En El País leí la siguiente noticia: “En junio el paro bajó en 42.409 personas. El número de desempleados es de 2.880.582, la cifra más baja en catorce años”. Es una noticia que nos alegra, que nos proporciona optimismo, en suma, una noticia positiva.
Después leí la misma noticia en La razón: “En junio el paro solo bajó en 42.409 personas, menos que el mes anterior”. Ahora la noticia cambió de color. La forma en que es suministrada la noticia, empleando primero el adverbio “solo” y después el sintagma comparativo “menos que”, modifica el contenido de la noticia. El lector debe saber que cuando hablamos de la forma ideológica de la noticia, la forma siempre tiene un contenido y modifica la percepción de lo que podríamos denominar el contenido nuclear de la información. Así que el mismo núcleo informativo dado por El País sufre una radical modificación cuando es facilitado por La razón. Convirtiéndose en una noticia que nos preocupa, que nos proporciona pesimismo, en suma, una noticia negativa o una noticia no del todo positiva. El núcleo informativo en ambos rotativos es el mismo: el paro bajó en 42.409 personas. Pero la forma ideológica en que ese dato es presentado es distinta. Una forma nos proporciona alegría y optimismo, y la otra, pesimismo y negatividad.
No creamos a los periodistas o políticos cuando nos dicen que ellos se limitan a proporcionarnos datos. Los datos siempre se facilitan por una persona que tiene una determinada concepción del mundo, que es el núcleo de cualquier ideología. Y es evidente que la concepción del mundo socialdemócrata es diferente que la concepción liberal. También hay diferencias entre la concepción socialdemócrata del mundo y la concepción marxista. Todo dato siempre pertenece a una determinada ideología; y en toda ideología encontramos una determinada concepción del mundo, un determinado sistema de valores relacionado con el papel del individuo y de la sociedad en el mundo, unos determinados intereses de clase, y una determinada concepción religiosa, laica o atea de las relaciones humanas. No hay datos puros.
Y si en un dato tan relativamente sencillo como el que hemos comentado, la ideología está presente de manera decisiva, no digamos nada cuando nos enfrentamos a un problema tan complejo como la guerra que enfrentan Rusia y Ucrania. Y si, además, como en este caso, se le quita la voz a Rusia Today y a Sputnik, que son las agencias de información de Rusia, la ideología sobre la guerra elaborada por la UE y EEUU son aún más dominantes y más ideológicas.
Les pongo otro ejemplo. Recientemente el presidente de Indonesia visitó a Zelenski y Putin y los animó a llegar a acuerdos de paz, puesto que está en peligro la seguridad alimentaria mundial. Indonesia tiene 276 millones de habitantes, seis veces más que la población de España. No obstante, esa noticia no fue publicada en los medios de comunicación occidentales. Aunque a la UE y EEUU se les llena la boca presentando la contradicción entre ellos y Rusia como la contradicción entre la autocracia y la democracia, en la práctica informativa, a la mayoría de la población, representada, por ejemplo, por China, India, Indonesia y la propia Rusia, se les niega la voz y la opinión en Occidente. Y esto es también ideología: afirmar que son demócratas y al tiempo prohibir o impedir que la voz de sus opositores tenga su espacio legítimo en la prensa occidental.
Otro ejemplo más. Recientemente la OTAN ha celebrado una reunión en Madrid. Ha presentado a Rusia como la gran amenaza contra la seguridad de la UE y de EEUU, y ha presentado a China como el gran desafío para el orden internacional. Los miembros de la OTAN han concluido que deben aumentar su gasto militar. ¿Con qué fin aumentan su gasto militar? Sus mandatarios dicen que por seguridad. Sin embargo, si la propia Rusia o China incrementan su gasto militar, los occidentales ven en ello una amenaza desestabilizadora y señales anticipadas de agresión. Esto es también ideología. Dependiendo de quién sea la nación que incremente su gasto militar, la catalogación en términos de valores es distinta. Es fácil comprender que, si la UE y EEUU ven en China una amenaza contra sus intereses, China ve en la UE y EEUU una amenaza contra sus intereses. El colmo del cinismo ideológico de la UE y EEUU se observa cuando habla de que China es un desafío y una amenaza para el orden internacional. Pero ¿cuál es el actual orden internacional? Aquel orden económico, político, militar y cultural donde EEUU y la UE, representando solamente el 10 por ciento de la población mundial, quieren ser los amos del mundo y pretenden dictar al resto de las naciones qué economía, sistema político y sistema de valores deben de tener. Hay una contradicción flagrante entre, por una parte, que la UE y EEUU se presenten al mundo como los garantes de la democracia, y, por otra parte, que representando solo el 10 por ciento de la población mundial, quieran imponer al resto del mundo cómo debe vivir, qué debe hacer en los ámbitos de la economía y de la política, y cómo debe pensar.
En la guerra entre Rusia y Ucrania, EEUU ha planteado al resto del mundo un dilema: estar a favor o en contra de Rusia. De este planteamiento participan también muchos sectores de izquierda. Las agencias chinas plantean que la guerra en Ucrania refleja en lo fundamental la pugna entre EEUU y Rusia. Alinearse, según esta concepción, implica o ponerse del lado de Rusia o ponerse del lado de EEUU. Otra cuestión: supongamos que tenemos una concepción multipolar del mundo. Entonces concebiremos la guerra entre Rusia y Ucrania como una guerra que afecta y deben decidir esas dos naciones en exclusividad, y que, por consiguiente, deberíamos evitar alinearnos con uno o con otro. Yo creo que ha sido un error grave de la UE alinearse con Ucrania, que es lo mismo que alinearse con EEUU en su pugna hegemónica con Rusia. Y ese alineamiento está perjudicando gravemente a la economía de la UE y tendrá, entre otras consecuencias, la destrucción de capital y trabajo. Luego, en este caso, también está presente la ideología y de una manera decisiva.
Un último ejemplo. Recientemente vi en televisión española un documental de la BBC sobre Putin. Lógicamente vincularon su nombre con Yeltsin. Mostraron que Putin era una figura política vinculada a la corrupción. Les hablé antes de que la forma ideológica tiene un contenido. Pues bien, les puede asegurar que en este documental el contenido ofrecido por la forma ideológica era notablemente superior al contenido informativo. Y el método que emplearon fue ocultar lo sustancial de lo que ocurría en Rusia y poner en primer plano lo accidental. ¿Cuál era el núcleo informativo sustancial en Rusia desde que Yeltsin y después Putin tomaron el poder del Estado? Transformar la economía socialista estatal rusa en una economía capitalista de libre mercado, transformar la propiedad pública de las empresas rusas en propiedad privada. Y claro que en esa transición hubo corrupción. Pero la corrupción es lo accidental, lo sustancial fue la transformación de la económica estatal rusa en economía privada, objetivo que las principales economías capitalistas del mundo promovieron y aceleraron lideradas por el FMI. Así que aquí la forma ideológica es lo absolutamente dominante, quedando el núcleo informativo muy en segundo plano. Me preguntaba un amigo, ante mi actitud crítica ante este documental, si era verdad o no que el nombre de Putin estaba vinculado a la corrupción. Y yo le respondí: yo no debo aceptar el marco donde ese problema está planteado, es cierto que el nombre de Putin está vinculado a la corrupción, pero más cierto aún es que la BBC oculta lo sustancial de esa época: la implantación de un capitalismo salvaje y el saqueo de las propiedades estatales. Transición que fue liderada y promocionada desde el exterior por el capitalismo internacional.
En suma, atento lector, no existen, por un lado, los hechos y los datos en estado puro y, por otro lado, los expertos y suministradores de información que sencillamente se limitan a decirnos lo que existen y a mostrarnos el ser de las cosas. Todos los hechos y todos los datos están revestidos de una determinada forma ideológica, cuyo contenido modifica la percepción y representación que tenemos del núcleo informativo.
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