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La Fábrica de Sueños. "Bailarina en la oscuridad" (2000), de Lars von Trier

El coro guarda silencio y nadie baila

Fuentes: Rebelión

El amor es la única emoción capaz de ampliar la inteligencia. HUMBERTO MATURANA

Hacía una noche terriblemente oscura, pero en algunos trozos se podían distinguir con claridad las nubes despedazadas, y entre ellas unas insondables manchas negras. De golpe, en una de esas manchas, reparé una estrellita, y la miré fijamente. Sucedió porque la estrellita me había insinuado una idea. FIÓDOR MIJAILOVITCH DOSTOIEVSKI

Un hombre es un éxito si se levanta por la mañana y se acuesta por la noche, y en el medio hace lo que quiere hacer. BOB DYLAN

El I Ciclo de Cine Erótico acabó con El imperio de los sentidos, de Ōshima. Desde la bóveda interdisciplinaria de La Fábrica de Sueños, vía Cine-Club Al filo del Tiempo, ahora es el turno para Dancer in the Dark (2000) o Bailarina en la oscuridad, primero de cuatro filmes en tributo a Lars von Trier (30.abr.1956) y con el cual el cineasta danés, uno de los creadores de Dogma 95, se adelantó un cuarto de siglo a lo que hoy ocurre con la justicia en el mundo y, en particular, en los EE.UU: un asunto económico y no un problema humano, que es como debería ser visto. En aroma de melodrama, hace una denuncia política del sistema de justicia gringo, sin haber estado allá. El título alude a que la inmigrante checa Selma Ježková no es mujer fuerte, sólo que tiene algunos juegos para cuando todo se dificulta, hay que moverse en la oscuridad o es víctima de abusos o de emociones encontradas que le dificultan pensar y sentir: como cuando de entrada confiesa que se queda ciega y en medio está su hijo Gene…

Con la impecable actuación de la islandesa Björk, autora además de la música y de canciones junto a L. von Trier, el filme muestra cómo Selma Ježková (SJ) ahorra para poder salvar la culpa con respecto a Gene al operarlo de la vista antes de que, estando ella a punto, él caiga en la ceguera: hecho que calló durante mucho tiempo y ya sabía que iba a pasar. Pero, ella no se detuvo en el error, tomó una decisión radical a costillas de su propia salud y se entregó por entero al cuidado de su hijo. El nudo gordiano en su estado de ánimo radica en que aun así lo trajo al mundo. En medio de un aparente melodrama, von Trier realiza un auténtico drama. El drama por excelencia en medio del mundo de las cosas, material, capitalista, que no neoliberal. El mismo que se desarrolla en la fábrica donde ella trabaja y las máquinas hacen ritmos, ella empieza a soñar y todo se vuelve música, lo que le hace soportable la vida. Su compañero Norman le pregunta qué hace allí si Checoslovaquia es mejor que los EE.UU.

El sarcasmo va implícito: él será el mismo que la denuncie luego por ‘comunista’, el otro gran pecado frente al de ‘inmigrante’, en un país de inmigrantes. Como el cabronazi de Trump, quien ya olvidó de dónde viene: de la propia tierra de su abuelo, Alemania, país del que tanto se jactan los gringos de haber combatido en épocas del nazismo y hoy lo encarnan peor que nadie. En EE.UU está ahora Selma Ježková, otra inmigrante, soñando con forjar un porvenir: pero, para ello, sólo le queda la imaginación, porque la realidad aliena, aplasta, elimina. Su coherencia/consecuencia quizás sean envidiables, pero pocos son capaces de imitar: así, cuando se topa con Jeff le dice que es un buen hombre, pero no tiene tiempo para un novio. Y lo hace con total franqueza, con una transparencia que hace por demás palidecer. Ella no tiene tiempo sino para Gene y para el trabajo que la sostiene en suelo ajeno, al que llegó sólo con la perspectiva de operarlo de sus ojos. Dice que trabajará el turno nocturno

El mismo del que habla mi hijo Santiago, en su cuento, sin conocer la historia de Selma y con la idea de que nada hay que callar (1). Similar a la que, entre 1942 y 43, en seis panfletos, difundió el colectivo alemán de jóvenes muniqueses La Rosa Blanca, entre ellos los hermanos Hans y Sophie Scholl, para denunciar el exterminio masivo de judíos, romaníes, maricas y otras minorías e instaban a resistir y luchar. El partido nazi se fundó el 27.feb.1925 en una cervecería de Münich, donde Hitler hizo una asamblea tras orquestar un fallido golpe de Estado. Hoy, a 80 años del final de la II GM, Pato Donald Hitler Trump puede catalogarse el enterrador de la (supuesta) democracia y del Nuevo Orden Económico (NOE) que busca instaurarse en el planeta a punta de pensamiento único que a la vez intenta extinguir al pensamiento complejo. Quizás por eso no sorprenda que hoy el vice J. D. Vance haya dicho en Münich que las democracias de la UE no pueden mantener relegada a la extrema derecha.

Él mismo ve imposible un mandato democrático tras censurar/encarcelar a sus opositores, haciéndose el loco con que, en los mítines del PR, se grita que las o los encierren. En suma, hizo un discurso de odio racial y étnico donde Hitler inició su lucha. Luego, aseguró que ningún votante de la UE fue a las urnas para abrir las esclusas a miles de inmigrantes sin control y que cada vez más allí la gente vota por políticos que prometen acabar con la inmigración sin freno. Antes de su charla, visitó Dachau, y se reunió con Alice Weidel, líder del ultraderechista AfD que obtuvo un histórico 20% en las elecciones del 2025, sobre el cual Yanis Varoufakis, exministro griego, dice: ‘Sería un error calificar a [AfD] como un partido nazi o neonazi. Sí es apropiado describirlo como un partido conservador, racista y xenófobo que rememora la sombría época del periodo nazi’. Él participó en Münich de las protestas contra la Conferencia de Seguridad de Münich y la OTAN, a la que fue el Pte. Gustavo Petro.

El griego cofundó el progresista MERA25, presente en toda Europa. Melanie Schweizer, candidata al Parlamento alemán por dicho partido, también estuvo en Münich. Para ella es muy grave la situación en la RFA. Se ataca de modo flagrante la libertad de expresión y el derecho a reunirse. Ante una crisis de la democracia, se desmantela el Estado de derecho. Le preocupan las elecciones del 23.feb.25: podrían ser las últimas antes [del arribo] del fascismo, porque los partidos de centro, Socialdemócrata, Verde y La Izquierda, adoptaron retórica y políticas de ultraderecha. Schweizer es abogada experta en DD.HH y defiende a Palestina. Razón por la que fue perseguida y desvirtuada (como Karim Khan, fiscal de la CPI) (2), recibió ataques de medios germanos y se le echó de MinTrabajo y Asuntos Sociales de la RFA. Mientras, a F. Albanese, relatora especial de la ONU sobre DD.HH en los TPO, el 17.feb.25 se le canceló una charla en la U. de Münich por su ideología, huelga decir, censura.

Los Scholl distribuían el sexto panfleto allí, donde estudiaban, y se les arrestó el 18.feb.1943. (3) El 22 se les decapitó junto a otro Rosa Blanca. Los ejecutados después reposan en Perlacher Forst, de Münich, lugar anexo a Stadelheim (cárcel sólo detrás de la Plötzensee, en Berlín). Allí vieron la parca los Scholl y se purgó a las SA, las Sturmabteilung, ente paraco nazi, tras La noche de los cuchillos largos o Purga de Röhm, por E. Röhm, m. en Stadelheim (1.jul.1934). Purga que ocurrió cuando Hitler ordenó 85 asesinatos políticos que cometieron las SS (Schutzstaffel), cuerpo élite, y la Gestapo (Geheime Staatspolizei) que reforzó/selló el apoyo de la Reichswehr (luego Wehrmacht) al Führer, aportando bases jurídicas al nazismo pues por mostrarle lealtad, las cortes germanas rápido obviaron siglos de prohibición de ejecuciones extrajudiciales. De ahí el paralelo con Selma pues su caso es extrajudicial: en USA existe la pena de muerte, pero su ejecución es ilegal y por fuera del Estado de derecho.

Las palabras de Hans y Sophie Scholl y del colectivo La Rosa Blanca siguen siendo de supremo valor: No nos quedaremos callados. Aquí es clave saber que hay un filme alemán que recoge la historia de aquéllos: Die Weisse Rose (1982) o La Rosa Blanca, de Michael Verhoeven. En él se describe cómo resisten a Hitler y su régimen, llevan volantes a otras ciudades y escriben lemas como Abajo Hitler en los muros, de noche. Como la Gestapo los acosa cada vez más, hacen contacto con otros grupos de resistencia y hasta con altos jerarcas militares, hasta que a inicios de 1943 la Gestapo entra en huelga. Así que Sophie y Hans Scholl caen arrestados en la U. de Münich y el Tribunal Popular, presidido por Roland Freisler los condena a la guillotina. El juez que condena a S. Ježková, con supina soberbia, señalará al final que ella planeó el crimen más insensible de la época, que es una persona muy egoísta que se esconde detrás de su ceguera para lograr que le tengan lástima sólo a ella.

Todo este largo paréntesis para decir que, aunque no parezca, la situación de Europa refleja la actual crisis del Imperio sionazista/gringo, de igual modo que éste proyecta la oscuridad que en un juicio sin equilibrio se cierne sobre Selma Ježková y que la llevará a la muerte, sin que por ello renuncie a su ética, a su decisión, a sus derroteros filosóficos y socio/políticos, por fortuna sin posturas partidistas de por medio: ella es humanista y, más allá, sensible e inteligente. Se trata de las mismas sombras del fascismo que von Trier previó hace un cuarto de siglo y a las que da luz por vía del drama de dicha mujer, el mismo que contiene las aguas negras del sistema judicial y de control (hoy, cibernético) gringo que hay detrás del complejo militar/penitenciario y carcelario, industria tan poderosa como la Big-Pharma para instalar o deponer presidentes a lo largo y ancho del planeta; aguas negras que hoy lavan Trump y sus cuatro amos, Musk, Bezos, Zuckerberg, Pichai, y che Milei, con sus otros cuatro amos/canes.

Luego de que Selma pondera a Checoslovaquia por sobre los EE.UU, le dice a Jeff que trabajará el turno nocturno, pero Kathy, alias Cvalda, le recuerda que apenas puede ver en su propio turno. Pero, a Selma le queda bien después de su clase de teatro. Cvalda se enfurece y le dice que se cansó de ella, que haga lo que desee, que se rompa el cuello, pero no espere que irá a rescatarla. Las máquinas ruidosas que hacen un ritmo de Tap y la vuelven loca, le permiten a Selma soñar con un mundo laboral radicalmente distinto. En el puente, cuando Jeff le recalca si no ve, ella le responde con un laconismo que aplasta: ‘¿Qué hay para ver?’ Y canta que ya ha visto todo, los árboles, las hojas del sauce, bailar en la brisa. Ha visto a un hombre ser asesinado por su mejor amigo y vidas que terminaron antes de ser vividas. He visto lo que era / y sé lo que seré. Ya ha visto todo, no hay nada más por ver, sólo a veces se lo pregunta y sigue adelante. Mientras tanto, ya Selma Ježková ha tirado sus anteojos al río…         

Jeff canta y le responde que ella no ha visto elefantes ni reyes ni ha ido al Perú y que le alegra decir que tenía mejores cosas por hacer. Y qué tal China, añade Selma. Jeff canta y pregunta si ella ha visto la Gran Muralla; luego recuerda que todas las paredes son grandes, si el techo no se cae. ¿Y el hombre con el que te casarás? ¿El hogar que compartirán? Para serte sincera, en realidad no me importa. Mientras, en el puente bailan más hombres y en la casa una pareja extiende la ropa al ritmo que escucha. Jeff le señala que ella nunca ha ido a las cataratas del Niágara y que él ha visto el agua: es sólo agua, nada más, agrega. ¿La torre Eiffel? ¿El edificio Empire State? Selma recuerda que ya vio todo, la oscuridad, el brillo de una pequeña chispa, una estrella en el cielo: ¡Lo que eligió! Lo que necesita, y eso es suficiente. Y sabe que desear más, sería codicia. Ha visto lo que era, y sabe lo que será. Ya lo ha visto todo, no hay nada más por ver. Nada de lo que se ha visto en el puente ha pasado. Todo lo ha imaginado Selma.

Lo que se confirma cuando tras el paréntesis visual y rítmico, Jeff vuelve a preguntarle si no puede ver, ¿verdad? Entonces, Selma regresa a su casa, pero cuando cuenta el dinero e intenta dejarlo en su antigua caja de chocolates, el recipiente está vacío, como lo confirma con angustia su tacto. De inmediato, va a la casa del vil Bill, la recibe su esposa y le dice que Gene no ha llegado. Pero, Selma no va por Gene sino por Bill, y dice que necesita hablar con él, con la franqueza que la caracteriza. Se tomó el día para ir por su caja de seguridad, le dice Linda. Aquí, dos elementos de la historia gringa, índices narrativos del filme, empiezan a juntarse para darle sentido al drama: el dinero y el revólver. Ambos, han facilitado guionizar la Historia del país; ambos, están en la base de la construcción del país; ambos, en fin, son el soporte de una sociedad violenta, la más violenta del planeta, puede verse de 1945 a hoy. Linda lo sabe todo, Bill se lo contó, Selma tiene que mudarse y lo dice sin mirarla a los ojos.

Selma le dice que no comprende, así que qué podría saber. Que le coqueteó, que lo invitó al tráiler y que Bill la rechazó. Al verse perdida frente a Selma, ante su impotencia, no le queda sino la calumnia: ‘Cuándo el debate está perdido, la calumnia es la única arma del perdedor’, Sócrates dixit. ¿No tienes nada qué decir?, pregunta la calumniadora Linda. No, sólo quiere hablar con Bill, responde Selma con una ecuanimidad que pasma, la propia de aquella persona que no debe nada y que sabe que al bagazo poco caso. Bien sabe que aquellos que no enfrentan su sombra la proyectan en los Otros, como dice Jung, e impiden a los Otros ver sus luces. Palabras más, palabras menos, el vil Bill quiere hacer pasar el dinero de Selma por dinero suyo. Como el dueño está fuera de toda duda, él le promete que en un mes se lo devolverá. Selma se niega al esperpento. Bill, con la sonrisa hipócrita del policía, gringo para completar, la ve cuando le dice que ya decidió pagarle al doctor esa tarde, para operar a Gene.

Y es que su hijo es la única razón de vida que atesora. No puede ahorrar más dinero, asevera. Obvio, la han dejado sin trabajo, fue echada de la fábrica por dañar una máquina, sobre la que Norman dice que la libró de tener que pagar: la justificación perfecta para tirarla a la calle. Se acabó, dice Selma, con lentitud se acerca a la cartera y le dice al vil Bill, quien anota que Gene cumple 13 años sólo luego de Navidad, que había 2.026 dólares y 10 cts. dentro de la lata. No puedo contarlo ahora, pero confío en ti, dice con total honestidad al que cree que puede engañarla por parecer tonta, así olvide que parecer tonta es la mejor forma de ser lista. Y suma los 30 que acaban de darle, por lo que debe haber un total de 2.056 USD. Sabe que no es suficiente, pero de algo servirá. Cuando ella intenta irse, Bill saca su arma y le apunta: No te creo, dice ella. Claro, tratándose de un policía y gringo, puede creerse. Sin embargo, dice eso por nobleza y porque además no ve: Sólo buscas asustarme, no veo ningún arma

Cuando no hay otra salida, el vil Bill voltea la torta y le dice que ese dinero no es de ella, sino el que él tenía en su caja de seguridad y tú intentas robármelo. Algo así como lo que hoy el Imperio sionazista/gringo les dice a los palestinos sobre Gaza, lugar en el que han asesinado a cientos de miles, robado sus tierras y ahora los expulsa de ellas como si fueran ladrones. E intenta reconstruir el atropello, que hace pasar por fenómeno natural, y hacer una nueva Riviera francesa para los colonos sionistas que se instalen allí. O como Milei les dice a más de 45 mil ches a los que estafó/robó con su memecoin Libra y los sacó de la báscula, para concluir que quien va al casino y apuesta, sabe a lo se expone: así, los ladrones son ellos y él la víctima, una de las nueve víctimas que en seis horas se hurtaron, según Forbes, 6.400 millones de dólares. El cabronazi grita, arma un culebrón y llama a la fea. Linda, a su modo, remata: ¿Sólo lo querías por su dinero? La verdad, ese humor no lo tiene ni Corín Trillado.

Y el vil Bill, como Clinton o Gates: En el auto están mis esposas, cuando al parecer, por la farsa montada, las tiene al frente. Pero, eso no importa, es otro sainete también improvisado, como el de Vil y Fea. Bill le dice a Selma que si quiere el dinero tendrá que matarlo, pero ella no sabe de eso. Además, aquél lo hace para que cuando acuda la policía, Selma sea acusada de intento de asesinato, hurto y violencia en cosa y casa ajenas. Así, se ve obligada a golpear 34 veces a Bill hasta matarlo, para poder llevarse su dinero. O el de Gene. Es decir, es víctima de asesinato forzado. La noche negra cae, el sol se ha ido a dormir. Los inocentes sueñan, Selma entre los primeros, y tú deberías hacer lo mismo, somnoliento/a. Al estar ella en ensoñación el filme parece devolverse solo, a fin de restablecer la normalidad, pero esto no es más que un espejismo: la forma como Selma elude los momentos terribles y enfrenta la realidad sin miedos, prejuicios ni remordimientos, sino con una voluntad de poder sin par.

Las horas fatales, como las que pasa en noches oscuras que, aun así, no le impiden distinguir las nubes rotas salpicadas con manchas negras en las que avizora múltiples figuras, como la de una estrella que le insinúa una idea: seguir leal a Gene y a su sueño de que lo operen, para que ojalá no tenga que vivir las mismas penas que ella atravesó en su vida. Con sus actos, no con sus palabras, Selma confirma que la única emoción capaz de ampliar la inteligencia es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de quien más queremos, idea representada por el amor. Y c/u, en la abstracción, intenta consolar al otro, pero por más que se trate de un filme, después del ojo afuera no hay Santa Lucía que valga. Por eso, canta: Tonta Selma, a ti te culparán, [aunque] sólo hiciste lo que tenías que hacer. En simultánea, su hijo Gene da vueltas en bicicleta por ahí, como quien de paso justifica sus sentidas palabras, así sean las que derivan en un fata morgana verbal, que no la librará de la injusta justicia Made in USA

La que mejor se paga, para que más pronto se resuelva gracias a los factores citados: el dinero y el revólver: ojalá, mejor si este va dentro de una Biblia. Como en La ley de Herodes (1999), de Luis Estrada, con Damián Alcázar en el rol de Juan Vargas, quien funge como alcalde interino de San Pedro de los Saguaros, así como John Whitedog, alias J. Guaidó, fue por vía del diktat de la CIA, y de su esbirro Trump, presidente interino de Venezuela y luego, cuando ya no sirvió más, tácita y olímpicamente destituido, como hoy Zelenski y ya pronto Milei (4). Selma, por su lado, canta: El tiempo que tarda una lágrima en caer / una víbora en cambiar de piel / es todo el tiempo que se necesita / para perdonar. Perdóname. Estás perdonada, le responde en la ficción melodramática el vil Bill. Frente a una bandera de EE.UU, von Trier acomete la ironía: Selma Ježková, la inmigrante checa le confiesa, cantando, a la fea Linda que ha matado a su esposo y, obvio, ahora recibirá todo el peso de la ley, sin titubeos ni error.     

Y ella, en la subjetividad del ardid soñado, le dice a Selma que se apresure, que ya la policía viene en camino, y Selma a la manera de Brecht, pero sin culpa, exclama: ¡Ya vienen por mí! Y pregunta por qué debería ir. Se llevarán tu dinero [sin duda, añado]. Huye por tu hijo / tonta Selma. A ti te culparán, lo reitera. Jeff la recoge y la lleva, luego de que Selma tire el suéter al río y la cartera de Bill quede junto a un árbol, donde el oftalmólogo que operará a Gene y le entrega 2.056 dólares y 10 cts. Mientras esto pasa, uno descubre que la biblioteca detrás de Selma es la misma que aparece a la izquierda de Bill, cuando forcejea con Selma antes de que se vea obligada a matarlo. En medio del improvisado musical que arma el director soplón que llama a la parca, Selma despacha a Jeff pues lleva todo el día sin ver a Gene. Pero, mientras salen del recinto, la arrastran a una patrulla y en un tiro ya está en juicio, todo gracias a la cámara en mano que parece volar. Siempre hay alguien que me atrape, dice.

Cuando me deje caer, eso sí, advierte. La pompa y circunstancia no falta, preñada cómo no de convicciones sin fundamento, mentiras infladas cual globos de verdades, falsedades envueltas en papel seducción, el del engaño implícito, a fin de convencer tontos e incautos: ‘El jurado mostrará que la acusada no sólo perpetró el homicidio más insensible y mejor planeado de estos tiempos, sino que también es una persona básicamente egoísta, que se esconde cínicamente bajo un impedimento físico para lograr que sólo le tengan lástima a ella. Esta mujer encontró seguridad y amistad cuando solicitó refugio a nuestro país’. Aquí, igual, Lars von Trier se adelanta en la Historia al drama por excelencia en estos tiempos de Trump, versión 2.0: los inmigrantes como chivos expiatorios de supuestos problemas de inseguridad, facilitación del narcotráfico, e ilegalidad para los países que lo reciben: lo que va sin contar sobre la xenofobia institucional o la forma expedita y barata como se arman de fuerza laboral.

Y la evidencia mostrará que pagó esa amabilidad con traición, robo y asesinato, hacia la gente que le abrió su hogar y sus corazones. Siempre el opresor exhibiendo su Poder y el poder de los desafueros para joder al oprimido, al que carece de Poder y, por ende, está en desventaja e impotencia y tiene que aceptar lo que le caiga. Lo único grato aquí es que nadie puede doblegar a Selma en su dignidad pues ella se conoce y así le resulta fácil conocer a los demás; ella se respeta y así respeta al resto, el que no se conoce ni se respeta y, por ende, no conoce ni respeta a nadie. El único consuelo en medio de este drama conmovedor/removedor es que Selma Ježková es un ser de excepción, único, honesto, libre, en fin, una mujer de éxito en tanto se levanta temprano, se acuesta tarde y en el medio hace no sólo lo que quiere sino lo que le da la gana, eso sí, sin joder a nadie. Los miembros del jurado demostrarán que ella no tuvo la compasión que ahora pide, dicen; surge la cartera con sangre que SJ dejó en el río.

Y el sapo Norman cuenta que Selma dijo que el comunismo era mejor para los humanos: lo que no cuenta es que ella tiene razón. Otro cargo para hundirla más a los ojos de los demócratas gringos, exponentes de la justicia infinita y de la libertad sin límites. Sin límites, tal como es su versión actual del Lebensraum nazi, modelo Musk/Trump y demás plutócratas. Lo que la fea Linda declara ante el jurado, sólo prueba la eficacia de la injusticia de la justicia gringa. Capaz de tumbar hasta la prueba más irrefutable; la más irrefutable para aquel que por desgracia caiga en manos del incuestionable diktat del Poder sin contemplaciones, que en adelante debe cargar el fardo de un sesgado veredicto, que contra su voluntad echó a pique todo asomo de dignidad y la hizo entrar en los terrenos ajenos del oprobio y la humillación. El juez pregunta si Bill y Linda Houston eran sus amigos, si de hecho vivía en su tráiler y cuidaban de Gene, y Selma asiente. La coartada perfecta para la imperfecta/perversa justicia.

El juez al centro de la toma, y la implacable leyenda: Siempre estaremos ahí para atraparte. Sí, como águilas, buitres, hienas, en fin, bestias carroñeras, todas en coro como el Sistema opresor contra los oprimidos. El honorable juez A. D. Mantle preside. El jurado encuentra culpable a la acusada Selma Ježková, de asesinato en primer grado y es sentenciada a pena de muerte. Se apretará su cuello hasta que muera. Selma habla de cosas prácticas, Gene debe recibir una carta suya, es muy importante que se rebautice Nový: ahora te tiene a ti, Kathy. Por favor, deja que le diga a Gene que lo mandas saludar. ‘¡Nooo!’, estalla Selma, y le desea buena noche a la guardia Brenda, a la vez que le envía saludos a su hijo, de quien no sabía. En la fábrica, Selma soñaba que había un musical, porque en un musical no pasa nada malo, salvo en Dancer in the Dark, cabría agregar. Pero, ahí en la cárcel hay tanto silencio que, por contraste, tal silencio se vuelve insoportable, al menos para ella, sin que sea vocera del ruido.

¿Los prisioneros no marchan? ¿Sí marchan? ‘No’. Aunque, bueno, sí, en el cuadro de Van Gogh La ronda de los presos (1890). Gotas de lluvia sobre las rosas / y los bigotes de los gatitos, canta Selma. Teteras de cobre brillante / y guantes abrigados de lana. / Paquetes envueltos con papel café y atados con cuerda. Estas son algunas de mis cosas favoritas, dice. Del tema My Favourite Things, como en el de John Coltrane, a su vez uno de sus álbumes más sublimes y obra maestra del jazz, estilo Hard-Bop. Selma se siente mal, recuerda sus cosas favoritas y ya no se siente tan triste. Brenda le cuenta que han postergado su ejecución, lo que la pone muy feliz. Sólo quería tener un bebé en sus brazos, le cuenta a Jeff, aun sabiendo que tendría su mismo mal. Esta no es la última canción. El coro está tan silencioso y nadie baila. Dicen que es la última canción, no nos conocen, verás, sólo es la última canción, si dejamos que así sea. Si vivir es ver, espero y me pregunto: ¿qué pasará? Un nuevo mundo.                             

Selma es un ser elevado, pero que no flota ni levita como ciertos esperpentos del periodismo y la política locales. Siempre dispuesta a servir, no escatima fuerzas para ponerse a tono con su sentido de la vida. Jamás piensa en polémicas inútiles, pero puede entrar en serio conflicto por defender lo que piensa, siente, cree. No se pone por encima de nadie, pero tampoco se siente inferior a nadie. Su sentido de igualdad, ya lo quisieran los arribistas de esta comarca, que están muy ocupados en sus tareas de desigualdad y menosprecio de los demás. Selma se parece a Camus en tanto no es parte de la gente que muere por ideas ni cree en el heroísmo y ha descubierto que es mortal: no, lo que le interesa es vivir o morir por lo que ella ama. Y lo que más ama es a su hijo Gene, con respecto al cual carga un fardo de culpa imposible de lavar. Su lucha por la verdad, y contra la mentira no es por el contenido implícito de esta sino por la intención de quien la encarna: la Justicia, ese ente vendado que rara vez abre sus ojos.

Para concluir, por algo Bailarina… con Rompiendo las olas y Los idiotas, integra la trilogía Los corazones de oro. Selma fue víctima de otra purga política velada por un asesinato que nunca pasó: ella fue incitada por Bill a matarlo, e inducida por su conducta deliberada, entró en ira y profundo dolor, y tras crudo forcejeo actuó en defensa propia. Ya se sabe que ninguna mujer puede matar a nadie en defensa propia porque de inmediato será acusada, ya se insinuó, de machicida, mientras a la mayoría de hombres se les exime al ser feminicidas. Como ocurrió en Argentina, con aquella mujer que gustaba de sus congéneres, pero, además, era futbolista y filo birra, fue atacada por diez cabronazis y a uno de ellos le enterró una navaja, como relato en el cuento Rengui: ‘Alguien debería escucharme, creémelo así’ (5). Selma, por su lado, jamás fue escuchada, nadie conoció la verdad sobre los hechos, no fue asistida por abogado alguno que respetara sus DD.HH, ni tuvo ocasión de ser juzgada dentro de la Ley…

En honor a la verdad, no podría omitirse que Björk acusó a Lars von Trier, el 16.oct.2017, de acoso sexual, de tocarla en forma indebida, de intentar manipularla desde su silla de cineasta, en fin, de maltratarla cuando lo rechazó (6) (de ahí lo de Bill y Selma en el filme): al ser Bailarina en la oscuridad el único filme que ella ha rodado con el autor de Rompiendo las olas es fácil entender por qué dijo ser ‘víctima de acoso sexual por parte de un director danés’. Por su lado, como siempre pasa en estos casos, von Trier negó las acusaciones, aunque admitió los incidentes mutuos en el plató. Así quedó registrado en un posteo de Björk en su Facebook. Al parecer, la denuncia no ha prosperado hasta hoy. Lo que, en cambio, por desgracia, avanza, es la enfermedad de Parkinson que desde 2022 se le detectó al cineasta, por lo cual permanece en estado de reclusión desde entonces: su familia, como es natural, espera un desenlace favorable para su salud. Él, por ahora, espera seguir con su labor artística.

La idea que, es probable, le insinuó la estrellita, primero a Van Gogh (7), luego a Dostoievski, y ahora a Selma, quizás sea la de dar la vida por el Otro, en este caso, por su hijo Gene. Y lo logró: por eso, cuando ella es ahorcada y caen las gafas de Gene al piso, no son las gafas las que caen, sino una metáfora del ser humano, del hijo que, por contraste, se levantará a partir de ahora. Selma, a su manera no se ha quedado callada, tal como lo hicieran Hans y Sophie Scholl frente al nazismo. Aunque ellos fueron decapitados y el coro cómplice del nazismo hizo silencio y nadie bailó, Alemania aprendió al filo del tiempo la lección. Así hoy vuelva al lodo del fascismo: primer país que gobierna un exdirectivo de BlackRock, F. Merz, tras la victoria de la CDU/CSU, que con la AfD encarna lo peor de la condición humana. SJ, por contraste, encarna lo mejor y más noble de la condición humana, sin querer pasar por modelo de nada: quizás piensa como Epicteto, que si hoy es mejor que ayer, con eso estará satisfecha.

A Valentina, quien de haber seguido aquí seguro hubiera hecho una revolución dentro del arte.

A Santiago, por quien como su querida madre me gustaría dar la vida hasta el fin de los tiempos.

A Marthica, mi Selma de la vida, el amor, el piano, cada día mejor que ayer: por ende, satisfechos.

Notas, enlaces y bibliografía:

(1) https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/turno-nocturno-cuentos-de-sabado-en-la-tarde-article-909362/

(2) https://hch.tv/2025/02/13/trump-sanciono-al-fiscal-de-la-cpi-karim-khan-y-le-prohibio-la-entrada-a-estados-unidos/#google_vignette

(3) https://www.democracynow.org/es/2025/2/21/las_tenebrosas_sombras_del_fascismo_se

(4) https://www.elpais.com.co/mundo/el-presidente-javier-milei-fue-imputado-por-presunto-fraude-en-cripto-escandalo-2253.html

(5) https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/rengui-alguien-deberia-escucharme-creemelo-asi-article-864182/

(6) https://web.archive.org/web/20180108035521/https://jezebel.com/bjork-further-details-sexual-harassment-allegations-aga-1819617297

(7) https://rebelion.org/lo-que-esta-hecho-con-amor-esta-bien-hecho/

FICHA TÉCNICA: Título original: Dancer in the Dark. Castellano: Bailarina en la oscuridad. País: Dinamarca / RFA. Año: 2000. Gén.: Drama / Melodrama / Musical. For.: Digital; color; 142 min. Dir. y guion: Lars von Trier. Prod.: Vibeke Windelov. Mús.: Björk. Fot.: R. Müller. Mon.: F. Gédigier / Molly M. Stensgaard. Int.: Selma Ježková (Björk); Kathy / Cvalda (C. Deneuve); Bill Houston (D. Morse); Jeff (P. Stormare); Norman (Jean-Marc Barr); Oldřich Nový (Joel Grey); Linda Houston (Cara Seymour); Brenda (Siobhan Fallon). Prod.: Canal+ / Film4 / France 3 / Zentropa / Trust Film Svenska / Film i Väst / Liberator Productions. Dist.: Fine Line Features. Estudio: Film I Väst. Premios: Cannes, 2000: Palma de Oro / Mejor actriz (Björk). Edda, Islandia: Actriz del Año, Björk. Cine Europeo: Mejor Filme / Mejor Actriz, Björk / De la audiencia a Mejor Director y Mejor Actriz, Björk. Goya: Mejor Filme Europeo.

Luis Carlos Muñoz Sarmiento (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine y jazz, catedrático, corrector de estilo, traductor y, sobre todo, lector. Colaborador de El Magazín EE, 2012; columnista, 2018. Su libro Ocho minutos y otros cuentos, Colección 50 libros de Cuento Colombiano Contemporáneo, fue lanzado en la XXX FILBO (Pijao, 2017). Mención de Honor por MLK: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo, XV Premio Int. de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (2018). Siete ensayos sobre los imperialismos – Literatura y biopolítica, en coautoría con Luís E. Soares, publicado por UFES, Vitória (Edufes, 2020). El libro El estatuto (contra)colonial de la Humanidad, producto del III Congreso Int. Literatura y Revolución, con su ensayo sobre MZO y su novela Changó, el gran putas, lo lanzó UFES, 20.feb.21. Invitado por Pijao Eds. al Encuentro Nal. de Narrativa vista desde las Regiones (Ibagué, 1º a 4 nov.23) Invitado por la UFES al Congreso Literatura, Soberanía Nacional y Multipolaridad (Vitória, 25.nov.23). Autor en ARC, Rebelión, Magazín de EE, Las2Orillas y traductor/coautor, con Luis E. Soares, en dichos medios. Director del Cine-Club Al Filo del Tiempo, que se emite desde la bóveda interdisciplinaria de La Fábrica de Sueños. E-mail: [email protected]

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