Dos páginas dominicales reservaron para el reportaje y la pregunta: «¿Estuvo Juan Pablo II en el punto de mira de ETA?» Según revelan las fuentes y aclara el reportaje, en 1982, a punto de llegar el Papa al País Vasco, la policía española había detectado una llamada telefónica entre San Sebastíán y una ciudad francesa […]
Dos páginas dominicales reservaron para el reportaje y la pregunta: «¿Estuvo Juan Pablo II en el punto de mira de ETA?»
Según revelan las fuentes y aclara el reportaje, en 1982, a punto de llegar el Papa al País Vasco, la policía española había detectado una llamada telefónica entre San Sebastíán y una ciudad francesa en la que se decía: «Todo listo para las 8».
Aunque no se sabía a qué se refería el enigmático mensaje de tampoco qué reservado individuo, aclara el periodista autor del letrinismo, «podía referirse a un atentado de ETA… aunque también a otra cosa».
Y por si no fueran suficientes indicios, un perro había detectado pólvora junto a la basílica de Loiola… indicios descartados al confirmarse como restos procedentes de «los barrenos usados para instalar a última hora unas farolas».
Eso fue todo. Al margen de otras amenazas a las que aludía el reportaje y que apuntaban a la climatología o a la torpeza de Calvo Sotelo, entonces presidente español, la principal línea de investigación seguía siendo ETA.
Han pasado 34 años, tiempo suficiente como para que la misma pregunta que el Diario Vasco nos hiciera desde sus titulares, también nos la respondiera desde la imagen que acompañaba el texto: el Papa saludando bajo la diana de ETA.
(Euskal presoak-Euskal herrira)
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