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EEUU y la Unión Europea se ponen de acuerdo para vigilar la telefonía IP que utiliza la red de internet

Fuentes: Rebelión

La telefonía IP es un nuevo y emergente modo de comunicación, similar a la telefonía fija utiliza la red de internet para establecer la comunicación abarantado costes, sobre todo en llamadas internacionales y siendo gratuita para el caso que la comunicación sea entre dos ordenadores. El programa mas popular es Skype, pero existen otras alternativas […]

La telefonía IP es un nuevo y emergente modo de comunicación, similar a la telefonía fija utiliza la red de internet para establecer la comunicación abarantado costes, sobre todo en llamadas internacionales y siendo gratuita para el caso que la comunicación sea entre dos ordenadores. El programa mas popular es Skype, pero existen otras alternativas de código libre como kphone y linphone.

Tanto la Unión Europea como EE.UU. Parece haberse puesto de acuerdo en el modelo de control y almacenaje de datos. El pasado día nueve de agosto, el periodista Declan McCullagh informo en en Cnet, que el gobierno de los EE.UU. subvencionará con más de 300.000 dólares los trabajos de investigación que llevarán a la producción de un dispositivo que pueda espiar las llamadas telefónicas vía Internet (VoIP), al estilo de Skype y similares. Según las autoridades norteamericanas, se trataría de controlar sólo el tráfico (incluso el realizado a través de proxys anónimos), pero no de descifrar los contenidos, algo que, en todo caso, los ciudadanos no podremos verificar que se cumpla.

A su vez, la Unión Europea esta preparando una nueva directiva de retención de datos. El objetivo de la directiva es que los proveedores de sistemas de telecomunicación almacenen los datos referentes a las llamadas, correos, faxes, mensajes de móvil y mensajería instantánea de sus clientes . También se controlarían las llamadas hechas con telefonía IP, ya que la información sobre las comunicaciones basadas en IP deberán ser almacenadas durante seis meses, por doce de las comunicaciones tradicionales.

Por tanto, ambos planes lo que pretenden es que las administraciones puedan tener acceso a los datos que se refieren a emisor, receptor, hora y localización geográfica de la comunicación y no su contenido, que sólo se podría investigar bajo orden judicial.

Varias son las preocupaciones para todos los ciudadanos. Ya por sí el almacenaje de los anteriores datos y su posible procesamiento es un grave atentado contra la intimidad, que vulneraría este derecho humano, reconocido por las constituciones estatales. Tampoco corren buenos tiempos para confiar plenamente en la independencia judicial, ya que jueces y tribunales no pueden o no quieren evitar las presiones de los gobiernos y aparatos de seguridad. Además cada vez son más los países que crean tribunales secretos, de excepción o especializados para el control de las comunicaciones, como es el caso del Reino Unido o del Reino de España. Y por último, no hay mecanismo que impida a los servicios secretos acceder a todos los contenidos de las comunicaciones monitorizadas.