La troika, integrada por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), encabezada por gobiernos hegemónicos e imperiales como el de Alemania, han hecho todo lo posible por doblegar al pueblo y gobierno de Grecia para que acepte un acuerdo de pago a la exorbitante e ilegítima deuda, […]
La troika, integrada por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), encabezada por gobiernos hegemónicos e imperiales como el de Alemania, han hecho todo lo posible por doblegar al pueblo y gobierno de Grecia para que acepte un acuerdo de pago a la exorbitante e ilegítima deuda, gestada por el capital financiero y gobiernos de derecha que han gobernado ese país. El pueblo griego ha percibido dicho acuerdo como contrario a los intereses populares y, en especial, a los intereses de la clase trabajadora.
En un ejercicio de soberanía como debe ser, protagonizada por el pueblo, el 5 de julio recién, se realizó un referéndum en donde más del 60% de los ciudadanos griegos votó contundentemente por el No (Oxi).
El No significa oposición popular a la propuesta de acuerdo presentada por la UE, FMI y BCE, que pretendía extender los recortes al gasto social y, por consiguiente, la profundización de la crisis humanitaria que vive dicho país europeo. El No apoya una propuesta gubernamental planteada por el partido Syriza para negociar un nuevo acuerdo de pago.
Con el referéndum y el No como ganador, se derrota la pretensión de arrodillar totalmente al pueblo griego. Abre paso a una opción que, aun cuando también contiene medidas antipopulares y antiobreras y se aleja de las promesas electorales que llevaron a gobernar al presidente Tsipras, será una solución de «menor impacto» para el pueblo griego.
El contenido de la propuesta gubernamental, aprobada por el No, excluyó propuestas de izquierda que planteaban someter en el referéndum: la negativa total a las propuestas de acuerdo de la UE, FMI, BCE y el gobierno griego, así como el retiro del país de la Unión Europea y la abolición de los memorandos y leyes de aplicación de esta unión.
Así, el triunfo del No tiene varias implicaciones para el pueblo griego. 1) El referéndum mismo, al cual se oponían los acreedores de la deuda impuesta a Grecia, representó un momento y ejercicio de democracia participativa, en donde mayoritariamente el pueblo se pronunció sobre un asunto que le compete y le afecta. 2) Las elites dominantes impusieron una pregunta que representa, aun con el triunfo del No y la amplia participación popular, la continuidad de los efectos que han llevado a las grandes mayorías griegas a empobrecerse, perder su empleo y verse imposibilitadas de satisfacer necesidades y anhelos colectivos e individuales. 3) Con el No, la barbarie capitalista impuesta a través de la deuda ilegítima, adquiere una salida que, sin duda, implicará garantías para la acumulación capitalista en manos del sector financiero regional-global. 4) Con el No, se valida la continuidad de Grecia en la Unión Europea, en condiciones de subordinación.
Desde la experiencia del referéndum griego y el triunfo del No, entonces, cuáles son los aprendizajes para Guatemala, especialmente en un momento de crisis del sistema político.
Un primer aprendizaje esta en el hecho que es posible y necesario someter a consulta popular o referéndum, asuntos trascendentes para el pueblo. En el momento actual, el asunto fundamental para ser considerado en este sentido, está relacionado con la necesidad de una nueva Constitución Política, a la cual la clase dominante, el capital local y transnacional y el imperio estadounidense se oponen. Someter este tipo de asuntos a decisión popular es una garantía procedimental de ejercicio democrático y participativo.
No obstante, un proceso de ese tipo requiere que las fuerzas del cambio y la transformación analicen de forma detenida la correlación de fuerzas con la que se cuenta para emprender tal hazaña. Se deberá cuidar que la exigencia para una Asamblea Nacional Constituyente no acepte una propuesta procedimental y una propuesta constitucional que nos haga alejarnos de la necesidad de gestar un nuevo Estado: popular, democrático y plurinacional. Implica, asimismo, luchar porque el tipo de reformas que se instituyan en este momento político -si es que se realiza-, sean las necesarias para avanzar hacia una correlación de fuerzas favorable para integrar una Asamblea Nacional Constituyente representativa, popular, democrática y plurinacional. Será necesario cuidad que estas reformas nos impliquen nuestra desmovilización al creer que con ellas se han logrado objetivos históricos. El referéndum griego apenas significa suavizar los impactos devenidos del saqueo financiero que, en manos de la troika, continuarán afectando a dicho pueblo. De tal manera que el triunfalismo griego y su irradiación a nivel internacional, pudieran darse sobre bases falsas, tal y como sucedió con la firma del paz en 1996 para el caso guatemalteco.
De la barbarie capitalista, que se manifiesta en Grecia, en Guatemala podemos hablar situando la problemática salarial de la clase trabajadora, el desempleo, el expulsión migratoria, la violencia y delincuencia, el crimen organizado, la evasión de impuestos y la corrupción, el robo de los ahorros de las capas medias, al expolio de los recursos naturales, la apropiación de los territorios de los pueblos indígenas y mestizos, etc. En este marco, las opciones electorales y políticas supuestamente progresistas que se plantean como discurso, constituyen engaños en la contienda electoral, que de imponerse garantizarán la continuidad del modelo de acumulación de capital actualmente imperante en el país.
Siendo ese el caso, votar en las siguientes elecciones, con reformas o sin reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, puede significar, como significa el triunfo del No en Grecia, validar la continuidad del statu quo, del establisment. De tal manera que, en este contexto de crisis en Guatemala, el voto nulo adquiere un sentido de rechazo al sistema político, a su continuidad y, por consiguiente, del statu quo, del establisment.
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