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El misterioso encanto de los aniversarios

Fuentes: Argenpress

Estamos en la época en que los especialistas de todas las disciplinas «pronostican» que va a suceder en los doce meses siguientes. Más modestamente, proponemos hacer lo inverso: mirarnos en el espejo de un recorrido por los hechos que sucedieron en los años finalizados en «nueve». El 2009 nació preñado de un interrogante: ¿será el […]

Estamos en la época en que los especialistas de todas las disciplinas «pronostican» que va a suceder en los doce meses siguientes. Más modestamente, proponemos hacer lo inverso: mirarnos en el espejo de un recorrido por los hechos que sucedieron en los años finalizados en «nueve».

El 2009 nació preñado de un interrogante: ¿será el año que veremos desplegarse sobre la economía real y a escala mundial los efectos de la crisis que hace meses viene ocupando nuestra atención? Al lado de esta pregunta central aparece el sub-interrogante, que empezará a desplegar su respuesta a partir del 21 de enero: ¿Obama será una segunda versión de Franklin Delano Roosevelt, o simplemente el presidente que pasará a la historia por desperdiciar más rápidamente en el tiempo las grandes expectativas que ha abierto?

En notas anteriores nos hemos referido a estos tópicos en particular, balanceando tendencias y contratendencias. Hoy vamos a proponer un ejercicio más acorde con estos días de efemérides. Porque así como este año se cumplirán 80 años exactos del comienzo de esa gran crisis a la que todos tememos se parezca la actual, hay, increíblemente «otros aniversarios» que se cumplirán en el 2009 y nos permiten reflexionar sobre estos días.

Hace 80 años

Ciertamente, en octubre de 1929, comenzó, con el crack de Wall Street, la depresión más grande del siglo: recordemos simplemente que su pico se alcanzó recién en 1932, con un 25% de desocupación en Norteamérica. Mucho se habla en estos días de las medidas keynesianas y el «New Deal» de Roosevelt que logró reducir ese desempleo gigantesco. Pero la historia del siglo XX nos enseña también que la lógica capitalista y la incertidumbre de los mercados no pudieron ser exorcizadas por ninguna política intervencionista, por profunda que fuera: en 1937 ya la crisis reaparecía en los Estados Unidos; y nunca había desaparecido de Gran Bretaña.

Hace 70 años

Pero este año se cumplirán 70 años de otro acontecimiento terrible: el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el 1° de setiembre de 1939. Y nuevamente es la historia la que nos permite comprobar, y aterrorizarnos, al advertir que el capitalismo salió definitivamente de la crisis del ’30 con los 60 millones de muertos de ese conflicto. Tema y fecha para reflexionar justamente en este comienzo de año, que empezó trágicamente, con el baño de sangre desencadenado sobre la población palestina en Gaza (y sin olvidar que también siguen abiertos los escenarios de guerra en Irak y Afganistán).

Hay esperanzas: 1949, 1959

«Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad», decía el italiano Antonio Gramsci. Es que, si seguimos con nuestro ejercicio de los aniversarios, vemos como apenas diez años después de esta pesadilla, triunfaba la revolución de Mao Tse Tung en la China y se hacía realidad en poco tiempo la consigna increíblemente básica, pero concretada por primera vez en la historia de «una taza de arroz para cada chino». También para pensar, porque ahí empieza la historia de la China del hoy, donde discutimos su rol en la nueva economía del siglo XXI. Y exactamente diez años después se dio el triunfo que todos los diarios del mundo comentaron en estos días: el 1° de enero de 1959, Fidel Castro y el Che Guevara entraban a La Habana, dando inicio a la primera, y hasta hoy única, construcción de una opción no capitalista en nuestro continente. Acordamos con Gramsci: las crisis capitalistas y las guerras nos hacen ver con preocupación el futuro, pero los pueblos no se suicidan, se rebelan, y buscan, con aciertos y errores, construir nuevos horizontes.

El hombre en la Luna

También este año se cumplirán 40 años de una de las hazañas más importantes en la historia de la humanidad: el alunizaje alcanzado el 20 de julio de 1969. Demostración de que vivimos una época donde la tecnología es capaz de hacer realidad los sueños de Julio Verne. Y que nos debe hacer reflexionar acerca de todo lo que se puede alcanzar si esas potencialidades fueran volcadas al objetivo de lograr un mundo más justo y solidario, sin hambre ni miseria extrema. El viaje del Apolo XI aún hoy nos asombra, más aún cuando recordamos que fue antes de que la revolución científico técnica pegara el salto al reino del procesamiento electrónico de información en que hoy vivimos. Pero pasaron las décadas y aún hoy existen más de 900 millones de seres humanos que sufren hambre diariamente.

El mundo era tecnológicamente más avanzado, pero las injusticias y dictaduras continuaban. Por eso en 1979 (nuevamente: este año se cumplirán 30 años) se vieron los triunfos de las revoluciones nicaragüense e iraní. Los sandinistas centroamericanos abrirían una experiencia que terminaría en una frustración diez años más adelante, y los iraníes derivarían hacia los claroscuros de la revolución islámica. Pero, otra vez, mientras en otros lugares del mundo, como nuestro país por ejemplo, se vivía la noche de la dictadura, hubo pueblos que dieron lecciones de dignidad y esperanza de construirse un futuro por sí mismos.

El Muro y Seattle

El historiador inglés Eric Hobsbwan dio en llamar el «siglo corto» a nuestro siglo XX, afirmando que, así como había comenzado con el fin de la primera guerra mundial y la emergencia de la revolución rusa, había terminado con la caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1989. No es el objetivo de esta nota hacer un análisis de ese hecho fundamental del que se cumplirá el 20° aniversario. Digamos simplemente que los centenares de miles que derribaron con sus manos el odioso muro, buscaban, como tantos otros que señalamos antes durante el siglo, ni más ni menos que libertad y una vida mejor.

¿Es que eso significaba el triunfo del capitalismo y el fin de todos los programas alternativos? La respuesta la tuvimos diez años después. Es que este año se cumplirá también una década del levantamiento de Seattle, cuando, en diciembre de 1999, una inmensa manifestación impidió la realización de la reunión de la Organización Mundial de Comercio. Fue el comienzo del movimiento antiglobalización, que empalmó con todas las expectativas de construcciones no capitalistas del nuevo siglo.

Hegel, el viejo filósofo alemán, hablaba de la «astucia de la razón» para señalar esas paradojas de la historia que, cuando las vemos en retrospectiva, nos dan la sensación de que todos estos acontecimientos hubieran sucedido como si siguieran un libreto, con plazos predeterminados para que pidiéramos «clasificarlos» por décadas. No es así por cierto. El fin de un año y el comienzo de otro nos es más, finalmente, que una convención. Pero así como todos aprovechamos para realizar nuestros balances personales y prometernos «cumplir» con aquello que no hicimos este año, también es una buena oportunidad para echar una ojeada a la historia contemporánea, buscando sacar lecciones para pensar que nos deparará y como nos posicionaremos ante el futuro inmediato de nuestra sufrida humanidad, ya en pleno siglo XXI.