Es cierto que estamos en un planeta convulso beligerante marcado por sus guerras y genocidios, un caos generalizado del mundo “desarrollado” libre y demócrata que involucra a millones de seres humanos, y tal vez para muchos estos deben ser lo temas principales que tratar, no lo dudamos.
No obstante, muchas veces en que analizamos informes internacionales sobre empleo, trabajo decente o diferentes tópicos nos preguntamos, nos interpelamos sobre estas prioridades. Pero mientras todo eso ocurre el mundo sigue andando, buscando respuestas a diferentes desafíos, y creemos que los mismos deben ser contados porque aquí también se juegan otras guerras que también atañen a millones de seres humanos.
Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) titulado De las causas fundamentales al cambio real: utilizar un enfoque sistémico para fomentar el trabajo decente en las cadenas de suministro presenta un «enfoque sistémico» para mejorar las condiciones de trabajo en los niveles inferiores de las cadenas de suministro. El informe destaca cómo abordar las limitaciones sistémicas al trabajo decente en las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) podría conducir a mejoras a largo plazo tanto en el rendimiento empresarial como en el bienestar de los trabajadores.
Mientras que los proveedores de primer nivel suelen poder cumplir la normativa y beneficiarse de las relaciones directas con los compradores, las MIPYMES de los niveles inferiores siguen viéndose limitadas por el acceso restringido a la financiación, las deficientes infraestructuras y la débil aplicación de la legislación laboral. Estos retos obstaculizan su capacidad para crecer, mejorar las condiciones de trabajo y acceder a mercados mejor remunerados.
Las cadenas de suministro son un motor de desarrollo, en especial cuando promueven la transferencia de tecnología y la adopción de nuevas prácticas de producción, lo que a su vez propicia actividades de mayor valor añadido que requieren más competencias, productividad y competitividad. Por otra parte, algunos aspectos de las cadenas de suministro han suscitado preocupación por su efecto en las condiciones de trabajo y la protección de los derechos laborales.
Según los expertos, la OIT se sitúa en una posición ideal para abordar el trabajo decente en las cadenas de suministro, por su mandato, su experiencia y conocimientos especializados del mundo del trabajo, su enfoque normativo del desarrollo y su estructura tripartita,
La OIT al menos teóricamente brinda orientación y apoyo a sus Estados Miembros y mandantes tripartitos utilizando todos los medios de acción de que dispone la Organización para asegurar el trabajo decente en las cadenas de suministro, impulsando activamente el dialogo social y promoviendo, respetando y haciendo realidad los principios y derechos fundamentales en el trabajo en las cadenas de suministro.
Un enfoque sistémico ayuda a los programas y socios de la OIT a identificar, priorizar y abordar las causas fundamentales de estos problemas sistémicos que afectan al rendimiento empresarial y a las condiciones de trabajo. De este modo, las intervenciones pueden fomentar de manera eficaz más y mejores puestos de trabajo, que pueden ampliarse para lograr un cambio duradero y sostenible.
«Mediante un enfoque sistémico, nuestro objetivo es fortalecer la competitividad de las MIPYMES y promover el trabajo decente, identificando primero las causas fundamentales de los principales obstáculos y trabajando posteriormente con los mandantes de la OIT para abordarlos de manera duradera», afirma Dragan Radic, Jefe de la Subdivisión de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas de la OIT.
Para las MIPYMES de estos niveles inferiores, incorporarse a cadenas de suministro más exigentes —aquellas con normas más estrictas de calidad, sostenibilidad y cumplimiento— puede reportar beneficios concretos, como el aumento de la productividad, la mejora de los salarios y la creación de empleo.
Sin embargo, si no se abordan los problemas sistémicos subyacentes, estas oportunidades seguirán sin aprovecharse. «Este tipo de pensamiento holístico y a largo plazo es lo que se necesita para desbloquear oportunidades de trabajo decente donde históricamente han estado fuera del alcance», argumenta Dan Rees, Director del Programa de Acción sobre Cadenas de Suministro de la OIT.
«Las cadenas de suministro pueden ser una puerta de entrada al trabajo decente en las MIPYMES cuando se apoyan dentro de un sistema más fuerte y coherente, logrando efectos reales en cadena en la productividad, los salarios, la seguridad y la calidad general del empleo».
En su informe, la OIT muestra cómo las partes interesadas (incluidos los gobiernos, las organizaciones de empleadores y los grupos de trabajadores) pueden aplicar un enfoque sistémico a la hora de diseñar intervenciones que ofrezcan soluciones a largo plazo basadas en datos empíricos.
Explotación y concentración versus trabajo decente y desarrollo
En realidad, las pequeñas empresas (Pymes) en los niveles inferiores de las cadenas de suministro son vistas como parte de la estructura capitalista que, si bien son fundamentales para la producción, son susceptibles a la explotación de su fuerza de trabajo y a la concentración de la propiedad en manos de las grandes empresas que dominan la cadena. No representan un desafío directo al sistema capitalista, sino que se insertan en él, a menudo con propiedad y acumulación de capital limitadas.
Su existencia y reproducción están condicionadas por las necesidades del capital a nivel nacional e internacional, aunque pueden, legítimamente bajo ciertas condiciones, contribuir al trabajo decente y al desarrollo. Aunque están integradas en el sistema capitalista, pueden ser motor de desarrollo regional y fuente de empleo. Sin embargo, desde una perspectiva marxista, esto ocurre dentro de los límites de la acumulación capitalista.
Las Pymes en los niveles más bajos tienen una propiedad y producción menos concentradas y, por ende, una acumulación de capital más limitada en comparación con las grandes corporaciones. Su naturaleza está determinada por la forma de propiedad de sus medios de producción y su rol dentro del entramado social y económico.
Por lo tanto, su posibilidad de reproducción y su participación en la riqueza social están condicionadas por la estructura del sistema capitalista, incluyendo las necesidades de reproducción del capital a nivel nacional e internacional. En tales circunstancias, al operar en las capas inferiores de las cadenas de suministro, las Pymes pueden quedar en una posición de subordinación, siendo proveedoras para grandes empresas que dictan las condiciones de producción y distribución.
Y contrariamente a lo que se pretende la estructura de las cadenas de suministro puede propiciar la explotación de la fuerza de trabajo en estas empresas, ya que la competencia por los bajos costos puede empujar a las Pymes a reducir salarios y vulnerar las condiciones laborales.
A pesar de las alaracas del tripartidismo las Pymes, por su tamaño, tienen menos poder de negociación frente a las grandes empresas compradoras, lo que las hace vulnerables a condiciones desfavorables. Desde hace mucho tiempo la globalización de las cadenas de suministro ha agravado la vulnerabilidad de estas empresas, ya que los procesos de producción se desplazan a donde sea más rentable para el capital, a menudo afectando a las Pymes de los países más pobres.
En resumen, desde una óptica marxista, las Pymes en las partes bajas de la cadena de suministro no son vistas como una alternativa al capitalismo, sino como una parte integral del mismo, sujeta a sus dinámicas de explotación, pero también con la capacidad de generar beneficios económicos y sociales siempre que se aborden las condiciones sistémicas de desigualdad que las rodean.
Pero sin dudas, cualquiera puede imaginar o advertir sentimientos del todo nuevos en estas conferencias de salones confortables, sin una correspondiente experiencia empírica, cualquier mente puede formar ideas nuevas y originales, en la materia, con la mejor de las intenciones. Pero la precisión de su prosa la elegancia en el discurso hace cuasi imposible encontrar sinónimosexplicativos de los términos en las palabras más actuales del lenguaje onusiano que pretende diluir lo esencial del problema que es el propio sistema capitalista en su fase más
Por mucho que se modifique la semántica por mucho se pretenda dotar de “rostro humano” o se le denomine con términos eufemísticos (capitalismo social, economía social de mercado) el capitalismo será siempre capitalismo y tendrá sus propias limitaciones. Las guerras se suceden bajo las mismas causas geopolíticas, es decir estos análisis son en cierta forma la antesala de otras guerras.
Eduardo Camín. Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas en Ginebra. Analista Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)