En el mundo sólo existen cuatro medicamentos contra el virus de la gripe. De ellos, la Organización Mundial de la Salud destaca uno, el oseltamivir como el remedio más eficaz para frenar una hipotética pandemia de gripe aviar en humanos durante los cuatro meses que se calcula que se tardará en tener lista una vacuna. […]
En el mundo sólo existen cuatro medicamentos contra el virus de la gripe. De ellos, la Organización Mundial de la Salud destaca uno, el oseltamivir como el remedio más eficaz para frenar una hipotética pandemia de gripe aviar en humanos durante los cuatro meses que se calcula que se tardará en tener lista una vacuna. Ello deja en manos de un sólo laboratorio el suministro mundial. La situación no va a cambiar, ya que la multinacional se ha negado a levantar la patente, como le han pedido algunos países asiáticos, zona en la que han muerto ya 60 personas por la gripe aviar. Según el fabricante, aunque permitiera la copia, el proceso es muy complicado -dura 12 meses- y otras empresas tardarían al menos tres años en tener listo el producto. La patente del oseltamivir (que se comercializa con el nombre de Tamiflu) estará en vigor hasta 2016, según dijo ayer un portavoz de Roche en Basilea (Suiza). «Sabemos que existe una gran necesidad del producto, y que debemos aumentar la producción, pero Roche desea permanecer a cargo del proceso. No podemos esperar tres años» hasta que otro laboratorio esté en condiciones de fabricar el producto, añadió.
La compañía ha anunciado su intención de duplicar la producción del fármaco, de 1,5 millones a 3 millones de tratamientos este año, y a volverla a duplicar el año que viene. Para ello se ha pasado de una planta a tres, y se planea abrir otra nueva.
Un portavoz de la compañía explicó que el proceso de fabricación del Tamiflu dura 12 meses «en el mejor de los casos». En él intervienen tres compañías asociadas a Roche, aparte de las instalaciones de la propia compañía.
La propuesta de que Roche liberara la patente del antiviral fue retomada esta semana por las autoridades de algunos países asiáticos (los únicos en los que hasta la fecha se ha producido el salto del virus de la gripe aviar de los animales a los humanos). La petición no es nueva. A mediados del mes pasado el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Lee Jong-wook ya terció en la polémica e indicó que la organización no iba a «impulsar» una versión genérica del Tamiflu.
Este medicamento, junto con el Relenza, de Glaxo, actúa inhibiendo la acción de una de las proteínas de la cubierta del virus de la gripe aviar, la neuraminidasa (la «N» a la que se refiere el nombre H5N1 del virus). La ventaja que tiene es que se suministra en píldoras y puede usarse como tratamiento preventivo. El fármaco está autorizado en España aunque no está a la venta.
El Relenza, que sí se vende en España, cuesta 22,26 euros, sólo puede adquirirse con receta y no lo cubre la Seguridad Social. Su uso, inhalado, lo hace más complicado de administrar, y limita su eficacia a las manifestaciones pulmonares de la gripe.
El acopio de antivirales es una de las medidas preventivas que diversos gobiernos están tomando ante el riesgo de que el virus H5N1 de la gripe aviar mute y se convierta en un agente infeccioso peligroso para los humanos. Hasta la fecha sólo se han dado transmisiones esporádicas entre aves de corral y personas (generalmente, granjeros o personas que viven en estrecho contacto con ellas) en Vietnam, Camboya, Tailandia e Indonesia. El resultado ha sido de 117 infecciones con 60 fallecidos, según el recuento de la OMS.
España también ha tomado medidas al respecto. De momento, se han encargado dos millones de tratamientos antivirales, según ha informado el director general de Salud Pública, Manuel Oñorbe. Esta cantidad serviría para tratar a un 4% de la población (el número considerado clave por la OMS), y, con ello, evitar la propagación de una pandemia durante el tiempo que se tarde en tener lista una vacuna. El presupuesto de esta compra es de 14 millones de euros, de los que el Ministerio de Sanidad aportará uno y las comunidades autónomas los otros 13. Otros países, como Francia, han decidido ampliar la cobertura, y han encargado antivirales para tratar al 20% de la población.
Además, desde 2003 existe una Comisión Interministerial de seguimiento de la Gripe en España y se producen reuniones periódicas de la Comisión de Salud Pública, que podría decidir aumentar las compras de fármacos. También se está negociando con dos laboratorios la instalación de fábricas de vacunas en España, aunque la fabricación de tratamientos de inmunización no comenzaría hasta dentro de cinco años.
Resistencias
Como en el caso de otras enfermedades infecciosas (sida, polio, viruela) la vacuna es el objetivo final. A esta necesidad se unen algunos datos obtenidos del empleo de antivirales para tratar los casos de gripe aviar en humanos que se han dado en Asia. El problema está en que el virus de la gripe, con tan sólo ocho genes, muta con facilidad. Ello le permite eludir el efecto de los distintos tratamientos. A primeros de mes William Chui, un científico del hospital Queen Mary, de Hong Kong, estudió el virus obtenido de unas muestras de enfermos de Vietnam, y detectó que el virus ya mostraba resistencias al oseltamivir. Ello dejaría sin respuesta inmediata a los sistemas sanitarios en el caso, hipotético, de que el virus de la gripe aviar cambie y adquiera la propiedad de transmitirse fácilmente de los animales al ser humano, y, posteriormente, entre las personas.
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http://www.elpais.es/articulo/elpporsoc/20051013elpepisoc_6/Tes/