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El Festival de La Habana debate el futuro de América Latina

Fuentes: La Jiribilla

El Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana se suma a la reflexión en torno al destino del socialismo como proyecto de construcción social. El seminario América Latina: realidad y/o utopía, celebrado en el hotel Nacional, convocó a prestigiosos intelectuales cubanos y extranjeros. El empeño tiene como objetivo polemizar en torno a la cultura […]

El Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana se suma a la reflexión en torno al destino del socialismo como proyecto de construcción social. El seminario América Latina: realidad y/o utopía, celebrado en el hotel Nacional, convocó a prestigiosos intelectuales cubanos y extranjeros. El empeño tiene como objetivo polemizar en torno a la cultura revolucionaria, las ideas que están detrás de su práctica, y las perspectivas futuras del continente. «El interés que nos mueve es además pensar un poco la realidad social, política y cultural desde la cual se mueve el cine latinoamericano», informó Julio César Guanche, coordinador del evento.

En sus sesiones de trabajo el seminario reunió a un panel integrado por Alfredo Guevara, presidente y fundador del Festival; Néstor Kohan, filósofo y ensayista argentino; Hervé Fischer, artista, ensayista y filósofo de nacionalidad canadiense; Román de la Campa, profesor de origen cubano; Pedro Urra, graduado en Relaciones Internacionales y director de la Red Cubana de Salud (Infomed); y el cubano Fernando Martínez Heredia, filósofo y Premio Nacional de Ciencias Sociales 2007.

Guevara abrió el debate con un llamado urgente a la reflexión crítica en torno a problemas acuciantes de nuestra realidad: «El tiempo en alguna medida se nos acaba», afirmó, «y es necesario por eso reflexionar sin tregua, actuar cuanto más pronto, y reflexionar después sobre esa actuación».

El Presidente del Festival insistió en la necesidad de mirar la realidad cubana desde dentro, como único camino para encontrar alternativas viables de superación a los problemas existentes. De este modo Guevara instó a dar respuesta al llamamiento efectuado por la máxima dirigencia cubana, en especial a raíz del discurso del Segundo Secretario del Partido, Raúl Castro, el pasado 26 de Julio. Propuso además desbordar las reflexiones al contexto de América Latina, como región que protagoniza importantes procesos de efervescencia revolucionaria.

Haciendo mención al futuro de nuestro país, Guevara aseguró que los cubanos seremos capaces de encontrar caminos. «Cuba se mira a sí misma y trata de liquidar lo que de rutinización haya en nuestra vida. La rutina provoca la rutinización del pensamiento, la burocratización, y la reflexión se paraliza. Es un mundo complejo al que nos vamos a enfrentar en los próximos años», afirmó.

Por su parte, Néstor Kohan celebró la idea de hablar acerca del socialismo. «Quizá en Cuba sea una palabra recurrente, pero en América Latina había desaparecido de la escena. Creo que la gran virtud de la revolución bolivariana es restituir el debate en torno al socialismo».

Kohan propuso definir al socialismo desde una perspectiva totalizadora, más allá de la visión tradicional de dividir el estudio de la sociedad en campos económicos, culturales, políticos y sociales. «Eso no solo nos permite pensar la Cuba de hoy y la Cuba del futuro, sino también los procesos políticos del Cono Sur de América Latina», expresó.

Expresó que en los años 90 el discurso más revolucionario se centraba en la crítica al neoliberalismo, pero los tiempos cambiaron y ahora emergen nuevos retos.

Entre ellos denunció la construcción de capitalismos nacionales, bajo el disfraz de una aparente izquierda. «Los modelos de capitalismo nacional no son viables en América Latina», declaró Kohan. Como respuesta a tales intentos, propuso rescatar el pensamiento del Che Guevara, su crítica al modelo de la Europa del Este. «El Che apunta en 1965 que el socialismo soviético era inviable, pues conducía al capitalismo, de ahí que todo proyecto de emancipación ha de partir de la crítica al sistema y no en su maquillaje».

Haciendo referencia a nuestro país declaró: «La Revolución Cubana no solo es patrimonio del pueblo de Cuba. A los argentinos nos parece que la mejor forma de solidarizarnos con la causa cubana es tratar de generar nuevas revoluciones en América Latina».

Hervé Fischer, «un latinoamericano de Québec», según su propia clasificación, apostó por las tecnologías digitales como herramientas de lucha en la construcción de modelos alternativos. «Hay que desarrollar una herramienta socialista que sea de calidad. Necesitamos un espacio digital alternativo latinoamericano», afirmó. Propuso en este sentido la creación de un portal latinoamericano de cultura, portal del ALBA, una plataforma concreta de unidad que exprese al mismo tiempo nuestra inmensa diversidad como naciones.

Román de la Campa presentó lo que a su juicio son cuatro aspectos teóricos fundamentales para entender la realidad latinoamericana, un continente donde «vemos el despunte de un pensamiento que busca nuevas vías». En primer lugar destacó la inmanencia del mercado. «Después de 1989 ha surgido la necesidad de pensarnos a nosotros mismos en términos de producción y creatividad. Tenemos que pensar las realidades a partir de la inmanencia de un mercado», expresó.

Otro punto a tener en cuenta es la ecuación estado-nación entre los países del área, la cual se encuentra ante una tensión provocada por aspectos como la migración, y las economías informales, entre otros. Hizo mención también al tema de la historia, que polemiza aún en torno al siglo XX y los hechos acaecidos en este siglo que marcaron la realidad del continente.

Por último destacó lo que él clasifica como «la relación entre espectro y microrrelato», refiriéndose al papel de figuras como Marx, las cuales vuelven a ser recurrentes en el discurso teórico latinoamericano, sin clarificar si se hace una lectura de las fuentes originales, o se retoma a partir de la versión vulgarizada del socialismo real europeo.

Guevara polemizó en torno al papel del mercado y el poder. «El mercado podrá ser inmanente. El mercado es salvaje, controlado, controlable, pero es un poder. Los que tenemos ideas hacemos revoluciones, hemos de tomar ese poder», afirmó. «En realidad lo importante en relación con el mercado es conocerlo, profundizar. Por todos los caminos hay que acercarse a la realidad, pero para transformar esa realidad primero hay que comprenderla, como diría Marx».

«Cuando hablamos de socialismo», declaró Pedro Urra, «hablamos de la capacidad propositiva y ética de los seres humanos para construir un proceso inclusivo». Urra declaró que el socialismo, como proceso de lucha contra la enajenación, solo puede existir con la voluntad de las mayorías, con la participación plena. «Es un proceso donde la individualidad es base de la construcción colectiva». Insistió en que el socialismo no puede construirse con el capital y la exclusión, y que las tecnologías pueden sumársele, siempre y cuando tengan una razón de ser liberadora.

Julio César Guanche recalcó que el socialismo es un proceso de construcción social, por lo que es preciso cambiar no solo las instituciones de poder, sino también la manera en que se organiza la vida. A continuación abrió el debate al público presente, en el que participaron prestigiosos intelectuales cubanos.

«Nunca hemos podido tomar el poder mediático», afirmó Helmo Hernández, director de la Fundación Ludwing. Remarcó la incapacidad del socialismo real para superar el esquema de medios de comunicación propio del sistema capitalista.

Rafael Hernández, director de la revista Temas opinó: «Nosotros le debemos al socialismo latinoamericano una crítica de nuestro socialismo». Para ello propuso pensar el socialismo a partir de una perspectiva histórica.

El director de la revista Casa de las Américas, Aurelio Alonso afirmó que el socialismo no existe, ya que no se ha logrado crear estructuras que trasciendan. «Cualquier debate tiene que partir de ese principio, lo que ha habido son transiciones. Si estas generaciones no hacen los cambios que la historia les manda no va a haber otra posibilidad. Esta es la alternativa de este tiempo. No es momento de ponencias teóricas, sino de realidades prácticas», apuntó.

Humberto Miranda, investigador del Instituto de Filosofía declaró: «Estamos asistiendo a la muerte del socialismo político, pero no existe un socialismo económico. Lo que se siguió en Europa es un modelo distributivo sobre la lógica del capital. Uno de los retos que tenemos es ver cómo vamos a producir y reproducir nuestra vida fuera de la lógica del capital». En otro punto de su intervención expresó: «Creo que mientras no llevemos a una articulación concreta el debate que estamos sosteniendo, no avanzaremos»

En referencia a la posible ubicación de Cuba dentro del socialismo real, el filósofo Fernando Martínez Heredia aclaró: «El socialismo cubano existe, es la razón por la cual sobrevivió al socialismo europeo. Nosotros necesitamos profundizar el socialismo. Es la única forma de salvarlo».

Heredia señaló tres razones que posibilitaron la continuidad del modelo social cubano tras la caída del Muro de Berlín: el interés de mantener la soberanía nacional frente a los EE.UU., la conciencia popular de que un retorno al capitalismo solo podría contribuir a profundizar nuestros problemas, y el consenso en torno a la dirigencia revolucionaria, capaz de mantener la independencia.

«El subdesarrollo crea un socialismo subdesarrollado y el mercantilismo un socialismo mercantilizado», expresó el autor de El corrimiento hacia el rojo, en referencia a problemas que deben enfrentarse en los próximos años. «Es fundamental derribar los límites de lo posible y lograr que el socialismo sea un fenómeno colectivo», afirmó.

En el contexto del seminario se presentaron los dos últimos números de publicaciones cubanas, la revista Temas y Alma Mater.

Estos encuentros se han propuesto extenderse más allá del Festival de Cine, ya que uno de sus propósitos es convertirse en Seminario Permanente, con el objetivo de otorgarles sistematicidad a estas reflexiones y aportarles canales de circulación a las mismas. En relación con este punto Martínez Heredia insistió en la necesidad de socializar las discusiones, con el objetivo de vencer la separación entre elite y masa en materia de producción cultural.