La prensa británica en forma unánime calificó el rescate muy cantado de Fannie Mae y Freddie Mac (ver Bajo la Lupa, 13/7/08), las dos gigantescas y dantescas paraestatales hipotecarias como una «nacionalización bancaria» a un costo inicial de 200 mil millones: la mayor en la historia de EU y el mundo. Más que una «nacionalización» […]
La prensa británica en forma unánime calificó el rescate muy cantado de Fannie Mae y Freddie Mac (ver Bajo la Lupa, 13/7/08), las dos gigantescas y dantescas paraestatales hipotecarias como una «nacionalización bancaria» a un costo inicial de 200 mil millones: la mayor en la historia de EU y el mundo.
Más que una «nacionalización» al estilo texano («Privatización de las ganancias y socialización de las pérdidas»), se trata de una genuina «estatización» que intentan ocultar EU y sus mendaces multimedia para no generar una pandemia estatizante en el globo, cuando el régimen torturador bushiano desea apoderarse de las joyas estratégicas (los hidrocarburos) de Canadá y México.
Fannie y Freddie eran controladas con el capital mayoritario del gobierno y cotizaban en la bolsa de valores en el más depurado estilo especulativo anglosajón, contando con accionistas domésticos y foráneos (en especial los bancos centrales de China, Japón y Rusia).
Hace alrededor de ocho años Bajo la Lupa había señalado la inviabilidad financiera de Fannie Mae y Freddie Mac, las dos paraestatales que manejan la mitad de las hipotecas (¡seis veces el PIB de México!) del total de 12 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón).
Hay que reconocer que las piromaniacas autoridades hacendarias bushianas lograron prolongar la agonía y luego el embalsamiento secreto de dos gigantescos cadáveres cuyo reciente mefitismo era ya imposible de esconder. El rescate se debió a las estridentes advertencias del gobierno chino (muy parco en hablar) unos días antes.
Henry Hank Paulson, secretario bushiano del Tesoro, anterior mandamás de Goldman Sachs, el mayor banco de inversionistas del mundo, conoce como pocos los alcances financieros de China, que en estos momentos posee las mayores reservas de divisas del mundo; más de 1.8 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón), y se ha convertido en el principal acreedor de la deuda externa de EU (en Bonos del Tesoro y en bonos de Fannie y Freddie).
Saskia Scholtes y James Politi del The Financial Times (28/08/09) avisaron que el Banco de China, el cuarto de ese país (según Bloombeg es el «tercero», lo que demuestra que hasta las agencias financieras de noticias anglosajonas están de cabeza), «había huido de Fannie y Freddie» al haber recortado a una cuarta parte la tenencia de sus bonos desde junio.
La angustia se había apoderado de los inversionistas asiáticos en general, habituados a comprar en promedio 240 mil millones de dólares de deuda de las agencias gubernamentales, que, además de Fannie y Freddie, incluyen a Ginnie Mae y al Federal Home Loans Bank, los cuales representan en su totalidad de endeudamiento más del doble del adeudo anual de los bonos del Tesoro (111 mil 120 millones de dólares).
No se salva nada; se controlan los daños irreparables. Al contrario, tal «rescate multimediático» profundiza la crisis de la economía de EU y del agónico dolarcentrismo. Para colocar una vez en la picota la mendacidad contable de EU («¡EU sin contabilidad!», ver Bajo la Lupa, 6/08/08), lo interesante radica en la «fuga» sincrónica del Banco de China cuando en la bolsa neoyorquina las dos paraestatales, hoy quebradas, alardeaban 15 po ciento de ganancias al segundo trimestre.
A mediados de agosto, Yu Yongding, consejero del banco central chino (Banco del Pueblo de China), emitió una severa advertencia a EU: «si el gobierno permite la quiebra de Fannie y Freddie y los inversionistas internacionales no son compensados adecuadamente (¡súper sic!), las consecuencias serían catastróficas (¡extra sic!). No será el fin del mundo, pero sí del presente sistema financiero internacional» (The Privateer, agosto de 08).
De dos males, el menor: el régimen torturador bushiano no tuvo más alternativa que nacionalizar, mejor dicho, estatizar, antes de poner en riesgo su mermada credibilidad para mantener a flote al sistema financiero anglosajón del dolarcentrismo en plena desintegración. Un día vamos a amanecer con la noticia de que el dólar estadounidense no vale nada.
John Gapper en su blog de The Financial Times (8/09/08) expresa que el gobierno de EU rescató más bien a los «inversionistas extranjeros» (los bancos centrales y sus fondos soberanos de riqueza) que a sus propios ciudadanos quienes emergerán como los principales perdedores (además de los contribuyentes).
El mayor problema proviene de las pretendidas «garantías» del gobierno bushiano totalmente insolvente que epitomiza la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) que avala los depósitos de 8 mil 451 bancos de EU que andan en un poco más de 13 millones de millones de dólares (trillones en anglosajón).
A reserva de creer la contabilidad teológica de EU (en Bajo la Lupa desde hace mucho leemos las cifras del gobierno bushiano al revés, en similitud a las mendacidades de los neoliberales mexicanos), el «Fondo» del FDIC se encuentra emasculado y cuenta, en caso de ser verdad, con 45 mil millones de dólares para respaldar únicamente 4.5 millones de millones de dólares (trillones) de los depósitos asegurados, es decir, prácticamente nada.
En Alemania las crueles apuestas corren en determinar si serán 5 mil o 6 mil los bancos por quebrar en EU. Una lista tan «secreta» del FDIC, que hasta Bajo la Lupa está enterada de ella y circula en todos los cafés financieros, arroja mil 400 bancos (especialmente los «regionales») con «severos problemas» de «sequía crediticia».
Jim Rogers, inversionista y heredero de la fauna especulativa de George Soros (quien acaba de adquirir un paquete de 800 millones de dólares de Petrobras y espera ansiosamente la privatización de Pemex para adueñarse de los hidrocarburos de las «aguas profundas» del golfo de México), comentó en forma sarcástica que el gobierno bushiano era «más comunista que China». Agregó exquisitamente que «este tipo de socialismo estadounidense está diseñado únicamente para los ricos» y vaticinó que el rescate de Fannie y Freddie estaba destinado al fracaso: «es pura locura, duplicaron la deuda nacional de EU en un solo fin de semana para beneficiar a una bola de bandidos e incompetentes» (Yahoo News, 8/09/08). ¿No es, acaso, la misma insanidad que practican los neoliberales panistas y priístas en México desde hace 27 años?
Ya que los «plutócratas socialistas» compiten por los récords de la historia, después del mayor rescate bancario viene la mejor broma financiera de todos los tiempos capitalistas: según el londinense The Daily Telegraph (7/09/08), la Reserva Federal anunció «nuevas reglas (sic) para facilitar los empréstitos responsables (¡súper sic!)» de parte de sus bancos averiados. Too little, too late.