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El nuevo Dicom en Venezuela

Fuentes: CELAG

Todo aquel que dice que el nuevo sistema de asignación de divisas en Venezuela es más de lo mismo, o miente o no quiere reconocer que la propuesta es innovadora. O en el mejor de los casos no lo ha estudiado lo suficiente. Los economistas ortodoxos de siempre (Econalítica, Datanalisis y tantos otros) se han apresurado […]

Todo aquel que dice que el nuevo sistema de asignación de divisas en Venezuela es más de lo mismo, o miente o no quiere reconocer que la propuesta es innovadora. O en el mejor de los casos no lo ha estudiado lo suficiente. Los economistas ortodoxos de siempre (Econalítica, Datanalisis y tantos otros) se han apresurado a manifestar que se trata de la vieja política de asignación de divisas hecha por el Gobierno a favor de ciertos sectores. Si es eso lo que de verdad entendieron, deberían ir cuanto antes a revisar su formación básica de economía.

Nada de lo que comentan es lo que ha puesto en marcha el Gobierno de Venezuela con el nuevo dicom, que se trata de un método absolutamente diferente a lo vigente. Aquí los principales puntos que definen su funcionamiento:

  1. El nuevo Dicom es un nuevo sistema en el sentido más amplio del término. No es un parche ni una enmienda parcial. Es un nuevo paradigma de la política cambiaria que parte de la subasta como mecanismo de base para distribuir las divisas, en la que compradores y vendedores harán sus propuestas de demandas y ofertas en forma electrónica, y las divisas se asignarán a los mejores postores. Este nuevo sistema parte de criterios económicos racionales para atender la demanda de los postores con una elevadísima disposición a pagar bolívares para asegurarse divisas.

  2. Su valor fluctuará dentro de dos límites, inferior y superior, que serán definidos por el Banco Central de Venezuela (BCV) con base en un sistema de bandas móviles monitoreadas (tal como se ha aplicado en Singapur y proponen muchos autores entre ellos, K.Hoe, E. Robinson, J. Lee, R. Rajan, R.Siregar, P. Yip, S. Wang y J. Williamson). Eso permitirá evitar cualquier golpe cambiario y/o desangre de divisas para el país.

  3. Es un nuevo sistema que está exento de cualquier intervención humana, que evita cualquier discrecionalidad porque está anclado en un programa informático propio con la capacidad algorítmica de asignar automáticamente las divisas de acuerdo a los resultados de la subasta.

  4. Es eficiente y, lo que es aún más importante, plenamente transparente porque publicará continuamente el resultado de cada subasta en cuanto a asignaciones y detalles técnicos condicionantes. Se consigue así que tenga una puerta accesible para todos, para la ciudadanía de a pie y para los empresarios.

  5. Dispone de un componente anexo para facilitar que se repatríen aquellos dólares que vayan a ser destinados a la importación de insumos necesarios para esta nueva época productiva. Esto es fundamental porque se abre un canal directo para atraer dólares que quieran participar en el nuevo metabolismo económico del país en pro de la producción sin necesidad ni siquiera de pasar por la subasta. Y, además, el nuevo Dicom también cuenta con una respuesta efectiva de cara a las remesas hacia Venezuela y al menudeo de cambiar dólares a bolívares.

  6. Se calcula con base en un sistema de flotación administrada, que determina su valor mediante una Subasta Ordinaria. El valor definitivo será igual al precio de corte de la subasta, es decir, el precio más bajo al que se adjudiquen divisas (al corte marginal). Y además tiene la particularidad de tratarse de un tipo de subasta americano: los compradores pagarán por cada divisa el precio que ofertaron. Esta es una de las modalidades con las que el Banco Central Europeo subasta bonos.

  7. Otro rasgo clave del sistema es que, cuando la Subasta Ordinaria no logre asignar las divisas a un valor igual o menor al de la banda superior por un exceso de demanda, se activará una Subasta Contingente. En este caso, se inicia un mecanismo absolutamente transparente-dinámico para resolver el desequilibrio entre la oferta y la demanda, en el que solo participarán los importadores de bienes prioritarios. Con este mecanismo complementario y junto al resto de dispositivos, el BCV se asegura de no malgastar divisas a favor de los especuladores, sino que las dirigirá a satisfacer las necesidades de la economía real, dejando adicionalmente un porcentaje de divisas para el acceso a la ciudadanía, para ahorro o para uso propio.

En definitiva, el nuevo Dicom arranca con el objetivo de afrontar virtuosamente la restricción externa; pensado para captar más divisas, con el objetivo de frenar y evitar la especulación cambiaria, y con la intención de asignar eficiente y transparentemente los dólares disponibles para que la economía real productiva genere la riqueza que el país necesita. Y todo esto, además, permitiendo que la gente de la calle pueda tener posibilidades de comenzar a atesorar sus propios dólares para ahorro o para destinarlo a aquello que considere más pertinente. Y a partir de ahora, todo depende de su buen funcionamiento. Veamos; pero no nos adelantemos a denostarlo antes de tiempo.

 

Alfredo Serrano Mancilla (Doctor en Economía) @alfreserramanci. Guillermo Oglietti (Doctor en Economía) @GOglietti

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.