Foto: Mujeres en Mannar, población de Sri Lanka. Foto: Adam Jones (cc 2.0)
La lista de medidas neoliberales recomendadas por el FMI, con un impacto funesto en la vida cotidiana de millones de personas en Sri Lanka, y de miles de millones en todo el mundo, es enorme.
Hiruni, la esposa de un pescador que tiene que gestionar su familia de cinco personas con un ingreso de cerca de 2,50 euros por día (500 rupias de Sri Lanka), está en este momento muy endeudada. Para conseguir un aumento de los ingresos de la familia, pidió 50.000 rupias (250 euros) a una institución financiera no bancaria —un estatus que les permite eludir las normas reguladoras impuestas a las instituciones bancarias por el Banco Central de Sri Lanka— especialista en los microcréditos. Con ese dinero, Hiruni comenzó la producción de mosquiteros impregnados de insecticida (como recomiendan fundaciones como la de Bill Gates) que vendía a 2.000 rupias la pieza (10 euros).
Durante un tiempo el negocio fue bien, pero hubo dos factores, independientes de su voluntad, que la arruinaron: el primero corresponde al tipo de interés practicado por la LOLC, que es realmente abusivo (más de un 50 % de interés real) y las enormes penalidades en caso de retraso del pago; y el segundo fue la aparición de una compañía comercial poderosa que comenzó a vender mosquiteras importadas un 25% más baratas, y pagables en dos cuotas. Hiruni no pudo hacer frente a esta competencia ya que el precio al que vendía esa empresa era menor que sus costes de producción. Tuvo que parar la producción de mosquiteros y se vio impedida de proseguir normalmente con el reembolso de la deuda. Y esto la llevó a pedir otro préstamo a otra institución de las microfinanzas para poder pagar el primero. Por consiguiente, Hiruni está desesperada y sobreendeudada.
LA ACTUACIÓN DEL FMI TIENE UN IMPACTO DIRECTO SOBRE EL FUTURO DE CIENTOS DE MILES DE MUJERES
Efectivamente, desde hace años, el FMI actúa con todo su poder para acabar con las barreras aduaneras que protegen a las productoras y productores locales, ya sea en la agricultura, la pesca, las artesanías o en la fabricación de otros productos. Y esa es una de las razones por las que Hiruni y sus semejantes ya no pueden vivir de lo que producen. El FMI favorece también, en compañía del Banco Mundial y de otras instituciones internacionales, la desregulación del sector bancario y promueve el microcrédito. El FMI, por supuesto, defiende el derecho de las empresas de crédito a fijar los intereses que desean, en nombre de la “libertad” de los precios y del mercado.
Y debido a esa política, Hiruni y tantas otras deben pagar tipos de interés exorbitantes por sus créditos. El FMI, en concertación con otras instituciones internacionales, presiona a los gobiernos para privatizar o cerrar los bancos públicos de crédito, aunque éstos otorgaban préstamos con tipos de interés razonables, generalmente subvencionados —es decir sin obtención de beneficios—, que es lo que aborrecen el FMI y el Banco Mundial. Y esta es una razón suplementaria que explica por qué Hiruni, y todas las personas en sus condiciones, no encuentran créditos en el ámbito oficial.
Para completar este cuadro negativo, se deben añadir las muchas condicionalidades impuestas por el FMI en la política de créditos que concede a Sri Lanka, así como a otros países. El FMI quiere que el gobierno reduzca su déficit público mediante el recorte de los gastos sociales y reduciendo el personal de la función pública. Por consiguiente, Hiruni y millones de personas en Sri Lanka ven como la gratuidad de la educación y de la salud (conseguidas en los años 1960) es socavada radicalmente. En efecto, Sri Lanka es uno de los pocos países donde los servicios sanitarios y la educación son todavía gratuitos, en principio, pero las medidas de austeridad impuestas por el gobierno, cómplice del FMI, hacen que el coste real de los estudios (incluidos los primarios) y de los sanitarios básicos aumentan constantemente, ya que hay que pagar libros escolares, medicamentos, etc. Además, las familias se ven empujadas hacia la educación y sanidad privadas para escapar de la degradación de los servicios públicos. Por lo tanto, las familias pobres tienen que endeudarse con las agencias de microcrédito para poder hacer frente a los gastos de escolaridad y salud. Y son las mujeres las más directamente afectadas ya que tienen como prioridad encargarse de sus hijos e hijas, en cuanto a su educación y salud.
La lista de medidas neoliberales recomendadas por el FMI, con un impacto funesto en la vida cotidiana de millones de personas en Sri Lanka, y de miles de millones en todo el mundo, es enorme. Y esto cambiará solamente si los pueblos logran sacarse de encima al FMI, cuando consigan llevar al gobierno fuerzas políticas con voluntad de aportar soluciones radicales que garanticen el respeto a la justicia social y el goce de los derechos humanos en el respeto a la naturaleza.
LA POLÍTICA ACTUAL DEL FMI EN SRI LANKA
En 2016, el gobierno neoliberal de Sri Lanka pidió ayuda al FMI que respondió con el otorgamiento de un crédito de 1.600 millones de dólares, condicionado a que se siguieran sus recomendaciones. Ese programa continúa en ejecución y el balance es totalmente negativo.
El 7 de febrero de 2020 terminó una visita del FMI a Sri Lanka. El comunicado de prensa de la institución con sede en Washington, es muy significativo. El FMI declara que la decisión del Gobierno de fijar un tipo máximo de interés del 35% para los préstamos por medio del microcrédito solamente puede ser temporal puesto que es necesario evitar la distorsión (¡sic!) del funcionamiento del mercado financiero.
El Gobierno de Sri Lanka fijó un techo de interés por la presión de la calle y de miles de mujeres, víctimas del microcrédito y de sus tipos de interés abusivos
Sabemos que el Gobierno fijó este techo de interés por la presión de la calle. Miles de mujeres, víctimas del microcrédito y de sus tipos de interés abusivos, se habían movilizado en el Norte del país para exigir que los tipos de interés no puedan superar el 25% (lo que sigue siendo excesivo ya que la inflación es solo del 4 %). El Gobierno fijó en el 35%, el interés máximo que puede ser reclamado, frente a la amplitud del drama social y al riesgo de la multiplicación de las movilizaciones. También hay que conocer que el experto independiente de las Naciones Unidas para la deuda y los derechos humanos, en un informe muy claro, dio la voz de alarma ante la dramática situación que viven las numerosas víctimas del microcrédito en Sri Lanka. Su informe, redactado después de cumplir con una misión sobre el terreno, es abrumador para el Gobierno, las instituciones financieras y los otroprestamistas extranjeros. Y, por ende, hizo un llamamiento al gobierno para que actúe.
El gobierno había intentado justificarse afirmando que estaba llevando una política de reducción de la pobreza. También, hay que agregar que el experto independiente había estado atento a los trabajos realizados durante el 7º taller del CADTM Asia del Sur, realizado en Colombo en abril de 2018 y que los movimientos sociales de Sri Lanka le entregaron un documento público en el momento de su visita al país, en agosto de 2018.
Por lo tanto, fue mediante todas esas presiones que el gobierno fijó el tope máximo del 35%. Y aunque ese tope sea exagerado y deba ser considerado usurario, el FMI tiene la desfachatez de declarar en su comunicado de prensa del 7 de febrero de 2020 que es necesario restablecer en poco tiempo el derecho de establecer libremente los tipos de interés.
El FMI llama también al gobierno a acabar, lo antes posible, con la moratoria sobre el pago de las deudas de las pequeñas y medianas empresas. A causa de los ataques terroristas de abril de 2019, los turistas abandonaron Sri Lanka durante meses lo que perjudicó enormemente la economía y en particular a las pequeñas y medianas empresas. Para evitar la proliferación de quiebras, el gobierno decretó una suspensión de pagos de esas deudas, y esta es la medida que el FMI quiere que se anule rápidamente.
Además, el FMI pide al Gobierno que prosiga con las medidas de austeridad y de privatización subrepticia y progresiva de las empresas públicas. Esto apunta especialmente a la compañía aérea SriLankan Airlines, a la compañía petrolera y a la compañía de electricidad. El FMI pide al gobierno profundizar la liberación de los intercambios internacionales y las medidas tomadas para atraer las inversiones extranjeros. Ya conocemos las consecuencias negativas de estas políticas.
El volumen de la deuda pública de Sri Lanka aumentó fuertemente durante los últimos tres años, y ahora supera el 90 % del PIB. Recordemos que el actual acuerdo con el FMI es de 2016. Entre 2016 y fines de 2018, la deuda pública aumentó en un 30 %. Esto significa que la actuación del FMI contribuyó directamente al incremento de la deuda de Sri Lanka, lo que aumenta, a su vez, la dependencia del país con respecto a los prestamistas extranjeros o nacionales. A pesar de ser minoritaria, la deuda en forma de títulos soberanos emitidos en los mercados financieros extranjeros duplicó su volumen. Con un puñetazo sobre la mesa, el FMI exige al Gobierno aplicar una política de austeridad más firme en los gastos públicos. Así que Hiruni, como la inmensa mayoría de la población de Sri Lanka, no puede esperar nada bueno del FMI.
Con un puñetazo sobre la mesa, el FMI exigió al Gobierno de Sri Lanka aplicar una política de austeridad más firme en los gastos públicos
El CADTM, que celebró su 8º taller regional de Asia del Sur en Colombo, en febrero de 2020, aportó su apoyo a la lucha de las víctimas de las políticas aplicadas por el gobierno y el FMI. El experto independiente de las Naciones Unidas para la deuda y los derechos humanos envió a los participantes del taller CADTM un mensaje que aborda los problemas de fondo.
Hay que señalar que, a la par de los funestos acuerdos con el FMI, la acción mortífera del gobierno de Trump tiene también un papel nada despreciable en la degradación de las condiciones de vida de una gran mayoría de la población de Sri Lanka. Uno de los canales de intervención de Washington está constituido por una agencia federal creada en 2004, llamada Millenium Challenge Corporation, activa en Sri Lanka desde abril de 2019 (Véase ). Esta agencia atribuye buenas o malas notas a los países en donde opera. Su acción deletérea se une a la más clásica de la USAID, la otra agencia federal que alienta con toda su fuerza la precarización aún mayor del mercado de trabajo en Sri Lanka.
La Unión Europea no se queda atrás. Su banco de inversiones, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), apoya activamente las empresas de microcrédito que explotan y espolian cientos de miles de mujeres en Sri Lanka. Y es necesario señalar que el banco privado Triodos, supuestamente de banca ética, invirtió también en el negocio del microcrédito en este país.
Y, por supuesto no hay que olvidar a China, para la que Sri Lanka ocupa un lugar geoestratégico en el plan de sus rutas comerciales. China construyó varios puertos sin tener en cuenta la preservación del medio ambiente y, además, endeudando a Sri Lanka. China tampoco hace regalos.
El CADTM se unió a Hiruni y a todas aquellas y aquellos que, como ella, tomaron finalmente la decisión de resistir. Ya que Hiruni, después de haber sido una víctima pasiva, se unió a la acción de la resistencia activa, como muchas otras mujeres que se manifestaron en Colombo, el 27 de febrero de 2020, para exigir del gobierno una respuesta a sus reivindicaciones.
Traducción de Griselda Piñero
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/fmi/eric-toussant-sri-lanka-inhumano-escala-macro-micro