«La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida» José Martí Recién pasó la fecha conmemorativa del asesinato de Ernesto «Che» Guevara, el pasado 9 de octubre, así como las remembranzas sobre sus aportes a la lucha latinoamericana antiimperialista, contra la colonización y el capitalismo rapaz. Atilio Borón […]
«La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida»
José Martí
Recién pasó la fecha conmemorativa del asesinato de Ernesto «Che» Guevara, el pasado 9 de octubre, así como las remembranzas sobre sus aportes a la lucha latinoamericana antiimperialista, contra la colonización y el capitalismo rapaz.
Atilio Borón nos recuerda que para El Che «el proyecto socialista era multifacético e integral, y uno de sus componentes esenciales era la creación del hombre y la mujer nuevos, y la construcción de una también nueva cultura que contrarrestara los quinientos años de «des-educación» para el sometimiento y la resignación padecidos por nuestras sociedades desde el amanecer del capitalismo.»[i]
Dentro de la reflexión que hace Guevara en su ensayo «El Socialismo y el Hombre en Cuba»[ii] encontramos múltiples referencias a la situación de la educación bajo el capitalismo. No solamente de la educación formal, sino en el amplio sentido de la educación como un proceso complejo inmerso en todas las relaciones sociales. Así nos dice: «El capitalismo recurre a la fuerza, pero además educa a la gente en el sistema»[iii]
La actualidad de sus reflexiones viene dada por la creciente tendencia a nivel mundial de la ola privatizadora del sector educativo público. Es evidente que la privatización no solamente se reduce al aumento de las colegiaturas, lo que impide y «priva» a amplios sectores de las clases sociales bajas y marginadas de acceder a dicho servicio. Sino además, y el elemento fundamental, es la reducción del sistema educativo a un mero servicio que atiende exclusivamente las necesidades del mercado capitalista.
El uso de conceptos de corte empresarial dentro del discurso educativo no es mero capricho. En México desde la década de los 70 comienza a hablarse de «La Calidad educativa» y de su necesidad de «responder a las necesidades del sector productivo»[iv], y desde entonces se ha ido modificando el sector educativo para atender esas «necesidades». Desde entonces «la calidad», «la eficiencia», «las competencias» han pasado a formar parte obligada de la justificación para la adecuación de programas de estudio en todos los niveles.
En México, en 2008-2009 se hace el intento funesto de desaparecer del Sistema de Educación Media Superior varias asignaturas del área de Humanidades, entre las que se encontraban Historia del Arte, Lógica y Filosofía. El Observatorio Filosófico de México impugnó dicha medida y logró restablecerlas. Sin embargo, en algunas partes del país dichas asignaturas han pasado de ser obligatorias a ser «opcionales», pues se les sustituye ahora por asignaturas como Calidad Total, Control de Producción, Informática aplicada al control de Calidad, Entorno Laboral, Operaciones de Almacén, entre otras más. Es claro, pues, que el sistema educativo está encaminado para formar la «mano de obra» que necesita el sector empresarial.
Es también característico el discurso que exalta al «emprendedor», recobrando el viejo discurso bíblico del «pecado original» criticado por Marx en El Capital, que señala que «la gente trabajadora y ahorrativa» se ha podido hacer de su fortuna, mientras que los que no trabajan son condenados a la pobreza. Guevara señala agudamente también este discurso «esperanzador» de la educación bajo el capitalismo: «La separación en clases es fatal, pero los individuos pueden salir de aquella a que pertenecen mediante el trabajo, la iniciativa, etc. Este proceso, y el de autoeducación para el triunfo, deben ser profundamente hipócritas; es la demostración interesada de que una mentira es verdad»[v]. La educación debe tomar un perfil liberador, crítico, que fomente la reflexión y la descolonización del pensamiento, y no un sistema que se encargue de fomentar el egoísmo, la obediencia, la pereza de pensamiento (muy de moda con el posmodernismo) y el consumismo desenfrenado.
El Che es plenamente consciente del papel que la educación debe jugar en el proyecto de construcción del socialismo: «Nuestra tarea consiste en impedir que la generación actual, dislocada por sus conflictos, se pervierta y pervierta a las nuevas. No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni ‘becarios’ que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas»[vi].
Por lo tanto, es indispensable una formación integral en el sistema educativo, que contemple desde temprana edad todas las áreas posibles de desenvolvimiento del ser humano. Es necesaria, dice el Che, «la educación técnica e ideológica, de manera que sienta cómo estos procesos son estrechamente interdependientes, y sus avances paralelos. Así logrará la total consciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas las cadenas de la enajenación»[vii]; educación en la que el arte es fundamental, totalmente contrario a las concepción capitalista en donde el arte o la filosofía «no sirven» si no venden.
Recuperar estas reflexiones puntuales de El Che sobre la educación, además de esclarecedoras en el debate actual sobre el tema, deben servir para apuntar a un proyecto en conjunto sobre la transformación del sistema educativo en específico, y de la sociedad en general.
Notas:
[i] Borón, Atilio «Una reflexión del Che sobre los intelectuales», en CubaDebate, Consultado el 11 de Octubre de 2013. Sitio en internet. http://www.cubadebate.cu/opinion/2013/10/09/una-reflexion-del-che-sobre-los-intelectuales/
[ii] Guevara, Ernesto (1968) Obra revolucionaria , Ediciones Era, México.
[iv] González Casanova, Pablo y Enrique Florescano (2003) México, hoy, Siglo XXI, México.
J. Carlos Rico Acosta es sociólogo y profesor de Bachillerato en México
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.