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El Occidente atlantista entra en barrena

Fuentes: Rebelión

Ayer (28 de julio) la Fed aumentó la tasa de interés de los préstamos interbancarios en 75 puntos básicos, lo que llevará a que las tasas de los préstamos minoristas aumenten en todos los ámbitos. Pero no detendrá la inflación. Los precios de los alimentos, el combustible y los bienes de consumo continuarán aumentando drásticamente en los próximos meses.

La subida de tipos, sin embargo, provocará fuertes caídas en el mercado inmobiliario, ya que la vivienda depende en gran medida de los préstamos hipotecarios, que son muy sensibles a los tipos de interés.

El efecto neto será la caída de las ventas de viviendas y la disminución del valor de los bienes inmuebles, combinado con grandes aumentos en la morosidad de las hipotecas.

En última instancia, la Fed capitulará y abandonará cualquier objetivo real de abordar la inflación. Seguirá imprimiendo dinero y bajando las tasas de interés mientras la inflación se sale de control, lo que lleva a un escenario final en el que los precios de los alimentos y el combustible provocan disturbios en todo el país mientras el dólar se derrumba en el mundo real.

En  la Unión Europea las sanciones de Bruselas contra Rusia ya han hecho caer el euro al nivel del dólar, que plausiblemente lo arrastrará consigo. El nivel de vida de los europeos continuará descendiendo. Como señaló ayer el único gobernante europeo lúcido, Viktor Orban, Europa está instalando una economía de guerra con  privaciones, racionamientos y demás rasgos que  la distinguen. Solo  la desobediencia de Berlín a las órdenes  de Washington pueden devolver la normalidad y evitar la parálisis económica, basta con abrir el grifo del gasoducto germano-ruso North Stream2.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.