Mario Hernandez.- La presencia del ejército en Río de Janeiro, algo que no sucede desde el año 1988 cuando se dio la aprobación de la Constitución. ¿Qué análisis te merece esta situación? Ricardo Antunes.- Es necesario reflexionar en dos planos, primero que hay una situación de crisis social profunda en Brasil con un desempleo de […]
Ricardo Antunes.- Es necesario reflexionar en dos planos, primero que hay una situación de crisis social profunda en Brasil con un desempleo de más de 12 millones de personas, con otros tantos millones con trabajos precarios que muestra la tragedia social brasileña donde naturalmente se expande la situación del narcotráfico, especialmente en Río de Janeiro donde hay una política económica del narcotráfico que emplea personas para hacer el trabajo de compra, venta y flujo de la droga.
La única cosa que sabemos es que la intervención militar no sirve para solucionar esto. Los militares están preparados para la guerra entre naciones y no para una lucha contra un sistema de «guerrilla urbana» desarrollada por los grupos de la criminalidad. Por otro lado, el gobierno de Temer está llevando adelante un gobierno que constituye la peor tragedia desde la dictadura militar de 1964.
Temer y Collor son dos momentos brutalmente críticos de la republica civil brasileña, los peores momentos desde la dictadura militar y Temer usa a las Fuerzas Armadas como opción política de fortalecer su gobierno al mismo tiempo que asoma esta tendencia de extrema derecha global que tiene una clara manifestación en los EE UU con Trump, Macron en Francia, con Theresa May en Inglaterra, con Macri en Argentina; con este movimiento latinoamericano de expansión de la derecha, donde la intervención militar es más una etapa de lo que yo en un artículo publicado en Herramienta el año pasado llamé «Estado de derecho de excepción».
Nosotros estamos viviendo un Estado de derecho de excepción, o sea, es formalmente un Estado de derecho pero es un Estado de excepción. Tanto en el sector judicial como en el Parlamento y ahora con los militares y lo más trágico es que el Presidente de la República, el golpista Temer, hizo la convocatoria, no fue una intervención impuesta por las Fuerzas Armadas.
Se podría comparar con la dictadura militar argentina, cuando en algún momento de su trágica historia, intentó la acción en las Malvinas. Intentaron un gesto político fuerte para recuperar el prestigio de la dictadura, y fue el punto culminante de la tragedia argentina.
Temer hace una jugada de alto riesgo, porque hay dos posibilidades, o el Ejército como en una guerra mata personas de modo absolutamente generalizado y ahí no serán solo los criminales los muertos sino la población pobre de las periferias, de las villas miserias, de las favelas brasileñas; o el ejército será destrozado porque no está preparado para una guerra urbana con la población de su propio país. Un ejército en general esta preparado para luchar contra la escuadra armada de otro país, una guerra abierta en donde solo la violencia puede traer la victoria.
Por lo tanto, es una tragedia y un paso de lo que yo llamé «contra revolución preventiva» que está tomando lugar en muchos lugares del mundo, como en los EE UU de Trump, varios otros Estados y países del Este europeo que viven un movimiento de extrema derecha, como en Argentina, Chile, Brasil y tantas otras partes.
La militarización no va a resolver la crisis social profunda, porque es necesario más empleo, dignidad para las favelas, trabajo, educación, salud para la juventud, todo aquello que la política neoliberal destructiva de Temer no hace. No será con la fuerza de las bayonetas que esta gestión va a resolver la situación.
El último punto, muchos grupos de criminalidad y de narcotráfico que son muy fuertes en Río de Janeiro, van a ser cercados y se van a ir a Sao Paulo, Minas Gerais, Espirito Santo, para el Nordeste brasileño, para el Sudeste, para el centro, el norte y el sur; o sea, van a ampliarse aún más, habrá un proceso de nacionalización del PCC (Primeiro Comando da Capital), del CV (Comando Vermelho) y decenas de grupos criminales que hoy tienen su principal acción en Río de Janeiro y que se van a desparramar hacia todo el país. O sea, estamos viviendo un nuevo momento de la tragedia brasileña.
Mario Hernandez.- El pasado 19 de febrero decenas de ciudades brasileñas registraron protestas contra la reforma del sistema de pensiones que propone el gobierno de Michel Temer. ¿Cuáles han sido los resultados de esas manifestaciones?
Ricardo Antunes.- La manifestación fue muy positiva en muchas ciudades, Sao Paulo sobre todo en cuanto al transporte público, donde hubo paralización total así como de otros sectores, hubo paralización de sectores públicos, hubo manifestaciones de los movimientos populares. Pero fue una acción de protesta demostrativa, porque cuando el gobierno de Temer decretó la intervención militar en Río de Janeiro, a partir del momento de la intervención que fue el viernes pasado, no es posible ninguna medida de alteración de la Constitución, no es más posible que el Parlamento vote ninguna enmienda constitucional.
El gobierno sabía que no iba a conseguir aprobar la reforma previsional porque más del 70% de la población brasileña no la acepta. Por todo esto la paralización de ayer fue en demostración del descontento, porque ya no es posible votar en el Parlamento la reforma previsional en cuanto la intervención militar estuviera ocurriendo en Río de Janeiro. La Constitución nacional de 1988 dice que cuando hay una intervención militar en un Estado el Parlamento, la Cámara y el Senado no pueden votar ninguna enmienda constitucional.
Entonces, fue importante para demostrar que una parte activa de la población expresó su descontento en relación a la posibilidad de que la reforma previsional retorne en algún momento. Yo particularmente pienso que es prácticamente imposible que la reforma previsional sea votada este año antes de las elecciones, porque es muy anti popular, los parlamentarios tienen miedo de votar a favor de la reforma y perder después su relección para la Cámara y el Senado.
Por último, es importante decir que muchas de las centrales sindicales que ayer pararon, en otros momentos fueron muy tímidos y vacilantes, hay entonces una duda también de la población en relación a esas centrales sindicales que ahora movilizan, porque no tienen el respeto que tenían en el pasado.
La candidatura de Lula
Mario Hernandez.- La situación de Lula, cuanto más lo acusan parecería que más suben los sondeos favorables como candidato en una próxima elección presidencial.
Ricardo Antunes.- Yo fui muy crítico del gobierno de Lula, he dicho muchas veces que tanto el gobierno de Lula como el de Dilma han sido gobiernos débiles, sin ninguna acción profunda de cambio estructural para combatir la miseria y la tragedia brasileñas. Pero el gobierno de Dilma equivale a la devastación completa, hay una diferencia entre un gobierno de conciliación de clases como el de Lula, rasgo que conocen muy bien los argentinos porque es una característica del peronismo, la conciliación brasileña fue siempre aún más pro burguesa; pero con Temer empezó la devastación total. La escola que ganó el segundo lugar del carnaval de Río de Janeiro es una escola chica, que en su presentación en el Sambódromo representó la destrucción del trabajo en Brasil, la destrucción de la legislación, la precarización y la esclavitud, que es lo que estamos viviendo en Brasil en nuestros días.
En esta situación de devastación social, en medio de un tsunami social que busca destruir la legislación protectora del trabajo, el recuerdo de Lula en comparación a Temer lo hace crecer en las encuestas.
Yo como analista político diría que no es seguro el triunfo de Lula, una cosa es el sentimiento contra Temer, otra cosa será cuando el proceso electoral esté abierto y Lula sea un candidato fuerte, pero que no tiene la victoria garantizada.
En segundo lugar, todo indica que la legislación va a prohibir la inscripción de Lula y, por lo tanto, su candidatura, lo que nos hace creer que Lula no será candidato. Hoy por la situación política y judicial brasileña es casi imposible que Lula se pueda candidatear para la presidencia de la República. Su condena es a través de una Ley que fue aprobada durante su propio gobierno, la ley «Ficha limpa» que implica que solo pueden ser candidatos aquéllos que no tengan una condena en segunda instancia por un juicio, y Lula ya ha sido condenado en segunda instancia y es muy difícil pensar que eso sea revertido.
Yo pienso que salvo que haya un cambio político y jurídico que hoy no se presenta en el universo de las posibilidades, Lula no será candidato y el PT se encontrará en una situación muy difícil, porque no tiene un candidato para sustituirlo con la misma fuerza que todavía tiene Lula. Este es el cuadro actual de la situación de Lula.
Mario Hernández.- A partir de este análisis ¿cuál es el escenario político que se abre?
Ricardo Antunes.- Imprevisible. Porque hay muchos candidatos de centro, algunos un poquito más de izquierda como Ciro Gómez, izquierda moderada como Marina Silva, centro derecha como Alckmin, senador de Sao Paulo, centro derecha como Rodrigo Maia de los Demócratas; hay una candidatura de extrema derecha, Bolsonaro, un militar retirado, un proto fascista que pierde fuerza en la medida que el espectro de la izquierda desaparece.
Por la izquierda es posible la candidatura por el PSOL, pero no es segura, de Guilherme Boulos, un importante líder social del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo. Pero el PSOL es un partido pequeño, puede que la candidatura de Boulos consiga el apoyo del Partido Comunista Brasileño y de algunos sectores de izquierda.
El PT va a intentar una candidatura propia, que podría ser el gobernador actual de Bahía, Jaques Wagner o el ex alcalde de Sao Paulo que es lulista también. Y está la posibilidad de Joaquim Barbosa, un importante juez del Tribunal supremo federal del Brasil que ya está retirado, pero sería una candidatura fuera del marco de los partidos. Y hace unos días atrás estaba la posibilidad de la candidatura grotesca de Luciano Huck, apoyado por Fernando Enrique Cardozo. El grotesco del grotesco. Pero como es un artista de la Globo y la emisora le dijo que si se presentaba tenía que salir del canal, decidió no ser candidato. O sea, está completamente abierta la elección, porque ninguno de los nombres que mencioné a excepción de Lula, por sectores de la izquierda moderada y a excepción de Bolsonaro de la extrema derecha proto fascista, ninguno de los otros nombres muestra un potencial mínimo. Lula tiene cerca de un 30% y Bolsonaro cerca de 23% y los demás menos de 7%. Esto constituye un gran riesgo, refleja una situación de profunda inestabilidad política, económica, institucional, judicial y ahora militar. Un caldero con el fuego muy alto. Ahora es impredecible decir qué va a suceder, tal vez en mayo-junio sea más claro porque ahí sabremos si Lula podrá o no ser candidato. Antes de eso el escenario es muy confuso.
Mario Hernandez.- Tengo una información del día de ayer que dice que los cinco principales partidos de la izquierda de Brasil se unieron para la construcción de una agenda común contra el retroceso político y económico que vive el país. ¿Tenés alguna información al respecto?
Ricardo Antunes.-No. Son pequeñas iniciativas, son más tentativas que realidades. Por ejemplo, el PT se presenta como el dueño de la izquierda brasileña y no lo es más. Muchos partidos de izquierda como el PSOL, el Partido Comunista Brasileño, el PSTU, no aceptan más que el PT sea el representante de la izquierda. Por lo tanto, un frente que incluya al PT, al PSOL, al PCB, al PSTU, es imposible.
El PT no hizo ni la más mínima de las autocríticas de su tragedia. No hicieron ninguna nota para decir algo sobre la cantidad de errores que cometieron. Por lo tanto, una gran parte del resto de los partidos de izquierda no estarán con el PT. El PCB estará con el PT, aquél que en el pasado era de inspiración maoísta. El resto de los partidos no son de izquierda, son de centro izquierda reformistas moderados.
Está muy claro desde líderes del PSOL que no aceptarán un acuerdo para ser subordinados del PT para llegar a una candidatura del PT y repetir la tragedia de Lula y Dilma. Sabemos que en la historia existe la tragedia, la farsa y esto sería la comedia; porque repetir lo mismo por tercera vez sería una comedia trágica.
Es un momento de la historia brasileña donde no existe la posibilidad de la unión de las izquierdas brasileñas, están muy divididas. Por otro lado, en el primer turno (porque las elecciones son en dos turnos) hasta el PCB que en los últimos 15 años ha sido un aliado fiel del PT, tiene hoy una candidata a la presidencia, lo que muestra que solo en el segundo turno electoral sería posible imaginar que un candidato de izquierda pudiera conseguir una parte del apoyo de otros sectores.
Esto llevaría a una situación trágica como, por ejemplo, tener a Bolsonaro u otro candidato de derecha en contra; ahí sería posible un voto útil contra la extrema derecha fascista, sexista, homofóbica y muchas cosas más. Es un momento de mucha desarticulación.
Por suerte es también un momento de escisión y desarticulación de la derecha. Entonces, tenemos un primer turno con muchos candidatos y en el segundo decidiremos qué queremos hacer y veremos cuáles son los candidatos y ahí tal vez sea posible un voto útil.
No veo posibilidad hoy de que se forme un frente de izquierda, solo sería posible si una parte del PT liderada por figuras importantes como Olivio Dutra de Río Grande do Sul o Tarso Genro también de allí, rompieran con la dirección del PT y aceptaran un frente de izquierda sin que el PT fuera el comandante. Pero esta posibilidad no creo que pueda existir hoy.
Mario Hernandez.- El pasado domingo 4 la Folha de Sao Paulo editó un duro editorial sobre Mauricio Macri comparando la situación que se generó con su ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y la postulación de Cristian Brasil a la cartera de Trabajo por parte de Michel Temer, quien fuera condenada a pagar una multa de 60.000 reales por tener empleados en negro.
Ricardo Antunes.- Yo no leí el editorial de este diario tan conservador. Lo que pasó es que el ministerio del gobierno de Temer, con honrosas excepciones, es como la nata de los corruptos de Brasil. Es una selección muy especial de los peores políticos con mucha experiencia en corrupción, con rarísimas excepciones.
Para el cargo de ministro de Trabajo, Temer aceptó la indicación del Partido Laborista Brasileño (PTB), que es un foco de corrupción absoluto, por votar la reforma previsional, y el mantenimiento de Temer contra los impeachment. El antiguo ministro del Trabajo era del PTB y permanece en las manos del PTB, que nominó a la hija de Roberto Jefferson: Cristian Brasil.
Vale recordar que Roberto Jefferson es un parlamentario completamente involucrado en la corrupción brasileña hace años y está profundamente vinculado con José Dirceu cuando fue la crisis del Mensalao en 2004/05 que casi llevó al fin del gobierno de Lula. El resultado, Cristian Brasil es una figura que además de estar condenada, está siendo juzgada por no cumplir la legislación del trabajo; además tiene muchas denuncias de la Procuraduría nacional de tener negociaciones con grupos del narcotráfico.
Qué calidad de representación es ésta. Es el pantano. Entonces claro que esta situación hizo que muchos sectores pidieran que el Poder judicial impidiera que Cristian Brasil asumiera. Ahora prácticamente desistió porque sabe que no es la indicada. Esto muestra que el gobierno de Temer es un gobierno del pantano, sale uno entra otro.*
Uno puede preguntarse ¿por qué se mantiene? Porque hace el juego sucio que las clases burguesas exigen, que es destruir la legislación social protectora del trabajo del Brasil, destruir la providencia pública, la privatización de lo poco que queda, inclusive sectores del monopolio de Petrobras y de la energía eléctrica que todavía están bajo control público y que las burguesías quieren la privatización total. Estamos viviendo una contra revolución ultra neoliberal y Temer es la expresión brasileña de este escenario.
Mario Hernandez.- ¿Querés agregar algo más? Por suerte esta vez la telefonía nos permitió hacer una entrevista más larga.
Ricardo Antunes.- Recuerda que todo lo que es privatizado es más caro y es peor, hoy se dio una excepción. La telefonía celular brasileña es precaria y no creo que la argentina sea mejor. Hoy podemos proyectar una nueva comunicación dentro de dos semanas para ver cómo continua esta situación.
Nota del editor.- el viernes 23 de febrero Temer anuló la designación de la diputada Cristian Brasil como Ministra de Trabajo condenada por infringir normas laborales.