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El Estado y la economía defendidas por García Linera

Fuentes: Rebelión

«En ocasiones surgen líderes de la izquierda que expresan los intereses del capitalismo más elemental como si fueran los intereses de una futura sociedad nueva y original. No miran hacia delante, sino hacia atrás, aunque sus palabras aparenten decir lo contrario» He estado leyendo el artículo de Alvaro García Linera titulado «Asamblea constituyente y movimientos […]

«En ocasiones surgen líderes de la izquierda que expresan los intereses del capitalismo más elemental como si fueran los intereses de una futura sociedad nueva y original. No miran hacia delante, sino hacia atrás, aunque sus palabras aparenten decir lo contrario»

He estado leyendo el artículo de Alvaro García Linera titulado «Asamblea constituyente y movimientos sociales», publicado en la Revista Aportes Andinos, Julio de 2004, y también la entrevista que le hicieron en la Prensa, edición del 30 de agosto de 2005. El artículo tiene que ver con el Estado, mientras que la entrevista tiene que ver con la economía. Creo que el artículo está aquejado de un fuerte idealismo, influenciado especialmente por el pensamiento de Kant, mientras que en el ámbito de la economía se ha inclinado del lado del capitalismo más elemental. Tanto en un ámbito como en otro, García Linera habla como si no hubiera ya una historia al respecto de la que hubiera que aprender. Como si se pudiera crear un capitalismo y un Estado burgués nuevos distintos a los existentes. Tal vez desconozca una verdad elemental del materialismo histórico: los pueblos más avanzados les muestran a los pueblos más atrasados su futuro. Someteré a crítica algunas de las ideas contenidas en ambos trabajos.

Dice Alvaro García lo siguiente: «Fue Kant quien definió el Estado como una unión de personas que se proponen vivir jurídicamente, entendido esto como despliegue de libertad bajo una ley y coacción universales. Más allá de ver al Estado como la idea del derecho en acto, lo que aquí interesa resaltar es la concepción como el «Yo común» del sistema de libertades que posee una sociedad». Es decir, García Linera no va más allá de la concepción de Kant sobre el Estado y de sus abstracciones filosóficas. Yo creo que es muy dificil, mejor sería decir imposible, que la gente conciba el Estado como un «Yo común». La clase media ve en el Estado un organismo que le quita el dinero por medio de impuestos, los pobres un organismo que puede paliar sus sufrimientos, y las oligarquías y los grandes capitalistas un agente económico imprescindibles para la realización de sus negocios. Menos un «Yo común», la gente ve en el Estado cualquier otra cosa, sobre todo un medio para poder cambiar o reformar la sociedad o, de forma general, un medio que está al servicio del interés particular y del interés de clase. Así que esa concepción del Estado como un «Yo común» sólo podía existir en la mente de un idealista como Kant y es del todo imposible que pueda existir en la mente de la sociedad boliviana.

En el mismo artículo García Linera dice esto otro: «Si embargo, lo que aquí importa es la capacidad del Estado para sintetizar a la sociedad, de resumir el conjunto de valores y prácticas organizativas que poseen las colectividades de un país. Cuando esto no sucede, el Estado se presenta como «parte», como segmento y no como «resumen», y entonces el Estado vivirá bajo el acecho de la sociedad y el lenguaje gubernamental se agazapará en el castigo, la disuasión y la amenaza de una parte de la sociedad contra otra». Enumeremos las ideas de García Linera: El Estado debe sintetizar a la sociedad. Si lo hace, el Estado será un resumen de la sociedad. Pero si no lo hace, será una parte de la sociedad. Y si esto es así, la sociedad acechará al Estado y el lenguaje gubernamental se agazapará en el castigo, la disuasión y la amenaza de una parte de la sociedad contra otra. Esta forma de pensar es demasiado formal, demasiado abstracta, y se habla como si el Estado burgués no tuviera una dilatada historia de la que aprender y extraer lecciones, como si todavía algunos de sus aspectos estuvieran aún por descubrir y realizar. El lenguaje de García Linera es un lenguaje para ilusionar. Y las ilusiones en materia de política son muy malas consejeras. Ya comprobará Evo Morales y García Linera el peso, el poder y la influencia de las clases dominantes de Bolivia cuando inicien sus tareas de gobierno. Verán que la frase «El Estado como síntesis de la sociedad» se hará añicos y no tendrá el menor valor operativo y práctico.

Marx se expresa a este respecto con mayor precisión y claridad. La forma en que el Estado burgués sintetiza a la sociedad es justamente haciendo abstracción de todo aquello que en la sociedad civil diferencia a las personas: la riqueza, la cultura, la religión y el sexo. Para el Estado burgués un pobre vale lo mismo que un rico, ambos sólo representan un voto y ambos están bajo el peso y acecho de la misma ley. Por eso decía Marx que el miembro de la sociedad burguesa lleva una doble vida: como miembro del Estado, donde es un hombre abstracto e ideal, y como miembro de la sociedad civil, donde es rico o pobre. El Estado burgués no libera a los hombres de ser ricos o pobres, sino que les da la libertad de ser ricos y pobres. El sistema burgués, en calidad de Estado, considera que un hombre es igual a otro hombre, aunque para ello tenga que hacer abstracción de sus diferencias de fortuna y así obtener un hombre ideal, mientras que como sociedad civil genera un sistema de libertades que permiten a unas personas ser ricas y a otras pobres. El Estado burgués se comporta respecto de la sociedad civil de la misma forma idealista en que se comporta el cielo con la tierra en la representación cristiana. Esta es la forma en que el Estado burgués sintetiza a la sociedad civil: haciendo abstracción de las diferencias entre los miembros de la sociedad civil. Y García Linera con sus ideas kantianas fortalece ese idealismo del Estado respecto de la sociedad civil.

Pasemos ahora al aspecto económico de la cuestión, donde García Linera abandona todo el idealismo acerca del Estado, desprendiéndose de las categorías filosóficas abstractas y tocando tierra. Abandona el ámbito de lo sagrado y de lo ideal y se interna en el mundo de lo profano y de lo real. En una entrevista realizada por Jaime E. Buitrago a García Linera en la Prensa, edición del 30 de agosto de 2005, el entrevistador le formula la siguiente pregunta: ¿Acaso el MAS no busca un gobierno socialista? «No, para nada, porque -encima- no es viable. No es viable porque el socialismo se construye sobre la base de una fuerte presencia de la clase obrera organizada. La utopía socialista es la maduración extrema del capitalismo. En Bolivia no hay capitalismo. En Bolivia el 70 por ciento de la población de los trabajadores en las ciudades son de economía familiar; usted no construye el socialismo sobre una economía familiar, usted construye el socialismo sobre la gran industria, que es lo que no hay en Bolivia». García Linera defiende un capitalismo «andino» y el entrevistador le pregunta: ¿Cómo es un capitalismo andino? Es un régimen capitalista donde las potencialidades familiares, indígenas, campesinas son equilibradas, articuladas en torno a un proyecto de desarrollo nacional y de modernización productiva. Si usted quiere hacer futuro, ¿cuál es el modelo para Bolivia? Un fuerte Estado, y eso es capitalismo; el Estado no es socialismo, sino un fuerte Estado en hidrocarburos, en inversión extranjera, en inversión privada local, economía familiar artesanal y microempresarial, y economía comunitaria. No es un régimen ni siquiera mixto».

Así se escribe la historia. Un partido que se llama Movimiento al Socialismo tiene el poder del Estado en sus manos y lo que propone es un capitalismo andino, esto es, un puro y llano capitalismo. No es cierto que un Estado fuerte tenga que ser necesariamente capitalista y no pueda ser socialista. Cuba es un Estado socialista fuerte y China también lo es. Así que lo que dice Linera a este respecto no es más que pura frase, no es una idea basada en a experiencia. Sin duda que sobre la economía familiar no se puede edificar el socialismo. No obstante, esto no es obstáculo para que el MAS proyecte la transición al socialismo. El gobierno boliviano puede crear empresas mixtas con el capital extranjero. Puede arbitrar tener el derecho de propiedad sobre una parte de las empresas creadas por el capital extranjero y firmar acuerdos para que en el plazo de 30 0 40 años dichas empresas pasen a ser propiedad del Estado. También puede hacer concesiones, poner en manos del capital extranjero por un periodo determinado las fuentes de energía del país, recuperándolas al final de ese periodo. También un gobierno socialista puede hacer uso del capitalismo de Estado para encaminar el desarrollo de la economía familiar hacia la economía colectiva.

Es cierto que el socialismo se hace sobre la base de la gran industria y cuando la clase obrera sea la mayoritaria. Pero esto no es óbice para que un movimiento socialista dirija la revolución hacia el socialismo. Ni en Rusia de 1917 ni en China de 1949 la clase obrera era mayoritaria, todo lo contrario, era muy minoritaria. La clase mayoritaria era la campesina. Y así y todo el partido bolchevique y el Partido Comunista Chino dirigieron la revolución hacia el socialismo, hacia el predominio de la propiedad pública sobre los medios de producción. Sin duda que para desarrollar las fuerzas productivas de Bolivia se necesita del capital extranjero, pero eso no quita que un gobierno socialista puede utilizar el capitalismo de Estado para formar empresas mixtas y promover empresas de propiedad colectiva. Hacer un Estado fuerte en Bolivia, y fuerte para los intereses de los trabajadores, significa hacer un Estado cuyo peso en la economía sea grande, esto es, que la propiedad publica bajo la forma de propiedad estatal sea la mayoritaria y la dominante. China es ejemplo de esta posibilidad.