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Entrevista con el escritor británico Tariq Alí

«EEUU cree que podrá comprar Cuba como hizo en Europa del Este»

Fuentes: Público

El escritor y columnista pakistaní asegura que la pérdida de influencia de EEUU en América Latina sólo puede tener consecuencias positivas para el continente aunque augura que los próximos cinco años serán decisivos

El intelectual pakistaní Tariq Alí acaba de presentar en España «Piratas del Caribe» (editorial Foca), donde explica su teoría sobre los cambios económicos y políticos de Bolivia, Cuba y Venezuela.

Usted asegura que la pérdida de influencia de EEUU en América Latina permite la posibilidad de construir una alternativa al neoliberalismo. ¿Cómo hacerlo?

Pues trabajando para que América Latina pueda desarrollar sus propios intereses y no los del Imperio. Otra de las ventajas que se puede lograr con esta iniciativa ya en marcha es generar una cohesión regional que permitiría a muchos países relacionarse económicamente con EEUU de manera unida y no a través de relaciones bilaterales que les hace ser más vulnerables ante el poderío estadounidense.

¿Cuál ha sido el último esfuerzo de EEUU para controlar Latinoamérica?

Sin duda, el golpe de Estado contra Hugo Chávez de 2002. Luego decidieron que es mejor moverse en instituciones internacionales con políticos que actúan como esbirros.

¿Consideran que la democracia se ha consolidado en Latinoamérica?

Sí, indudablemente. Las democracias se han vuelto más transparentes, incluso más que en Europa.

¿Hacia dónde camina América Latina?

Creo que los próximos cinco años van a ser decisivos. En la actualidad ya hay un experimento en marcha, que es frágil, pero que marcará la evolución política y económica del continente americano.

¿En qué consiste ese experimento?

Se trata de la creación de unas estructuras socioeconómicas ajenas completamente al llamado Consenso de Washington, el listado de exigencias aplicadas en los noventa por los organismos financieros internacionales para impulsar el crecimiento en América Latina y que resultó un fracaso. De momento, el nuevo proceso social se ha empezado a aplicar en Venezuela, Bolivia y Ecuador tras el triunfo electoral de movimientos políticos de izquierda y de gran espectro social. Otra cuestión es Cuba, cuyo ámbito de problemas es muy diferente a los que tienen esos países.

¿Por qué?

Porque, a diferencia de Venezuela, EEUU considera que cuando muera Fidel podrá hacerse otra vez con el control de la Isla mediante la inyección de dinero. Es decir, comprando a los funcionarios y a miembros del partido como hicieron en Europa del Este. Y es posible que lo consigan.

Cuando dice que para Washington el caso venezolano es un problema más complejo que el cubano, ¿a qué se refiere?

La gran diferencia la ha introducido Hugo Chávez al establecer una fluida relación con China. Esto ha impedido el aislamiento de su país. Además, Chávez ha roto el bloqueo al que EEUU pretende someter a Cuba. Pero Cuba se ha visto obligada a iniciar pequeñas reformas económicas porque el sistema boqueaba, no daba más de síSí. Ahora mismo Cuba tiene abierto un gran debate sobre si el modelo más viable puede ser el chino, es decir, un sistema de gobierno basado en un control estricto del Estado por parte del partido comunista con una liberalización de algunos aspectos de la economía. En mi opinión, eso sería una tragedia para Cuba.

¿Tanta desigualdad social ha provocado el experimento chino?

Sí. La pobreza en China ha crecido mucho desde que comenzaron a aplicarse las reformas. Los extractos más bajos de la sociedad viven hoy peor que hace 30 años.

¿Cuál es la mejor opción para el éxito de las reformas en Cuba?

Lo más adecuado parece ser una apertura política, es decir, aceptar el pluralismo político, pero con un Estado que conserve el control de sectores económicos estratégicos.

¿Algo similar a Venezuela, donde hay elecciones, pero el Estado se reserva el control de los recursos clave, como el petróleo?

Sí. Pienso que Cuba y Venezuela pueden aprender mucho uno de otro. Por ejemplo, los cubanos pueden aprovechar cómo mantener un sistema político pluralista y abierto, redactando una nueva constitución popular. Mientras que los venezolanos pueden instruirse de los cubanos en cómo desarrollar un proceso político con una dimensión socialista.
Pero a diferencia de Fidel Castro, Hugo Chávez no fue guerrillero y no goza de su reputación.

La diferencia es el paisaje político en el que emergieron. Fidel lo hizo en medio de un espacio plagado de dictaduras financiadas por EEUU. Chávez ha surgido en un período donde la hegemonía incuestionable es el neoliberalismo. Chávez llegó y orinó sobre ese paraíso fingido.

¿Qué papel están jugando los medios de comunicación en los cambios que describe?

En Venezuela, a diferencia de EEUU o Europa, los medios de comunicación son la oposición a cualquier cambio social. Y no dudan en acusar a Chávez de aspirante a dictador olvidando sus triunfos electorales y omitiendo que apoyaron el golpe de Estado de 2002.