Mañana se cumplen 10 años del golpe de Estado que, por 40 horas, sacó a Hugo Chávez de la Presidencia. La derecha (que impone los intereses del empresariado y las grandes transnacionales por encima de los pueblos) se adueñaba del poder político del país, y nada más peligroso que eso. Quienes apoyamos al software libre […]
Mañana se cumplen 10 años del golpe de Estado que, por 40 horas, sacó a Hugo Chávez de la Presidencia. La derecha (que impone los intereses del empresariado y las grandes transnacionales por encima de los pueblos) se adueñaba del poder político del país, y nada más peligroso que eso.
Quienes apoyamos al software libre y socialista no lo hacemos porque queramos descargar y usar programas de computadoras gratis. Lo hacemos porque estamos en contra de la explotación del hombre por el hombre. Y el conocimiento libre es vital para construir una sociedad en la cual nadie esclavice a otras personas sólo porque sepa cosas que los demás no saben.
Cuando los primeros humanos descubrieron cómo hacer el fuego, no fueron a una oficina de patentes a exigir que ellos fueran los únicos con el derecho de hacer fogatas. Todo lo contrario, seguramente le contaron a sus compañeros cómo hacerlo. Y sus compañeros siguieron innovando: aprendieron a usar el fuego para cocinar, fundir metales, hacer herramientas, construir casas, carretas. Todo esto se logró gracias a que el conocimiento era libre y nadie tenía la desgraciada idea de usar lo que había aprendido para beneficiarse sólo a sí mismo.
La gente que Carmona y Fedecámaras representan, crearon grandes empresas gracias a que se apropiaron del conocimiento sobre cómo manufacturar cosas imprescindibles para vivir. Lejos de compartir ese conocimiento, lo acapararon. Usaron patentes y leyes de propiedad intelectual, creadas a través de políticos complacientes y organismos internacionales, para asegurarse de que más nadie use ese conocimiento.
A estos empresarios carmonistas les conviene que las y los obreros no sepan otra cosa sino apretar un tornillo en una línea de ensamblaje. Mientras menos sepamos cómo esos tornillos se convierten en un producto terminado, mejor para ellos. ¡Así nos dominan! Esa es una de las razones por las que partidarios del software libre también salieron a las calles en abril de 2002 en Caracas, en junio de 2009 en Tegucigalpa o en septiembre de 2010 en Quito: ¡queremos un cambio en el sistema, rechazamos a la derecha que quiere adueñarse del poder y defendemos a aquellos que, desde la Presidencia de la República o desde cualquier otro lugar, luchan por las mismas razones que nosotros!
Sí: hay errores por corregir, hay mucho por mejorar. Pero nadie dijo que esta lucha sería fácil. ¡Abajo el Carmonismo! ¡Adelante, Chávez! Te necesitamos vivo por muchas décadas más para construir ese mundo distinto que se les negó a quienes nos precedieron.
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