Pareciera como si fueran calcados uno del otro. Los regímenes de Estados Unidos y de España figuran entre los mayores violadores de los Derechos Humanos en el mundo, aunque traten de esconder esa negativa conducta cuestionando y acusando a otras naciones contra las que conspiran y agreden. Las administraciones de Washington y de Madrid están […]
Pareciera como si fueran calcados uno del otro. Los regímenes de Estados Unidos y de España figuran entre los mayores violadores de los Derechos Humanos en el mundo, aunque traten de esconder esa negativa conducta cuestionando y acusando a otras naciones contra las que conspiran y agreden.
Las administraciones de Washington y de Madrid están a la «vanguardia» en la represión policial a sus habitantes, en el uso de las torturas, la discriminación racial y el segregacionismo, así como en los recortes sociales por la imposición de fórmulas neoliberales dirigidas a enfrentar las crisis económicas que padecen sus respectivos países.
Por citar solo algunas estadísticas, en Estados Unidos, cuyo déficit presupuestario es hoy peor que el de Grecia, más de 49 millones de personas viven en la pobreza, de ellos el 27,2 por ciento son afroamericanos, y el 25,6 de origen hispano.
Según recientes reportes de prensa, la pobreza de los negros norteamericanos es comparativamente superior al del actual Irak, devastado por invasiones de Washington y sus aliados europeos, por el terrorismo y el saqueo imperial.
Mientras tanto, en España 13 millones de ciudadanos, el 27 por ciento de su población total, está en riesgo de miseria o exclusión social, y tres de cada cuatro gitanos viven prácticamente en la indigencia.
Alrededor del 30 por ciento de los niños en esa nación europea, más dos millones, están afectados por el hambre y las penurias, al tiempo que el desempleo aqueja a 5,4 millones de ciudadanos aptos para trabajar, y necesitados de hacerlo para poder sobrevivir.
En el caso de Estados Unidos, la desocupación daña al 5 por ciento de los blancos, y claro, entre los negros rebasa el 13 por ciento, más del doble, similar a la de los hispanos.
La historia de los afroamericanos e inmigrantes de América Latina en territorio norteamericano es muy semejante a la de los gitanos en Europa, en general, y en España, en particular, marcada por el segregacionismo y la marginación.
Esas conductas violatorias de los Derechos Humanos siempre han tratado de ser escondidas por Washington y Madrid, como hacen con los constantes atropellos policiales, los desalojos de familias enteras de sus viviendas, y la reducción de gastos para la atención médica y la educación, mientras elevan cada año sus presupuestos militares para hacer guerras y más guerras.
La estrategia de la Casa Blanca y La Moncloa para ocultar la verdadera pesadilla que viven millones de estadounidenses y españoles es mentir una y otra vez, y tener bajo su control a los poderes mediáticos para que silencien sus realidades nacionales, y por el contrario falseen la de otros países, preferentemente los del Sur.
Así han hecho y hacen actualmente los llamados regímenes democráticos de Washington y de Madrid con gobiernos progresistas de América Latina, y de otras regiones del mundo, que buscan el progreso de sus pueblos, y sí defienden los Derechos Humanos que nunca han sido respetados en Estados Unidos ni en España.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.