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Entrevista con David Harvey, profesor y geógrafo social

«El neoliberalismo buscará espacios para seguir creciendo»

Fuentes: Gara

Hace 40 años que imparte un curso de lectura de «El Capital», de Marx, en la Universidad de Nueva York. Este geógrafo social anima a leerlo para entender cómo funcionan el capitalismo y la crisis actuales. Es autor de «El nuevo imperialismo»(2004) y «Breve historia del neoliberalismo» (2007). Oímos decir a los medios de comunicación […]

Hace 40 años que imparte un curso de lectura de «El Capital», de Marx, en la Universidad de Nueva York. Este geógrafo social anima a leerlo para entender cómo funcionan el capitalismo y la crisis actuales. Es autor de «El nuevo imperialismo»(2004) y «Breve historia del neoliberalismo» (2007).

Oímos decir a los medios de comunicación que la raíz de la crisis actual son los malos usos de algunos agentes financieros. ¿Comparte este diagnóstico?

No, el problema es que las respuestas a por qué ha sucedido la crisis no van al fondo del problema; la avaricia de los agentes de bolsa de Wall Street no es fundamental, no va a la raíz, ni tampoco el hecho que se tengan que hacer algunos cambios legislativos. Yo estaría de acuerdo que se pongan mecanismos de control y penalización a los agentes de Wall Street y que se mejoren las leyes, pero nada de esto resuelve su origen real.

¿Cuál es el fondo de la cuestión?

Que la economía capitalista necesita crecer. El capitalismo necesita continuar invirtiendo y reinvirtiendo el dinero para generar más dinero, se tiene que expandir constantemente. En los últimos años el instrumento que han usado es el desarrollo inmobiliario y la urbanización de grandes espacios. Han fomentado que la gente se endeudara para que el sistema siguiera funcionando. Es la expansión inmobiliaria lo que en todos los países ha provocado un crecimiento del 3% o más y, en el caso chino, el espectacular 10%.

¿En qué situación se encuentran las clases trabajadoras para afrontar la crisis?

La ofensiva neoliberal ha mantenido los salarios sin aumentos significativos desde los años 70. A su vez, el poder se ha encargado de desmantelar las organizaciones sindicales y ha flexibilizado las jornadas de trabajo. Pero, paralelamente, han endeudado a la gente: «Si no tienes dinero ahora -les decían- te hacemos un préstamo». Así han hundido a miles de trabajadores que entraron en el juego de las hipotecas, que es lo que ha servido para pagar el capitalismo financiero, y ahora éste les deja sin casa y sus gobiernos se dedican a rescatar estas entidades y pagan a los directivos miles de dólares. ¿Qué tipo de sistema es éste?

¿Cómo justifican ante la opinión pública esta inversión en las entidades financieras?

A través de la amenaza de «si nosotros caemos, el mercado entero caerá, se parará y el capitalismo entero entrará en crisis. Y todos sufriréis las consecuencias». Y es cierto. Pero, ¿por qué en vez de dar el dinero a las entidades financieras no lo dan directamente a las personas que tienen problemas para pagar las hipotecas? Porque los financieros de Wall Street son en realidad el Gobierno de los EEUU.

Ésta no es la primera crisis que sufre el capital financiero.

Cierto. En 1982 el Estado mexicano quebró, no podía pagar las deudas que había ido adquiriendo con los bancos de Nueva York. A través del FMI y de las políticas estructurales neoliberales, se obligó a México a pagar la deuda con los banqueros de los EEUU. La teoría neoliberal, entonces, como ahora, deja de existir con este plan de intervención estatal para salvar las finanzas. Pero la práctica neoliberal no deja de existir sino que ahora asistimos a la época de máxima plenitud.

¿Por qué dice que es de máxima plenitud?

Porque frente al conflicto entre salvar las instituciones financieras o salvar a la gente y sus necesidades, los gobiernos escogen salvar las instituciones financieras. Esto es la práctica neoliberal. Los gobiernos abren espacios y crean entornos favorables a los negocios.

¿Esta crisis podría significar el fin del neoliberalismo como lo hemos conocido hasta ahora?

No, en absoluto. Lo que harán los capitales financieros es buscar nuevos espacios de negocio, privatizando más aún, desposeyendo a más capas de población, como las clases medias, para obtener mayores beneficios.

¿Pero esto no puede ser peligroso para ellos cuando la clase media ha sido base para sostener el sistema capitalista?

Cierto, y ya lo he visto con algunos amigos, que hace dos años me tildaban de loco por declararme comunista, pero que ahora me empiezan a dar la razón en algunas cosas que les decía.

¿Puede la crisis condicionar las elecciones estadounidenses?

Sí, cada vez que la crisis va a más, el candidato demócrata aumenta la ventaja sobre el republicano. Conozco bastante gente que hasta hace dos semanas decían que votarían McCain (y lo querían hacer por motivos racistas), pero ahora que ven peligrar sus pensiones han decidido dar su voto a Obama.

Si gana Obama, ¿tendrá capacidad y voluntad de cambiar cuestiones de fondo del sistema?

Es evidente que los demócratas forman parte del sistema y están vinculados a las grandes corporaciones, pero es mejor un presidente más moderado, que en algunos aspectos se puede equiparar a la socialdemocracia europea, que no la continuidad respeto a los neocons.

Más allá de las posibilidades de Obama de introducir mejoras, ¿considera que hay posibilidades de transformar el sistema?

Yo tengo esperanza. Hoy se ha demostrado la falsedad total de la ideología neoliberal, lo de trabajar para el individuo y no para la colectividad. La idea que repetía Thatcher que no hay alternativa posible, no es verdad, y lo han demostrado ellos mismos.

¿Cree que la izquierda se encuentra en una buena posición por aprovechar esta deslegitimación del sistema?

Respecto a la izquierda real, a los partidos comunistas, a la izquierda revolucionaria… no tienen una fuerza real. Claro está que no acabaremos con el sistema sin violencia, sin luchar para recuperar nuestros derechos, pero los partidos clásicos no tienen capacidad para hacerlo.

¿Quién podría hacerlo?

Hay una serie de movimientos sociales, fragmentados y locales, que son la única esperanza del cambio. Tienen que lograr recuperar parte de poder estatal para apoyar al pueblo y sus necesidades. El problema es que una parte importante de ellos no se plantea acceder al poder. Pero, entonces, ¿cómo puedes transformar el sistema?