M.H.: Guillermo, hace una semana atrás aproximadamente, estuvimos dialogando acerca de las declaraciones del Papa Francisco respecto de los atentados en París. Él había sostenido que eran una etapa de la Tercera Guerra Mundial. ¿Cómo podemos ubicar el derribo del avión ruso por parte de Turquía en el marco de estas declaraciones? G.A.: Como es […]
M.H.: Guillermo, hace una semana atrás aproximadamente, estuvimos dialogando acerca de las declaraciones del Papa Francisco respecto de los atentados en París. Él había sostenido que eran una etapa de la Tercera Guerra Mundial. ¿Cómo podemos ubicar el derribo del avión ruso por parte de Turquía en el marco de estas declaraciones?
G.A.: Como es sabido y declarado por quienes lo hacen, el terrorismo del Estado Islámico es financiado por Arabia Saudita y Qatar, con claros objetivos de combatir la tendencias chiítas dentro del Islam y proteger así sus monarquías, y de influir en particular para debilitar a Irán y a Siria que es aliado de Irán, y entonces tener un papel de potencia dominante con el apoyo de Estados Unidos y de Israel indirectamente en la zona.
Israel también tiene todo el interés del mundo en que el Estado Islámico capte jóvenes decididos con una aparente actitud de combate y debilite por lo tanto al libanés Hezbollah y al palestino Hamas, que son aliados de Siria y de Irán porque también son chiítas.
Turquía también tiene interés en destrozar a Siria, acabar con los kurdos ya sean turcos o sirios que resisten contra el régimen turco y actuar como aliado de Estados Unidos contra Rusia, de allí el incidente del avión ruso derribado por los turcos. Turquía desde la época de los zares, por cuestiones geopolíticas, ha estado en conflicto con Rusia con la cual es fronteriza. Ha sido apoyada por las potencias occidentales contra Rusia, ahora Turquía resume y retoma la geopolítica de la época del Sultán pero dentro de un juego nuevo dictado por los intereses de las potencias en Medio Oriente.
M.H.: Jürgen Habermas, en relación a esta situación a la que nos estamos refiriendo señala que el tema del terrorismo islámico es que no puede ser derrotado solo por medios militares e hizo un recordatorio acerca de lo que ocurrió en la región de Medio Oriente tras las crisis de Suez en 1956, cuando una política de Estados Unidos, Europa y Rusia determinada casi exclusivamente por intereses geopolíticos y económicos, chocó contra una herencia de la época colonial a la vez artificial y llena de padecimientos y esa política tomó provecho de los conflictos locales. ¿Qué nos puede referir respecto de estas opiniones vertidas por el filósofo alemán?
G.A.: La historia pesa gravemente en todo esto. Hay que recordar que el Islam era la base de la cultura y de la civilización allá por el 800 cuando los europeos eran bárbaros peludos. Ya en esa época había conflictos entre chiítas y sunitas, del mismo modo que en el Medioevo la guerra religiosa en Occidente fue terrible, los Cruzados antes de ir a tratar de quitarles Tierra Santa a los musulmanes, degollaron a medio mundo, ocuparon Constantinopla y al tomar Jerusalén mataron a una gran cantidad de cristianos que vivían ahí y eran armenios ortodoxos, pero para ellos eran lo mismo, porque los católicos combatían contra los otros cristianos también.
Después los católicos combatieron durante un par de siglos contra los protestantes. Después del Renacimiento, cuando el Estado empieza a separarse de la Iglesia, dados los movimientos sociales y la aparición de la burguesía, la política laica se separa de la política religiosa, cosa que no sucedió en Oriente donde los Estados son confesionales, entonces utilizan esa fusión entre cultura y religión para obtener identidad y aglutinar a los ciudadanos que son de orígenes muy diferentes, porque hay muchísimas minorías religiosas y étnicas.
A todo esto se le agregó el colonialismo, por ejemplo, por el acuerdo Sykes-Picot (1916) los ingleses se quedaron con Palestina, Irak y Jordania. Después de 1918 cuando se derribó el Imperio turco, los franceses ocuparon el Líbano y Siria.
Así que hay un viejo odio contra los ocupantes que, por supuesto, lo primero que intentaban hacer era diferenciar a las poblaciones nativas según su religión para dividirlas y reinar mejor y de paso fomentar su cristianismo y su lengua para tener a un sector dominado y que a su vez actuasen como intermediarios de la dominación colonial.
Entonces, hay un viejísimo problema que es el de la superación de la fusión entre cultura y religión en todo Oriente. En parte, el movimiento nacionalista árabe, que era laico, había tratado de enfrentar ese problema, con la revolución argelina, la yemenita, con el Partido Socialista Arabe; pero el fracaso del nacionalismo árabe se convirtió en instrumento de Estados Unidos o de Rusia y dejó nuevamente libre la vía para la religión más reaccionaria.
El problema no es tanto un fundamentalismo entre los musulmanes, sino que la historia retoma todos los elementos más reaccionarios en esta época de preparación de una guerra. En Estados Unidos el Tea Party y toda la derecha es fundamentalista religiosa protestante, precisamente porque tomó una bandera religiosa para librar una guerra contra los infieles. Lo mismo pasa en Rusia, donde Putin se apoya en la Iglesia Ortodoxa, retoma el cristianismo como bandera. Lo mismo pasa en Francia que era un país laico y de ateos, ahora se trata de combatir al Islam y confunden musulmanes con chiítas, con terroristas, como si todo fuera igual; incluso con árabes, cuando una inmensa mayoría de los musulmanes no son árabes, hacen una amalgama espantosa para justificar el chauvinismo y la xenofobia.
M.H.: ¿Cómo ha afectado a las libertades democráticas en Europa, las medidas asumidas por los distintos gobiernos fundados en la lucha contra el terrorismo islámico?
G.A.: Las libertades desaparecen cuando los gobiernos dicen que ellos defienden las libertades. La libertad, como decía Rosa Luxemburgo, es para el que piensa diferente no para el que piensa igual. La Ley Patriótica de Estados Unidos elimina todas las libertades de los norteamericanos, incluso protestantes, y las medidas adoptadas por el gobierno francés en nombre de la seguridad y la lucha contra el terrorismo, eliminan las libertades más elementales, como la libertad de pensar, escribir, de circular, de manifestarse. Ahora con motivo de la reunión sobre el cambio climático, han prohibido las manifestaciones con el pretexto de que podrían ser utilizadas por los terroristas o sus cómplices. Es decir, suprimen libertades, el ciudadano se hace borrego, masa, desaparece su capacidad de disentir, de organizarse y el resultado es el triunfo de fuerzas fascistas. Francia está ante elecciones regionales, donde con toda seguridad va a ganar Marine Le Pen, con su racismo, con su posición contraria a los extranjeros de todo tipo, con su identificación entre árabes y terroristas, cosa que ha hecho Hollande y le ha servido a Le Pen.
El gabinete de Macri es una película de terror
M.H.: Ayer conocimos el nuevo gabinete que va a acompañar a Mauricio Macri en su presidencia, me gustaría conocer qué reflexión le ha merecido.
G.A.: Es una película de terror. Son los fantasmas y los dráculas que aparecen de nuevo. Yo como jubilado tiemblo porque la Ministra de Seguridad, será la misma que robó a los jubilados el 13% de su sueldo miserable en el gobierno de De la Rúa.
Es un gobierno de gerentes, México ya probó esto, puso de presidente a Vicente Fox, el gerente de la Coca Cola, y probó que un país no se maneja como una empresa y que las capacidades que se deben tener para manejar una empresa no sirven para nada en una relación de fuerzas donde todo es político y la discusión debe tener en cuenta, sobre todo en Argentina, siendo que este gobierno no tiene mayoría en las Cámaras, que va a tener que negociar cada una de sus posiciones. Tiene apenas una pequeña diferencia a favor en el campo electoral, pero que no coinciden con las posiciones sociales, entonces quien lo votó apenas le toquen duramente el bolsillo se va a juntar con el que votó la otra posición.
Hay un elemento que esta gente, en su desprecio total por la capacidad de pensar de los trabajadores, en su idea insana de que no existen las clases, se van a tropezar con un movimiento de resistencia. Ya le pasó a La Nación, que el primer día sacó una editorial revanchista, pro-dictadura, reaccionaria, y sus propios trabajadores lo rechazaron, entonces tuvo que dar marcha atrás.
M.H.: Y la propia Corte Suprema, cuando homenajeó los 30 años del Nunca Más, su presidente, Lorenzetti, señaló que no habría retroceso en materia de Derechos Humanos.
G.A.: Claro, y eso que es una Corte Suprema absolutamente favorable al gran capital, que ahora va a ser reforzada por jueces similares, porque como en el Parlamento no tienen mayoría van a trabajar con el sistema judicial. Van a depender mucho más de Estados Unidos, porque tienen menos gobernabilidad aquí. Se van a agudizar todas las contradicciones y esta gente no está preparada para eso, ninguno de ellos, ya fracasaron anteriormente, son todos gerentes, ni siquiera son los propietarios de las grandes empresas, sino el personal de confianza de ellas. Hay que tener enormes desconfianzas ante esa confianza.
M.H.: El mismo día de las elecciones usted publicó un artículo «La dura próxima etapa en Argentina», me quiero referir particularmente a algo que señala al principio del mismo, usted afirma que la etapa de los gobiernos llamados «progresistas» ha llegado a su fase final.
G.A.: Hay una serie de gente como Emir Sader, los agentes de los cubanos o Alvaro García Linera, que dicen que no, que la crisis en Brasil es culpa de Dilma, que si estuviera Lula no habría esta crisis, que Scioli perdió porque no era Cristina, etc. En primer lugar a Dilma la puso Lula, segundo, es difícil que Lula pueda reemplazarla en la actual situación de descrédito total del gobierno del PT y del propio Lula. Por otro lado, Cristina no pudo ser reelegida como quería, por su derrota en las elecciones parlamentarias que le quitaron la mayoría para la reelección. Alvaro García Linera, que está empeñado en la re re reelección de Evo Morales, a quien quiere entronizar como garantía de una política burguesa desarrollista, lo está enfrentando con los movimientos de masas, con la Constitución misma y el pasado reciente de Bolivia. Pero no tienen margen en gran parte porque su política se basaba en el servir al capitalismo, en particular al nacional que querían reforzar, y en segundo lugar apaciguar y desmovilizar a los trabajadores para sostener la tasa de ganancia y para eso recurrir a fondos provenientes de la buena venta de las materias primas para hacer una política distribucionista y asistencialista. Hambre cero, las medidas tomadas por el PT en Brasil reflejan esa expresión, así como las que hay aquí en Argentina. Eso se acabó, actualmente los precios de todas las materias primas, sin excepción, han caído y hay un parate en el mercado mundial. Inclusive China que impulsaba ese mercado mundial, ahora enfría su economía, importa menos, invierte menos, entonces estamos en una situación de dificultad, de escasez que va a durar.
Por lo tanto, no hay excedente para servir a la vez al capitalismo, construirlo, fomentarlo y modernizarlo y, al mismo tiempo, satisfacer las necesidades sociales que son enormes. Inclusive en países como Ecuador o Bolivia donde todavía hay grandes movimientos sociales, pero que empiezan a movilizarse contra sus respectivos gobiernos.
En Brasil la salida que ha hecho el llamado progresismo que tanto alaba Emir Sader, ha sido llevar al gobierno a los representantes del Banco Mundial, del FMI, de la gran finanza y aplicar la política de éstos, con un resultado pésimo porque ha habido una caída brutal del nivel de vida, una devaluación muy profunda que se refleja también en la economía argentina.
Cristina trató de evitar la desocupación, pero financiando con el Estado la tasa de ganancia de los capitalistas, como el caso de la General Motors, para que no despidiese o suspendiese empleados, el Estado les pagaba y los mantenía, inclusive compensaba la falta de ventas. Eso no se puede sostener, al mismo tiempo ha tenido que enfrentar el hecho concreto de que para las jubilaciones, para los planes de apoyo a la niñez, a los ancianos, a las madres solteras, tiene que tener excedentes y no los tiene.
Además, estos gobiernos se encuentran ante la devaluación de hecho de sus monedas, así que hay cada vez menos dinero en el bolsillo de la gente. Se cobra lo mismo pero esa cantidad representa mucho menos que hace un año. Por lo tanto, el efecto de las políticas de asistencia, que por otra parte disminuyen, se sostiene menos. La única forma de reanimar la economía sería rebajar las ganancias de las grandes empresas, nacionalizar, estatizar sin pago a todas las que evadan impuestos o cometan ilícitos y hacer una economía alternativa, pero los llamados gobiernos progresistas se cuidan mucho de hacer eso.
El voto en banco era importante para intentar construir una alternativa política al capital
M.H.: Dentro de ese mismo artículo, y ya que usted se para en este lugar de las alternativas, de alguna manera preveía el fracaso de la política del FIT y otras fuerzas de izquierda que llamaron a votar en blanco el pasado domingo. Hace una crítica en el sentido de no haber aprovechado el balotaje para definir un programa de salida de esta crisis.
G.A.: El voto en blanco es una táctica electoral, nunca hubo tan pocos votos en blanco como en el balotaje, la mitad de los que hubo en la primera vuelta en la que ya había habido pocos. Aumentó muchísimo la participación y el interés por las elecciones, pero se votó del lado de Scioli con la idea de evitar el triunfo de Macri, no se votó por él, incluso muchos votantes del FIT votaron en contra de Macri por Scioli; el otro lado votó contra los kirchneristas, no son votos de Macri a favor de la oligarquía ni por el imperialismo, sino que son votos de protesta contra la política del kirchnerismo, contra la prepotencia, la soberbia, contra la corrupción, contra los gobernadores que desconocen las leyes nacionales, etc.
El voto en banco como política tenía un sentido político importante si se lo hacía para intentar construir una alternativa política al capital, no a las elecciones. El FIT se limitó a hablar diciendo que los dos candidatos eran iguales y los dos eran candidatos del ajuste, lo cual es cierto, pero no hizo en toda su campaña electoral y, particularmente, en la campaña por el voto en blanco, nada que empezase a construir la idea de cuál puede ser la política alternativa y cuáles son las ideas fuertes que hay que movilizar ahora para organizar la resistencia en la perspectiva de una política anticapitalista. El 95% de los votantes en Argentina votaron por dos variantes burguesas, capitalistas, conservadoras y reaccionarias, Scioli y Macri, eso es lo que hay que cambiar, porque hay una contradicción entre la voluntad de mantener un nivel de vida y la combatividad de una parte importante de los trabajadores argentinos y su pensamiento conservador que viene desde la época del peronismo.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.