No hay dudas: nuestra economía capitalista está enferma y su enfermedad es grave. Mas allá de que la mayoría de los eruditos tiene un diagnóstico preciso y hasta quizá una cura, sigue enferma, reproduciendo sin cesar los mismos síntomas.
El comercio global comienza a agotar su crecimiento. Los últimos informes que muestran la actividad económica que arroja el comercio internacional, nos demuestran una clara desaceleración del número de transacciones, el cual ya crece a sus peores ritmos de crecimiento desde la gran crisis financiera.
Según los datos que arroja la Organización Mundial del Comercio (OMC), las previsiones del comercio global para los próximos años no son todo lo buenas que se esperaban. Aunque, a priori, se esperaban unos ritmos de crecimiento elevados para los próximos años, el deterioro del balance de riesgos ha provocado una mayor desaceleración.
Dado que la incertidumbre económica es un factor disuasorio de la inversión, esta puede repercutir negativamente en el comercio, ya que los gastos en inversión suelen depender de las importaciones.
Varios indicadores económicos adelantados y estadísticas comerciales parecen indicar la persistencia del debilitamiento del comercio y la producción durante el primer trimestre de 2020. La OMC ha venido desarrollando una serie de indicadores para proporcionar información «en tiempo real» sobre las tendencias del comercio mundial.
El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías, antes denominado Indicador de las Perspectivas del Comercio Mundial, es un índice fundamental que muestra los cambios del crecimiento del comercio mundial entre dos y tres meses antes que las estadísticas sobre el volumen del comercio de mercancías sean conocidas.
El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías combina una gama de índices parciales relacionados con el comercio en un único índice compuesto que pone de relieve los puntos de inflexión del mercado mundial de mercancías y ofrece una indicación de su trayectoria probable en el futuro próximo.
El índice del barómetro sobre el comercio -que se actualiza trimestralmente- muestra cómo se comparan los datos más recientes con las tendencias de corto plazo en el comercio de mercancías. Un índice de 100 indica una expansión del comercio acorde con las tendencias recientes. Índices superiores a 100 indican un crecimiento superior a la tendencia, mientras que los índices inferiores a 100 indican un crecimiento inferior a la tendencia.
Barómetro sobre el Comercio de Servicios
Mientras tanto, como complemento del Barómetro sobre el Comercio de Mercancías y al igual que su contrapartida relativa a las mercancías, el Barómetro sobre el Comercio de Servicios es un indicador coincidente que muestra la situación actual del comercio de servicios con cierta antelación respecto de las estadísticas oficiales.
Ambos barómetros están destinados a complementar las estadísticas comerciales y las previsiones convencionales. Este barómetro pone de relieve los puntos de inflexión e ilustra las pautas cambiantes del comercio mundial de servicios.
El Índice de Actividades de Servicios ofrece una medición aproximada del volumen del comercio mundial de servicios, y se calcula ajustando su valor para tener en cuenta los cambios de los precios y los tipos de cambio de divisas.
Los índices de 100 en el barómetro de servicios indican un crecimiento acorde con las tendencias de mediano plazo; los superiores a 100 indican un crecimiento superior a la tendencia, mientras que los índices inferiores a 100 señalan lo contrario. La dirección del cambio refleja el impulso en comparación con el mes anterior.
El comercio global crece a su peor ritmo desde la gran crisis
Apenas recorrido el primer peldaño del año 2020 el informe de la OMC arroja un sentimiento negativo, de no revertirse la situación. La desaceleración económica que vive el mundo, que está arrastrando a la baja todas las previsiones de crecimiento de las principales economías desarrolladas que conforman el planeta, agrava aún más la situación. Debemos tener en cuenta que uno de los principales motores de crecimiento de la economía mundial es el comercio global.
Todo esto, no debemos olvidar, viene precedido de las tensiones y auges proteccionistas de determinados países. Los tambores de guerra comercial y las continuas tensiones proteccionistas de Estados Unidos y China han acabado por debilitar las transacciones comerciales y los acuerdos de libre comercio.
Aun cuando ambos países hayan encontrado vías de negociaciones, todavía no se ha encontrado la solución que devuelva la normalidad al comercio.
Los informes que muestra el organismo indican cómo, de no corregirse las tensiones comerciales entre las dos economías líderes, las previsiones en materia de comercio internacional podrían sufrir nuevos reajustes a la baja para los próximos años.
El comercio global se encuentra amenazado y, de seguir así, continuará cayendo su actividad. Se debe destacar que a esto se le agrego un nuevo problema en la aparición del COVID-19 (coronavirus).
La crisis se diluye en el discurso
Llevamos, ya algún tiempo estudiando algunos informes premonitorios anunciando la crisis que se viene, o la que ya está desde hace mucho tiempo instalada entre nosotros, resentida como el azote de la injusticia. Otros informes -más optimistas- la esbozaban para el año en curso (2020).
Al menos, los datos de los diferentes organismos internacionales así nos lo confirmaban. No obstante, y a pesar del empirismo elocuente, siempre nos queda la duda con respeto a los aspectos teóricos de la crisis, o a su dialéctica, y retórica, en su valoración discursiva.
La evidencia, en cada Informe sobre el comercio mundial de la OMC nos soslaya los efectos más permisivos de la crisis. Sin dudas que la semántica desempeña un rol importante en la minimización de los hechos, de lo que realmente ocurre, y para eso se emplean eufemismos con los cuales se pretenden ocultar la realidad.
La negación que evidencian estos hechos es un exponente genuino de una mentira vital del sistema capitalista, porque de eso se trata. Si la fuerza de los hechos es demasiado brutal como para poder ser ignorada, siempre es posible alterar su significado.
La mentira vital del sistema, escondida, protegida por el silencio, la coartada y la negación no se revela. Los indicios son minimizados, cuando no ridiculizados o explicados de una u otra manera. ¿Acaso no hemos visto muchos líderes mundiales, manifestar su enojo cuando se hace referencia a esta problemática? La connivencia se sostiene desviando la atención del hecho concreto (la crisis) o reformulando su significado a fin de que resulte aceptable.
Hoy la realidad nos indica que estamos frente a una deuda global récord del 320% del PIB. Nunca se había registrado una deuda de esta dimensión: deudas en el sector privado, deuda corporativa y de los hogares. Y cuando vemos estos datos no deberíamos preguntarnos si el mundo se ha endeudado, sino dónde ha ido toda esa liquidez…¿a la economía real?
Mientras tanto. el Fondo Monetario Internacional advierte que el incremento de la deuda de los hogares puede desencadenar otra crisis. A pesar de las variadas experiencias vividas en la sociedad en lo que respecta a una crisis, ésta no se ha vuelto más cautelosa a la hora de pedir prestado como se podría pensar.
A través de estos ejemplos, podemos observar la fuerza que tiene una atención desviada para ocultar una realidad histórica, que no es más que la profunda crisis del capitalismo.
Las lagunas de la experiencia, disimuladas por los huecos del vocabulario, se hace legión en algunos de los informes. Y por ello necesario ofrecer una mirada más lucida al analizar algunos aspectos que cubren el área marginal de la conciencia, estos velos suelen aparecer en los campos de mayor importancia para nosotros, en nuestros pensamientos, en nuestras relaciones y fundamentalmente en la construcción de una realidad.
¿Si somos inducidos con tanta facilidad a ese sueño sutil del sistema capitalista, como podemos hacer para despertarnos? Nos parece que el primer paso en esa dirección seria comprender por qué estamos tan dormidos. En realidad, lo que se esconde es que asistimos al vergonzoso espectáculo del capitalismo neoliberal; que no se puede limitar hoy simplemente a la crisis del multilateralismo.
Hemos visto emerger algunos efectos nefastos relacionados con la globalización, promoviendo políticas de liberalización y libre comercio en virtud de defender las finanzas trasnacionales, la propiedad y las inversiones en desmedro de los derechos de los seres humanos.
La perplejidad es tan grande que algunas voces en el Foro de Davos, paladín del neoliberalismo mundia,l se preguntan en qué falló el capitalismo, ese capitalismo desregulado, salvaje que arrasó con todo. Y si éstos lo invocan es que el problema es consecuente y peligroso. ¿Será que Marx tenía razón?
Eduardo Camín, periodista uruguayo, acreditado en ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)