-M.H.: Te recibí con un tema alegórico al contexto «Meu Panamá» -R.A.: Sí, lo más curioso es que todavía no se dieron a conocer los nombres de los brasileños que seguro están en los Panamá Papers. -M.H.: Ya van a aparecer, son 11 millones de páginas. -R.A.: Lo sé. Podemos imaginar que así como Macri […]
-M.H.: Te recibí con un tema alegórico al contexto «Meu Panamá»
-R.A.: Sí, lo más curioso es que todavía no se dieron a conocer los nombres de los brasileños que seguro están en los Panamá Papers.
-M.H.: Ya van a aparecer, son 11 millones de páginas.
-R.A.: Lo sé. Podemos imaginar que así como Macri en Argentina y tantos otros como Putin en Rusia, la fiesta de la burguesía transnacional y su saqueo mundial va a ser completa. En Brasil la cosa ya está suficientemente caliente con la operación Lava Jato. Ayer la Cámara de Diputados aprobó en su Comisión la propuesta de la medida de apertura del impeachment, que se va a votar el domingo en la totalidad de la Cámara.
Hay una situación de mucha tensión. Lo más complicado es que independientemente de la tragedia política y social que es el gobierno de Dilma, que fracasó en su propuesta de cambiar la realidad brasilera, así como también fracasó el gobierno de Lula, no hay una prueba material de un crimen cometido por la actual Presidenta de la República que asumió el 1º de enero de 2015.
Para muchos, y me incluyo, a pesar de ser un crítico áspero del gobierno de Dilma, lo que está haciendo el Congreso brasileño es un golpe, una decisión política de derribar a una presidenta, que va muy mal en la administración del país pero no cometió un crimen de responsabilidad.
Para un impeachment es necesario que haya clara y materialmente un crimen de responsabilidad. Por eso el país esta dividido, una parte, la oposición conservadora de derecha liberal, que incluye a neofascistas, que apoyaron la dictadura militar; por otro lado, quienes defienden al PT y, en tercer lugar, hay muchos sectores de izquierda que hacen oposición desde el inicio a los gobiernos del PT, pero saben que en este momento lo que sucede es un golpe, primero en contra de Dilma, pero fundamentalmente es un golpe parlamentario de las derechas.
Hay muchos en las periferias que están observando y saben que el gobierno de Dilma va mal, pero que las derechas que la van a suceder son todavía peores.
El domingo el Parlamento va a tener que votar. De los 500 son necesario 342 votos para abrir el proceso de impeachment a Dilma, si no llegan a ese número Dilma permanecerá en su cargo. Yo creo que indistintamente, la crisis continuará con Dilma o con cualquier otro.
-M.H.: Lamentablemente se cortó la comunicación cuando le preguntábamos a Ricardo por la posición de Marina Silva que ha lanzado una campaña por elecciones presidenciales anticipadas. Hoy leyendo la prensa uruguaya, encontré referencia a una encuesta de Datafolha, que dice que el ex presidente Lula y la ex ministra y ex senadora Marina Silva son los preferidos hoy para las elecciones del 2018. Peor quiero completar la entrevista haciendo referencia a una nota publicada en el último número de abril de la edición argentina de Le Monde Diplomatique: «La corrupción hecha sistema» que se pregunta qué se puede decir de quienes juzgan a Dilma Rousseff, por un lado 16 de los 65 miembros que forman parte de la Cámara de Diputados que pueden elevar el juicio político al pleno, quienes han decidido enviar a la plenaria del Congreso, donde se necesita una mayoría de 342 votos como mínimo para iniciar el proceso de juicio político, están bajo investigación por soborno, lavado de dinero y crimen electoral, entre otras cosas.
Un emblema entre ellos es el ex alcalde de Sao Paulo, Paulo Maluf, un veterano de esas sospechas que no solo fue imputado en Brasil, sino que fue condenado el año pasado en Francia a 3 años de prisión por lavado de dinero.
El problema es que además de Dilma, toda la línea sucesoria está cuanto menos sospechada, el Vicepresidente, Michel Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasilero (PMDB), ha sido nombrado por uno de los ex promotores de Petrobrás preso por corrupción, Jorge Celada. El titular de la Cámara Baja, Eduardo Acuña, también del PMDB, debió reconocer la titularidad de varias cuentas en Suiza con casi 5 millones de dólares que se sospecha fueron desviados de Petrobrás. Su par del Senado, Renán Caleiros, del mismo partido, también fue mencionado en denuncias por corrupción y teme caer. El Presidente Supremo del Tribunal, Ricardo Levandoski, enfrenta sospechas de haber participado en diálogos para pergeñar un punto final político-judicial a la crisis.
En la oposición en tanto, el principal impulsor del impeachment a Dilma es Aécio Neves, el político socialdemócrata derrotado en octubre de 2014 y hoy senador, ya van tres veces que se lo menciona en el operativo Lava Jato que investiga la corrupción en Petrobrás. En ocasiones anteriores su caso fue archivado, pero persiste uno por supuesto desvío de fondos de la compañía eléctrica Furnas para su campaña.
Este es el prontuario de quienes están juzgando a Dilma Rousseff a través de este juicio político que en principio fue aprobado por la Comisión especial parlamentaria de la Cámara de Diputados de Brasil, por 36 votos a favor y 27 en contra.
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