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El Delta en su soledad

Fuentes: Rebelión

A Humberto Mata in memoriam   El Delta del Orinoco ha parido notables de la talla del pedagogo popular Luis Antonio Bigott, del escultor Pedro Barreto, de artistas plásticos como Ignacio Lira González y Gladys Meneses, del cantautor Eudes Balza, del comentarista deportivo Carlitos González, de la luchadora warao Fátima Salazar, de la maestra y […]

A Humberto Mata in memoriam

 

El Delta del Orinoco ha parido notables de la talla del pedagogo popular Luis Antonio Bigott, del escultor Pedro Barreto, de artistas plásticos como Ignacio Lira González y Gladys Meneses, del cantautor Eudes Balza, del comentarista deportivo Carlitos González, de la luchadora warao Fátima Salazar, de la maestra y poeta Isabel Rodríguez y de los escritores José Balza, Francisco Aniceto Lugo y Humberto Mata. Este hermoso y vital estado en el que los caños son calles es uno de los reservorios culturales más importantes de la Patria. Explica este último notable: «Estamos hablando de un delta, el Delta del río Orinoco, 40 mil 200 kilómetros cuadrados de agua, manglares, palmas, barrancos, caseríos, gentes y silencios selváticos apenas rotos, durante el día por el cantar de los pájaros más exóticos que la memoria pueda recordar; y también durante el día, o en las noches profundas, por el unísono grito de los araguatos y del jaguar».

En una entrevista que le hizo en el año 2013 el escritor Eduardo Cobos publicada en Letralia 284, Humberto Mata cuenta que «el Delta Amacuro es el centro de mi vida» porque aunque «esté en Caracas, Nueva York, México, o en cualquier otra ciudad, todo me pasa en esas tierras. No obstante, esto no tiene nada que ver con algún tipo de regionalismo. Más bien, hablo de un lugar esencial. Es decir, un Delta universal, que es un todo. Bueno, para quien lo conoce, o sabe de él, son todos los caños habidos y por haber, y quizás allí está mi posibilidad como narrador para meterme en cada uno de esos laberintos».

Humberto Mata nació en Tucupita el 3 de febrero de 1949 y falleció en Caracas el 26 de agosto de 2017. Su vida giró en torno a la docencia, el cuento, la narrativa, el arte, la museística. Estudió Matemática y Filosofía en la Universidad Central de Venezuela. En 1992 sorprendió al público con el cuento Boquerón, la historia de un investigador policial que cuando se encarga de la División contra Homicidios decide ponerla en orden: «seleccionar lo que vale y botar lo demás» de manera tal que pueda ser automatizada. Para lograr tal objetivo sólo le falta un archivo por «investigar y transcribir al computador: el de Juan Achares».

La obra de Humberto Mata es la de Toro-Toro vestido con Pieles de leopardo que embiste a La mujer emplumada entre Luces y Distracciones colocada en un Pie de página desde el vuelo de El gavilán. Sus cuentos están cargados de Imágenes y Conductos que como el Boquerón son Revelaciones a una dama que te teje. No nos queda más que preguntarle ¿Todavía te acuerdas de nosotros? En aquella entrevista, Humberto resumió su vida: «el Delta es mi soledad absoluta».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.