Ya está todo listo para las elecciones parlamentarias del próximo domingo 6 de diciembre en Venezuela.
Si todo transcurre con tranquilidad, como hasta ahora, sólo resta esperar el desarrollo de la jornada y en la misma noche los resultados iniciales que marquen la tendencia, en números gruesos, de cómo quedará compuesta la nueva asamblea nacional. Nueva porque se renueva totalmente su composición, y nueva porque estará ampliada: se pasará de 167 diputados a 277, es decir, cerca del doble: 110 bancas más.
14.400 aspirantes se disputan estos 277 escaños. Un total de 107 formaciones políticas postularon candidatos, 36 son organizaciones nacionales y el resto, partidos locales, regionales o con representación en zonas determinadas.
Los 277 diputados y diputadas se definirán con tres mecanismos: el voto uninominal, es decir, a un candidato o candidata determinado y no una lista; el voto lista regional y un voto lista nacional que se elegirá de manera indirecta: quien vote a determinado partido a nivel de voto lista regional estará votando al mismo partido en la lista nacional. Esto es un elemento nuevo, que surgió de las negociaciones en la mesa de diálogo con sectores de la oposición que estarán presentes en esta elección.
¿Cuáles son entonces los elementos que habrá que tener en cuenta para el análisis cuando el Consejo Nacional Electoral difunda los primeros resultados el 6D? Uno primero y casi excluyente, la participación. Esto es tan o más importante incluso que el número final de bancas para cada quien.
Porque recordemos que hay un sector que se suele postular como mayoritario en la oposición que no va a participar y que llama a la abstención, es el sector que tiene a Guaidó y el Departamento de Estado de los Estados Unidos como referente, es un sector devaluado, pero no por eso menos importante.
¿Cuáles son los parámetros para saber si la participación el 6D se anotará como un éxito o como un fracaso para cada sector?
Primero, hay que tener en cuenta que en Venezuela el voto es doblemente no obligatorio. Para votar hay que inscribirse en el registro electoral y aún así el voto para los inscriptos es optativo. A pesar de esto, desde la llegada del comandante Chávez al gobierno se lograron inéditos índices de inscripción en el registro electoral y de participación, pero especialmente en las elecciones presidenciales, no en parlamentarias.
Aún así, en las últimas parlamentarias, las del 2015, cuando la Asamblea Nacional quedó en manos de los dirigentes opositores que ahora llaman a no participar, el porcentaje de participación llegó a un inédito 74 por ciento.
Ese número parece ahora imposible de alcanzar, por varios factores. Uno, el llamado a no votar del “guadosismo” y afines; y otro, un cierto hartazgo con la política en general de sectores tanto chavistas como de oposición que están ocupados en resolverse el día a día. Esto se conecta con otro factor, que nos permitimos anotar aquí, es un cierto divorcio entre las propuestas de campaña y los temas que preocupan a la gente: la crisis económica en particular.
La última vez que las venezolanas y los venezolanos fueron convocados a las urnas fue en 2018, en los comicios que le dieron la reelección al presidente Nicolás Maduro. Esa vez los mismos que ahora no participan también llamaron a no concurrir, y la participación se ubicó en el 46 por ciento.
Así, si la participación en estos comicios del próximo 6 de diciembre se ubican alrededor entre un 45 y un 50 por ciento del total del registro electoral podría considerarse un éxito para el gobierno, que podría alcanzar además una mayoría propia o primera minoría, con la cual el Partido Socialista Unido y aliados retomarían el control de la Asamblea Nacional.
Teniendo en cuenta que hace 5 años la oposición, apenas tomó el control de la Asamblea Nacional, dijo que en seis meses terminaría con el gobierno de Nicolás Maduro, la foto de ¿Diosdado Cabello? asumiendo la presidencia de la Asamblea Nacional sería sin dudas una victoria para el gobierno. Lo sabremos pronto, el domingo 6 de diciembre a la noche.
Marcos Salgado: Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTv en Venezuela. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)