con Ecuador es con Venezuela. Pero nosotros no podemos presionar a los gobiernos para conseguir su respaldo porque pueden tener inversiones con Chevron».
Cronología del conflicto
1964. Texaco comienza a trabajar en Ecuador para extraer y comerciar con su petróleo.
Años 70. La Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana (CEPE), actual Petroecuador y la estadounidense Gulf hacen negocios con Texaco. Esta última será la única encargada de la extracción de crudo en Ecuador.
1.992. Texaco deja de operar en Ecuador.
1.993. Las poblaciones locales crean el Frente de Defensa de la Amazonía y demandan a la petrolera estadounidense en un tribunal de Nueva York. Exigen reparación en concepto de daños medioambientales y perjuicios a las personas y las comunidades afectadas. Texaco comienza una batalla legal por la que insiste en trasladar el conflicto a una corte ecuatoriana.
2.001. Chevron compra Texaco, consciente de los problemas legales a los que se enfrenta.
2.002. El tribunal estadounidense consiente en trasladar el caso a los tribunales de Ecuador y Chevron-Texaco se compromete a acatar las sentencias emanada de estos órganos.
2.009. Antes de que se emita una sentencia, Chevron acude a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya para demandar al Estado ecuatoriano. El motivo es un acuerdo bilateral de protección de las inversiones, firmado en 1.992 y que entró en vigor en 1.997 (es decir, cinco años después de que Texaco saliera del país). Ecuador argumenta que, además de que estos tratados no pueden aplicarse con carácter retroactivo, en el contenido del texto se explicita que el Estado no podrá demandar a la petrolera. Sin embargo, fueron los particulares quienes iniciaron el proceso judicial, no el Gobierno. Chevron-Texaco exige que, en caso de que los obliguen a pagar la indemnización a las comunidades afectadas, el Estado ecuatoriano les reembolse la cantidad íntegra. La Haya se declara competente y obliga al Gobierno de Correa a suspender la ejecución de la sentencia (que aún no se había dictado). Además, el Ejecutivo de Ecuador tiene prohibido, según establece su Constitución, interferir en el poder judicial.
2.010. Chevron-Texaco demanda, en la Corte Federal de Nueva York, a los abogados de las comunidades ecuatorianas denunciantes por asociación criminal con objeto de chantajear a la petrolera. Solicitan, también, que sea Ecuador quien se encargue de abonar la indemnización que el tribunal ecuatoriano les obligue a pagar a los demandantes.
2.011. El tribunal de primera instancia emite una sentencia por la que Chevron deberá pagar 9.500 millones de dólares a las comunidades afectadas y pedir perdón en un plazo de dos semanas. En caso de no hacerlo, la indemnización se duplicará. Chevron no se disculpa y la multa asciende a 19.000 millones de dólares.
2.011. Chevron recurre la sentencia ante el tribunal provincial quien, un año más tarde la ratifica la condena de 19.000 millones de dólares por daños medioambientales y perjuicios para las personas y las comunidades de las zonas afectadas.
La petrolera se niega a acatar la sentencia
En la actualidad, Chevron-Texaco ha apelado la decisión del tribunal provincial ecuatoriano y está a la espera de su decisión. También está pendiente de resolución la demanda que interpusieron en La Haya. En el caso de que Ecuador pierda, estaría obligado a pagarle 19.000 de dólares. Una cifra que se estableció tras comprobar que la petrolera había vertido durante 30 años un total de 71 millones de litros de residuos y 64 millones de litros de petróleo bruto a lo largo de dos hectáreas de algunas regiones de la amazonia de Ecuador. Estos vertidos, según explicó Ricardo Patiño, equivalen a 85 veces el desastre de la BP en el Golfo de México.
Entre los argumentos que la petrolera utiliza para desentenderse de la responsabilidad legal se encuentran que Chevron no sabía lo que había hecho Texaco cuando la compró, aunque ya llevaban ocho años de litigio contra los afectados. Asimismo señalan que, dado que la CEPE y Gulf habían entrado en el negocio, ambas empresas también deberían ser responsables. Sin embargo, según el ministro Patiño, «la demanda de los afectados a la Chevron-Texaco se hizo sobre la base de las mil piscinas en las que operaban ellos solos».
Por otro lado, la petrolera estadounidense también ha denunciado en varias ocasiones que el presidente de Ecuador presionó a los tribunales para que dictaran sentencia a favor de los demandantes. Según explicó Patiño, para evidenciar esto, presentaron una foto de Rafael Correa en una reunión con los afectados. «Como si el hecho de que el presidente de una nación escuchara a sus ciudadanos fuera un crimen», criticó. Además, Patiño añadió que Chevron «se reunió once veces con los presidentes de los gobiernos anteriores para inclinar la balanza a su favor. Estas pruebas no las presentan».
Según el canciller ecuatoriano, Chevrón tiene 400.000 millones de dólares en activos. El Producto Interior Bruto de Ecuador asciende a 32.000 millones de dólares y el dinero destinado a los Presupuestos Generales del Estado son 19.000 millones. «Las cifras revelan el enorme desnivel en la pelea en la que tenemos contra Chevron. Pero, aunque ellos tengan el dinero, nosotros tenemos la verdad».
Dada su influencia en el Gobierno estadounidense, el canciller ecuatoriano señaló que Chevron había intentado obligar a Barak Obama a eliminar las preferencias arancelarias por valor de 21 millones de dólares que tiene Ecuador en este país, «como contrapartida a que ayudemos a que la droga de nuestras regiones no les llegue a los pobres estadounidenses». Para evitarlo, Rafael Correa renunció a estos privilegios y ofreció 21 millones de dólares más para que los invirtieran en campañas a favor del respeto a los Derechos Humanos. «Todavía no han respondido, fíjense», dijo Patiño con tono irónico.
Con el mismo tono sarcástico, el ministro de Exteriores de Ecuador prosiguió: «también podríamos enseñarles a respetar el secreto de las comunicaciones. No viene a cuento, pero no puedo resistirme a decir que Snowden se merece un monumento por haberle abierto los ojos al mundo. Los estadounidenses dicen que nos espiaron para protegernos de los terroristas, pero espiaron los teléfonos de personas como Angela Merkel (canciller de Alemania), Dilma Roussef (presidenta de Brasil) y hasta del papa. Es verdad que no son angelitos ninguno de los tres, pero de ahí a que tengan relación con el terrorismo…».
Finalmente, invitó «a todos los periodistas, a todas las personas que representan las diferentes asociaciones de la sociedad civil» a ir a Ecuador para comprobar en primera persona el desastre causado por la Texaco. También los animó a hacerle boicot a los productos de esta petrolera (que en España es Cepsa) porque «cada dólar que gastamos en sus productos es un dólar que va destinado a la campaña de propaganda contra nuestro país».
Fuente orignal: http://www.lamarea.com/2013/11/02/chevron/