La situación de Venezuela es cada vez más grave. Lo es aún más si se ubica en el marco de enorme polarización, confrontación e incertidumbre respecto a las perspectivas del gobierno de Nicolás Maduro, la campaña internacional contra Venezuela y el notorio cuadro general de fuertes y rápidos cambios políticos y empeoramiento económico que se […]
La situación de Venezuela es cada vez más grave. Lo es aún más si se ubica en el marco de enorme polarización, confrontación e incertidumbre respecto a las perspectivas del gobierno de Nicolás Maduro, la campaña internacional contra Venezuela y el notorio cuadro general de fuertes y rápidos cambios políticos y empeoramiento económico que se observa en el último período en América Latina.
El desenlace de la crisis venezolana es considerado clave para el establishment local e internacional en su obsesión por superar definitivamente la referencia que han identificado como de mayor cuestionamiento a su hegemonía en las últimas décadas: el chavismo. Pero el posicionamiento lo es también particularmente crítico para la izquierda y los movimientos sociales que confrontan el dilema de qué posición tomar ante un proceso histórico que surgió con una enorme expectativa y apoyo popular mayoritario, pero cuyos virajes, burocratización y creciente deterioro han ido minando sus expectativas y generado frustración.
La polarización ha permitido que hasta derechistas y recurrentes intervencionistas/golpistas reaccionarios se presenten como campeones del «respeto a los derechos democráticos y humanitarios en Venezuela».(Donald Trump)(1) , a definir que «Venezuela es una muestra que siempre hay un escalón más hacia el infierno (Mauricio Macri) (2) o a llamar a unirse para «devolver la democracia a Venezuela» (en forma conjunta Felipe González y José María Aznar) (3).
Pero, llamativamente, una caracterización paralela muy negativa de la situación de Venezuela también se presenta desde la izquierda acusando al gobierno de «deriva totalitaria» (Marea Socialista) (4) a Maduro como.»el último acompañante de una suma de grandes traidores hacia las mismas masas que todavía los acompañan» (Roland Denis) (5) .
O a afirmar terminantemente que «Venezuela tiene realmente una situación de desastre. La economía se basa en el petróleo, probablemente en mayor medida como nunca antes. Y la corrupción y el robo han sido extremos, especialmente después de la muerte de Chávez» (el emblemático pensador de la izquierda norteamericana Naom Chomsky) (6).
Lo que ocurre en Venezuela no es un caso aislado. Un escenario similar de creciente polarización, confusión e identificaciones severas , aunque con particularidades distintivas de cada proceso , se ha verificado en el último período en relación también a otros gobiernos «populistas de izquierda» latinoamericanos con liderazgos personales que proliferaron en la década anterior: los Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Lula Da Silva /Dilma Roussef en Brasil, Rafael Correa en Ecuador.
En el último período, en todos los países latinoamericanos se ha ido deteriorando notoriamente las balanzas de pago. Pero en Venezuela se ha puesto en referencia (¿o anticipado?) el regreso además a la región del fantasma de la «crisis de la deuda», y su correlato muy conocido de exigencias y condicionalidades regresivas, presiones , extorsiones y decisiones críticas .
Estas habían parecido haber perdido referencia años atrás no solo por la posición crítica hacia ellas de los gobiernos progresistas que se pronunciaban contra el «flagelo de la deuda» y su vinculación directa con ajustes económicos exigidos recurrentemente por organismos multilaterales ( FMI, Banco Mundial) , sino también por una virtuosa combinación circunstancial de altos precios de los principales productos primarios de exportación (en el caso de Venezuela, por supuesto, el petróleo) y condiciones financieras internacionales propicias que brindaron desahogo.
¿Primero la deuda?
El debate sobre la situación y condiciones de la deuda pública de Venezuela (interna y externa) y, en forma diferenciada, de la empresa petrolera nacional PDVSA -clave para el país-, debe ganar, por lo tanto, la mayor atención pública . Por su significación inmediata (la prioridad o no de su pago por sobre la atención de requerimientos de divisas para la importación de productos básicos) y su trascendencia en perspectiva no pueden ser considerados temas técnicos de exclusiva atención de financistas y especialistas, sino que debe insistirse que deben ganar relevancia central en el debate público (7).
Es por ello que deben ser analizadas con mucha atención y detalle las posiciones y la secuencia de las decisiones del gobierno que refiere como motivo para priorizar el uso de las divisas ingresadas al país por las exportaciones petroleras para aliviar presiones financieras , y lo hecho brindando sucesivas concesiones «liberalizadoras» cambiarias (8) .
Estas últimas han incluido, en nombre de «tranquilizar los mercados», brechas crecientes para maniobras con tipos de cambios múltiples administrados en forma no transparente y el ocultamiento y/o la no investigación de maniobras cambiarias corruptas extendidas -de personas y empresas-, las cuales están vinculadas tanto al oficialismo como a la oposición
Pero es preciso también, y ello resulta fundamental, observar con detenimiento las propuestas de la oposición al gobierno llenas de promesas (9), pero cuyas posiciones y reclamos específicos en relación a este tema son concretos y aun más regresivos que los del gobierno.
Incluyen en sus propuestas, entre otras medidas, la completa liberalización cambiaria y, por lo tanto, eliminación de un tipo de cambio diferencial para importaciones de alimentos y medicamentos; la privatización de la explotación y los ingresos de las exportaciones petroleras hasta hoy en propiedad pública; y una reestructuración de la deuda bajo la supervisión de los propios bancos y organismos multilaterales condicionándola a la aceptación de «ajustes anti-populistas» severos, como la eliminación de subsidios combustibles y tarifas, plena libertad para realizar despido , mayor reducción de gastos sociales, entre otros.
Las referentes reales en los temas financieros – voceros muchos de ellos de la posición e intereses de fondos de inversión y de jugadores especulando con maniobras cambiarias , fuga de capitales y la deuda venezolana- se expresan con toda claridad cuando sinceran su punto de vista que la prioridad debe ser cumplir el pago de la deuda y subordinar el uso de divisas para importaciones esenciales.
Sin eufemismos lo reconoce el conocido consultor financiero Francisco Rodríguez, al confesarse «compartiendo la opinión del gobierno» que Venezuela «está sufriendo de un choque externo masivo que habría obligado a éste, o a cualquier gobierno, a recortar las importaciones para asegurar la sostenibilidad externa» (10).
Pero el establishment local e internacional piden más y. reclaman y apoyan la caída del gobierno de Maduro. En plena campaña política destituyente, convocan a la intervención externa para profundizar el cumplimiento de los requerimientos de «libertad de mercados». En nombre de promesas de inversiones y trabajo que nunca cumplirían por la propia depresión e inestabilidad inducida, avalan profundizar la fiesta especulativa y de fuga de capitales y la mayor esquilmación social y del patrimonio nacional.
No temen señalar que ello será a la manera de los planes de austeridad «estructurales» hoy en varios países europeos y conocidos reiteradamente en la historia de Venezuela y América Latina , pero en forma mucho más profunda y revanchista.
En esta perspectiva, y poniendo en evidencia el grado de pérdida de rumbo político, son muy llamativas las expresiones de Víctor Alvarez, ex-ministro del gobierno de Hugo Chávez, quien manifiesta simpatizar con la Plataforma para la Auditoría Pública y Ciudadana de la Deuda, llamando a la oposición, la MUD, en caso de tomar el gobierno a no tomar decisiones que pudieran alterar a los mercados financieros, ya que «nadie le va a prestar a un nuevo gobierno que de forma unilateral decide no pagar la deuda heredada del gobierno anterior», llamando a demostrar «la voluntad política para honrar la deuda legalmente adquirida» (11).
No es difícil suponer que su propuesta de auditoría de la deuda bien podría ser para justificar una investigación sesgada que sirviera para sostener en nombre de la herencia recibida las «decisiones antipopulares» que el propio Alvarez entiende que debería aplicar un gobierno de la MUD y que recomienda que sea «el propio chavismo que pague el costo de su aplicación» (12).
Tomar el toro por las astas
El vaciamiento y ahogo financiero pueden llevar en cualquier momento a Venezuela al default. Este puede ocurrir aun si la intención fuera seguir priorizando el cumplimiento de los vencimientos financieros, pagar tasas de interés reales cada vez más leoninas, aceptar la entrega de la soberanía nacional y ahondar la crisis social y productiva por la falta de divisas para importaciones esenciales.
Como en toda crisis, se trata de una confrontación dura no solo superable con argucias argumentales o consignas voluntaristas. Las corrientes políticas de izquierda y progresistas y los movimientos sociales que priorizan la defensa de los intereses populares y nacionales tienen una enorme responsabilidad de defender firmemente a Venezuela contra la agresión externa, pero deben al mismo tiempo, y ello no es contradictorio, exigir el esclarecimiento del vaciamiento de Venezuela, para analizar y generar un programa y acciones capaces de revertir una economía desquiciada y postrada
El punto de partida debe ser reconocer la magnitud del desafío y no simplificarlo en consignas lineales que, de no estar fundadas, bien pueden ser solo declamativas , o ser manipuladas para vaciarlas de su significación democrática y movilizadora.
Es mucho lo que está hoy en juego en Venezuela y no es posible ser neutral.
Notas:
1 http://www.el-nacional.com/noticias/trump-compartio-preocupacion-sobre-venezuela-con-bachelet_86213
2 http://www.infobae.com/cultura/2017/02/23/mauricio-macri-venezuela-nos-muestra-que-siempre-hay-un-escalon-mas-hacia-el-infierno/
3 http://eldia.es/nacional/2017-03-27/17-Jose-Maria-Aznar-Felipe-Gonzalez-unidos-devolver-democracia-Venezuela.htm
4 Declaración de Marea Socialista – https://www.aporrea.org/actualidad/n306246.html
5 https://www.aporrea.org/actualidad/a244231.html
6 http://eleconomista.com.mx/internacional/2017/04/10/venezuela-desastre-noam-chomsky
7 http://www.cadtm.org/Deuda-presiones-y-emergencia-hay
8 Ver una explicación sintética de la evolución cambiario en http://www.eluniversal.com/economia/150210/cronologia-del-control-cambiario-en-venezuela-desde-2003-a-nuestros-di
9 Ver por ejemplo «Lineamientos para un Gobierno de Unidad Nacional (2013-2019)»
10 Declaraciones del 21 de marzo de 2017 – http://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Economista-Francisco-Rodriguez-Venezuela-es-un-pais-que-se-quedo-sin-dinero-20170321-0089.html
11 Artículo con el significativo título » ¿Qué pasaría si un gobierno de la MUD no paga la deuda externa del chavismo? Publicado en El Estímulo- 11 de septiembre de 2016 . http://elestimulo.com/blog/que-pasaria-si-un-gobierno-de-la-mud-no-paga-la-deuda-externa-del-chavismo/
12 http://globovision.com/article/alvarez-la-oposicion-pagara-un-costo-muy-alto-si-toma-el-poder-este-ano
* Jorge Marchini es profesor de Economía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Vice Presidente de la Fundaciòn para la Integración Latinoamericana (FILA), Investigador del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).