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El año de las cooperativas

Fuentes: Rebelión

El año 2012 fue declarado por la ONU en la 64 Reunión General, como AÑO INTERNACIONAL DE LA COOPERATIVAS bajo el lema «las empresas cooperativas ayudan a construir un mundo mejor». Hasta la ONU considera la importancia que tienen las cooperativas para el desarrollo económico y social, la reducción de la pobreza y la desigualdad, […]

El año 2012 fue declarado por la ONU en la 64 Reunión General, como AÑO INTERNACIONAL DE LA COOPERATIVAS bajo el lema «las empresas cooperativas ayudan a construir un mundo mejor».

Hasta la ONU considera la importancia que tienen las cooperativas para el desarrollo económico y social, la reducción de la pobreza y la desigualdad, la creación de empleos, la integración social; y la expansión de esa conciencia en el mundo parece ser el principal objetivo de esta declaratoria que contribuiría a fomentar el apoyo y desarrollo de las empresas cooperativas, por los gobiernos. Y la razón de que el modelo cooperativista sea un modelo alternativo exitoso que tiende a superar el statu quo impuesto por el capitalismo se puede encontrar en un factor que dentro de la lógica económica e incluso de la lógica política tradicional, es de segundo orden: Los valores.

El «acto cooperativo» es radicalmente distinto del acto competitivo que posee una lógica centrada en «sacar ventaja», contrariamente a ello el cooperativismo plantea la solidaridad, el apoyo mutuo, la participación democrática, la gestión colectiva de la propiedad para el beneficio de cada uno y de todos, priorizando a las personas por encima de las cosas. El cooperativismo en sus diferentes manifestaciones está en el corazón de las economías populares y solidarias, comprometidas de hecho con el cambio social y cultural que implica la recodificación de las matrices de convivencia devenidas a la sombra del darwinismo social. El cooperativismo es de por sí un modelo de educación y de democracia que propugna la más alta participación posible en el desarrollo de las personas, pero bajo una comprensión, digamos anticapitalista, de la economía y de la vida en general.

Las cooperativas (las verdaderas cooperativas) no están animadas por el lucro sino por la satisfacción sostenible de las necesidades en consonancia con los postulados de la Economía Popular y Solidaria que según la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria de Ecuador «es la forma de organización económica donde sus integrantes individual o colectivamente organizan y desarrollan procesos de producción, intercambio, comercialización, financiamiento y consumo de bienes y servicios para satisfacer las necesidades y generar ingresos, basados en relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad, privilegiando el trabajo y al ser humano como sujeto y fin de su actividad orientada al Buen Vivir, en armonía con la naturaleza por sobre la apropiación, el lucro y la acumulación de capital».

Esta economía, que existe y que ha sido base de la vida de grandes sectores de la población, será apoyada fuertemente por el Estado con la creación de los mecanismos jurídicos e instituciones de fomento y apoyo, que deberán implementarse precisamente en el 2012, luego de que entre en vigencia el Reglamento de la Ley. Todo este proceso debe ser leído como un triunfo de las fuerzas sociales que durante mucho tiempo han luchado por modificar el ordenamiento socio económico tradicional, en base a la comprensión de que la común-unidad, la armonización de la existencia, la expansión de bases axiológicas cooperativas y los procesos políticos auténticamente democráticos, apuntan a una transformación cualitativa de las estructuras ideológicas y fácticas del poder.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.